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jueves, 22 de septiembre de 2016

AVIÓN P-2V NEPTUNE



Entre las enseñanzas que surgieron de las experiencias de la Segunda Guerra Mundial, además de la comprobación de que, por ejemplo, los días de los bombarderos de picada, del avión torpedero y del planeador de transporte ya habían llegado a su ocaso, una de las más importantes fue que las diversas justificaciones que habían llevado a emplear grandes hidroaviones para el reconocimiento marítimo y para la lucha anti submarino ya no eran aceptables. En efecto, el progreso de los motores permitía utilizar para las misiones citadas, y con plena seguridad aviones terrestres, netamente superiores tanto desde el punto de vista aerodinámico como desde el estructural, inclusive a los más refinados hidroaviones.

Los americanos, a pesar de haber empleado intensamente hidroaviones de reconocimiento en particular, los excelentes Consolidated "Catalina" y Martin "Mariner", utilizaron también aviones terrestres para patrullar las extensiones oceánicas y dar la caza a los submarinos enemigos y, entre estos aviones, tuvieron un lugar de especial importancia los cuatrimotores Consolidated "Liberator" y "Privateer", y los bimotores Lockheed "Hudson" que, sin embargo, fueron empleados sobre todo por la RAF, "Ventura" y "Harpoon".

El gran potencial que los aviones terrestres de reconocimiento y antisubmarinos habían demostrado poseer, llevó a la Lockheed a comenzar, en 1942, el estudio de un nuevo bimotor, con peso y dimensiones mucho más importantes que aquellos de sus antecesores antes mencionados, y caracterizado sobre todo por un considerable alcance, por un gran armamento (siempre sin descuidar velocidades aceptables de aterrizaje), en un programa que dos años más tarde llevó al pedido de dos prototipos y trece aviones de pre serie para la ejecución de pruebas operativas.

El 17 de mayo de 1945, en el aeropuerto de Burbank en California, J. Towle y H. Johnson llevaban en vuelo por primera vez el prototipo del nuevo avión, el XP2V-1 "Neptune".

El Neptune es un gran bimotor de ala media, con empenaje de una sola deriva y tren de aterrizaje triciclo anterior retráctil, de construcción totalmente metálica.

El ala del Neptune esta constituida por cinco elementos; la sección central, de planta rectangular y carente de diedro, basada en perfil NACA 2419 modificado, que atraviesa el fuselaje; las dos semialas, ligeramente convergentes y con un diedro bastante pronunciado; y las dos puntas de ala. La estructura, del clásico tipo semimonocasco, está basada en un cajón alar que se extiende aproximadamente entre el 10% y y el 60% de las cuerdas, incorporando algunas secciones herméticas que aseguran la flotación del avión en caso de acuatizaje forzoso, y a cuya cara anterior está unido el borde de ataque con deshelador térmico, mientras que a la cara posterior están unidas las estructuras del borde de salida, que comprenden amplios hipersustentadores Fowler (con angulación máxima de 32º) y alerones provistos de aletas de resorte. Cuando se accionan los hipersustentadores, también las popas de las góndolas motrices adheridas a éstos, retroceden y se bajan, e incluso los alerones compensados aerodinámicamente y balanceados dinámicamente giran 10º hacia abajo, para aumentar las características de sustentación.

El fuselaje de sección ovoide, también con estructura semimonocasco, está dividido en seis secciones unidas entre sí mediante abullonado. El revestimiento del vientre del fuselaje está constituido, en un largo tramo, por los portillos del compartimiento de bombas, cuya carga está unida directamente al cajón alar que lo atraviesa, permitiendo obtener, de este modo, una estructura del fuselaje más resistente y liviana. El considerable volumen interno permite alojar fácilmente la gran cantidad de aparatos electrónicos necesarios para la lucha antisubmarina, a pesar de que en las diversas versiones del Neptune fue frecuente la aplicación en el fuselaje de voluminosos carenados de antenas de radar y de detectores electromagnéticos.

