No podemos hablar de la
historia de la FAM sin mencionar los orígenes de la aviación en México. En 1910
Alberto Braniff realizó el primer vuelo motorizado en Latinoamérica, seguido
por entusiastas de la aviación como Miguel Lebrija. En febrero de 1911 la empresa
Moisant International Aviators realizó una gira en México, a fin de
comercializar sus aviones. Entonces se hicieron demostraciones enfocadas a
exponer la eficacia de los medios aéreos en campañas militares.
Tras el triunfo de la
revolución y en la segunda gira de la Moisant en México, en noviembre de 1911
Francisco I. Madero fue invitado a participar en un vuelo de exhibición a bordo
de un Deperdussin de dos plazas, convirtiéndose en el primer presidente en
volar en un aeroplano. El mandatario quedó impresionado, por lo que autorizó la
compra de cinco aviones y decidió enviar a cinco mexicanos a Nueva York, a
estudiar en la Moisant Aviation School.
Después del asesinato del presidente Madero, en febrero de 1913,
la nación sufrió una nueva revolución, ahora de las fuerzas constitucionalistas
lideradas por Venustiano Carranza contra el gobierno del general Victoriano
Huerta, por lo que el destino de la aviación tomó un nuevo camino. Sobre los
cinco mexicanos que habían estudiado aviación, no encontraron un país estable a
su regreso. De ellos, los sobrinos de Venustiano Carranza, Gustavo y Alberto
Salinas, se unieron a las fuerzas constitucionalistas, y Horacio Ruiz Gabiño
formó parte de las federales.
Huerta, consciente de la
importancia de esta nueva tecnología, en abril de 1913 reunió en los llanos de
Balbuena a Miguel Lebrija, Ruiz Gabiño, Juan Guillermo Villasana y Antonio
Sánchez Saldaña, con el fin de llevar a cabo unas pruebas aéreas y conformar la
primera Escuadrilla Aérea de la Milicia Auxiliar del Ejército Federal, la cual
nunca entró en combate. Asimismo, mandó a estudiar aviación a Francia a 31
alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes. Con el tiempo, algunos de
ellos serían pioneros de la aviación civil en México.
Por su parte, las
fuerzas revolucionarias formaron la Flotilla Aérea del Ejército
Constitucionalista, que en primera instancia contó con un biplano Martin
Pusher, con capacidad para transportar a dos personas. Bautizada como Sonora,
la nave realizó numerosos vuelos de reconocimiento y lanzamiento de propaganda,
así como un bombardeo aéreo el 14 de abril de 1914, el cual es considerado por
muchos como el primero en el mundo. Ese día, el Sonora era piloteado
por el capitán Gustavo Salinas Camiña al bombardear al buque Guerrero,
perteneciente a las fuerzas federales, en el puerto sinaloense de Topolobampo,
cuando éste atacaba al buque Tampico, en cuyo interior
se encontraba Álvaro Obregón.
Otras naciones también
se acreditan el primer bombardeo aeronaval de la historia, y si bien es cierto
que Francia ya había hecho pruebas con estas armas, sólo fueron de
adiestramiento y no representaban un conflicto real. Cabe aclarar que el ataque
del Sonora no
logró acertar en el blanco; sin embargo, las explosiones que se produjeron
cerca del buque sí lograron persuadir a su tripulación de no continuar con su
ataque e iniciar la retirada. Sin lugar a dudas, este hecho le salvó la vida a
Obregón y le permitió continuar al frente del Ejército del Noroeste en su
avance hacia Culiacán y Jalisco, al mismo tiempo que la División del Norte y el
Ejército del Noreste avanzaban hacia la capital del país. Obregón ocupó la
Ciudad de México el 13 de agosto de 1914, y con la firma de los Tratados de
Teoloyucan (en el Estado de México) se puso fin al gobierno de Huerta e
iniciaba el desmantelamiento del ejército federal.
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