Los planos de cola, de considerable envergadura y superficie, están constituidos  por una amplia deriva de doble larguero a la cual está articulado un timón de superficie bastante reducida y provista de aleta correctora, por dos semiestabilizadores de doble larguero con ligero diedro frontal y por dos semielevadores intercambiables. Una interesante particularidad de estos últimos es la adopción de un sistema, conocido como "varicam", para la variación de la curvatura de los perfiles del empenaje horizontal, y basado en la división de los mismos semielevadores en dos superficies, de las cuales la anterior puede asumir varias posiciones respecto de las superficies fijas, gracias a grupos tornillo-tuerca. El borde de ataque de la deriva y el del estabilizador están provistos de anti hielo térmico.

El tren de aterrizaje tiene el parante anterior giratorio y provisto de una rueda de 0,86 m de diámetro, que se retrae hacia atrás en el vientre de la trompa del fuselaje mientras que los dos parantes posteriores, con ruedas de 1.42 m de diámetro y frenos hidráulicos de disco, se retraen hacia adelante en el vientre de las góndolas motrices.

Estas, cuidadosamente perfiladas y provistas de persianas para regular el flujo de aire destinado a la refrigeración de la unidades motrices, alojan a los motores, los doble estrella de dieciocho cilindros Wright R-3350, pertenecientes a diversas variantes según las versiones del avión, y que utilizaban, a partir de aquellos instalados en el P-2D, también la energía de los gases de descarga para suministrar (mediante las pequeñas turbinas) ulterior potencia en el árbol, obteniéndose de este modo consumos específicos especialmente reducidos. Las hélices empleadas, tripalas (de 4,622 m de diámetro) o cuatripalas, son Hamilton-Standard Hydromatic de velocidad constante, con comando de puesta en bandera y de inversión de paso. Para poder lograr velocidades más elevadas, útiles tanto en la fase de ataque como en la de salvamento y en el despegue, el P-2H y el P-2J (fabricado bajo licencia por la Kawasaki como GK-210) están provistos de dos reactores auxiliares en góndolas subalares del tipo Westinghouse J34-WE-36 (ya empleados también en algunas versiones anteriores del avión) e IHI J3-7C respectivamente. El P-2J abandonó, además, los turbocompound, empleados en las versiones del Neptune que lo habían precedido, en favor de dos turbohélice General Electric T64-IHI-10, que accionaban hélices tripala.

El combustible, que de los 12.500 litros aproximadamente de las primeras versiones llegó posteriormente a un total de casi 18.000 litros, está contenido en depósitos flexibles autosellantes dispuestos en el cajón del ala, y en los eventuales depósitos de las puntas que con formas y capacidades diferentes, llegaron a alojar también aparatos de radar y reflectores y del fuselaje.

El armamento del Neptune, en especial en algunas versiones, es importantísimo, llegando a estar constituido inclusive por seis cañones de 20 mm fijos en la trompa, sumados a las dos armas de 12,7 mm o de 20 mm de la torreta dorsal o del puesto de cola. El armamento de caída, variable según la distancia de las misiones confiadas al avión, puede superar los 4.500 kgs.

Fabricado en casi 12.000 ejemplares, en un lapso de más de veinte años, confirmando sus importantes características, el Neptune fue realizado en muchas versiones, que fueron utilizando motores cada más más potentes (y en las últimas inclusive reactores auxiliares), y que fueron provistos progresivamente de aparatos de exploración cada vez más perfeccionados.

A los dos prototipos XP2V-1 siguieron, en 1946, los quince ejemplares de la primera versión de serie, que tuvieron un alcance ligeramente inferior, pero performances más brillantes en cuanto a velocidad y techo teórico, con un peso que ya se acercaba a las 28 toneladas, que conservaron el mismo armamento de los dos prototipos y tuvieron una tripulación de ocho personas.

En la primavera de 1951 apareció el P-2E (o P2V-5), realizado en nada menos que 424 ejemplares que militaron no solo en las unidades de la U.S. Navy, sino también en las de la RAF (cincuenta y dos aviones, de los cuales doce serían utilizados posteriormente por la aeronáutica militar portuguesa), de la RAAF australiana, y de las aviaciones militares argentina, brasileña, holandesa y sudafricana.

Caracterizado por el techo combado del puesto de pilotaje, por góndolas motrices de acero inoxidable, por la eliminación de la torreta dorsal y del armamento fijo de proa (en cuyo lugar se instaló una torreta Emerson con dos armas de 20 mm y, con frecuencia, fue sustituido posteriormente con una gran trompa transparente), y por depósitos más voluminosos en la puntas (de los cuales el derecho alojaba un reflector orientable con comando), el P-2E careció comúnmente del puesto defensivo de popa, eliminado para permitir la instalación del detector de anomalías magnéticas.

A pesar de que el Neptune nunca fue protagonista de episodios de particular resonancia durante su carrera operativa, en gran parte constituida por largos y monótonos vuelos sobre las extensiones oceánicas, su nombre quedo ligado al record mundial de distancia que fue conquistado, entre el 29 de septiembre y el 1º de octubre de 1946, por el tercero P2V-1 de serie, matrícula 89082, bautizado "Truculent Turtle" y convenientemente modificado.

Con un peso vacío y un peso con plena carga igual a 13.263 kg y 38.664 kg respectivamente en los que estaban incluidos alrededor de 50 kg representados por "Joey", un canguro de nueve meses, mascota de la empresa, y por los víveres destinados al mismo y con una carga total de nada menos que 33.055 litros de combustible, después de una carrera de 1.439 m el "Truculent Turtle" decoló desde el aeropuerto de Perth, en Australia, con el auxilio de cuatro JATO, comandado por el capitán de fragata Davies. El vuelo, cuidadosamente estudiado por los técnicos de la Lockheed, se desarrolló con absoluta regularidad, pasando sobre el Mar de Coral, Midway y llegando luego a la costa californiana. Sin embargo, a partir de ese momento las condiciones meteorológicas fueron deteriorándose progresivamente, con fuertes vientos en contra y con la formación de depósitos de hielo, que obligaron al "Turtle" a aterrizar en el aeropuerto de Columbus, en Ohio (en lugar de Washington, meta prevista del vuelo), después de nada menos que 18.228 km, cubiertos en 55 horas y 17 minutos.

El Neptune se adjudicaría también el titulo del más grande y pesado avión que decolara desde portaaviones. Poco después de un año u medio, el 17 de abril de 1948, dos P2V-3C, piloteados por el capitán de fragata, Davies y por el capitán de corbeta Wheatley decolaban, en efecto, desde el puente de vuelo del portaaviones estadounidense Coral Sea, con la ayuda de JATO que suministraban más de 3.600 kg de empuje. Siempre del mismo portaaviones, el 7 de marzo de 1949, otro P2V-3C despegaba con un peso de 33.566 kg, con una carga de 4.536 kg que simulaba una bomba atómica, la cual después de más de 3.200 km de vuelo desde más allá de las costa de Virginia hasta California, fue desenganchada en Muroc. El vuelo concluiría en el aeropuerto militar de Patuxent River, en Maryland, después de efectuar más de 3.200 km.

viernes, 19 de agosto de 2016

AVIÓN BREGUET 19



Una vez concluida la guerra, Louis Bréguet continuó trabajando por el progreso de la aviación. La aeronáutica militar francesa debía reconstruir las unidades de reconocimiento, observación y bombardeo liviano, no solamente en su propio territorio, sino también en los países aliados de la "pequeña alianza": Yugoslavia, Polonia y Rumania y, por esta misma razón, la obra de Bréguet demostró ser invalorable.

Con la insustituible experiencia adquirida con los Breguet 14, la industria francesa estaba en condiciones de producir una nueva máquina, aprovechando incluso la disponibilidad de nuevos materiales como el duraluminio, aleaciones livianas y de alta resistencia y nuevos tipos de acero. El progreso técnico permitía entre otras cosas la previsión de una infraestructura adaptada a la producción en serie, así como oficinas técnicas y talleres con ingenieros y obreros especializados, formados durante el período bélico.

Recordemos que los aviones de Louis Bréguet jamás tuvieron una reputación excepcional por su belleza y simplicidad de líneas. En compensación, se las consideró como máquinas de excepcional solidez, sin olvidar sus buenas cualidades de vuelo. Una de ellas fue el Bréguet 14 B2, biplano de reconocimiento y bombardeo, del que se construyeron aproximadamente 8.000 ejemplares aun después de finalizada la guerra. Fue una máquina decididamente afortunada (que entre otra cosas hizo acreedor a su constructor de una nueva condecoración), e incluso tuvo mucho éxito en el exterior. Unidades de este avión fueron empleadas por las aviaciones militares brasileña, china, danesa, española, finlandesa, griega, japonesa, polaca, portuguesa, siamesa y checoslovaca. Algunos Bréguet 14 B2 producidos en los talleres que abriera el constructor francés en Hanói y Saigón fueron utilizados en Indochina. Y sería un Bréguet 14 el que -en noviembre de 1918- condujo a Spa al mayor Von Geyer, encargado de tratar el armisticio con los aliados.
En estos precedentes está la génesis del Bréguet 19, avión enteramente metálico que en sus líneas generales conservaba la fórmula ya experimentada del sesquiplano, con un único y gran montante que unía las dos alas (ya se insinuaba la evolución hacia la atrofia del plano inferior, o sea hacia la fórmula monoplano), y un fuselaje con una forma de buena penetración.

El avión tenía otras características interesantes, como la facilidad de desmontaje de sus componentes esenciales y la posibilidad de construirlo sobre una cadena de montaje. Para alcanzar esta doble meta, era necesario disponer de medios industriales adecuados y crear una infraestructura para la producción en serie. La firma Bréguet estaba a la altura de las circunstancias y supo demostrarlo de una forma más que brillante con los más de 2.000 Bréguet 19 que construyó siguiendo un ritmo de producción de más de 4 unidades por día.
El Br. 19, que estaba destinado a sustituir a los de reconocimiento y bombardero, Br. 14, hizo su primera aparición en público en el Salón de la Aeronáutica de París a fines de 1921. Por ese entonces, el avión aún no había volado, ya que sus vuelos de prueba se iniciaron en mayo de 1922.

El Breguet 19 se presentaba como un biplano de construcción metálica, especialmente sólido, con revestimiento mixto (tela y metal) y de estructura muy simple.

La configuración del ala era análoga a la de los tipos anteriores, con dos largueros de duraluminio con secciones en doble T y costillas muy livianas realizadas en láminas de aleación liviana embutida de 4/10 mm de espesor (cada costilla no superaba los 380 gramos de peso). Cada una de las semialas superiores estaba dotada de alerones. Una estructura análoga presentaban las dos semialas inferiores -notablemente reducidas- así como la cuerda y la envergadura.

Cada par de semialas estaba unido por un único montante metálico y la célula carecía totalmente de cables o tirantes de conexión entre las puntas de los montantes y el fuselaje. A cambio, había dos cables entre cada una de las punta de eje de las ruedas y la semiala inferior correspondiente. El ángulo de flecha alar era de 5º, mientras que el diedro era de 2º.

El empenaje consistía en un plano fijo horizontal estabilizador, un elevador compensado estática y dinámicamente y una deriva vertical con timón, este último también compensado.

El tren de aterrizaje estaba constituido por seis patas de fuerza que unían el fuselaje a un bastidor rectangular horizontal. El eje, unido al telar en cuestión por medio de cordones elásticos, llevaba en cada una de sus puntas una rueda de 800 por 150 mm.

El motor montado en los primeros ejemplares era un Renault de 420 caballos y 16 cilindros, pero posteriormente fue montado un Lorraine-Dietrich de 450 caballos de tres bancadas de cilindros en línea.

Los Breguet 19 fue expuesto a leves modificaciones estructurales para el montaje de propulsores de distinta potencia. Las versiones con motor en línea fueron dotadas de un radiador retráctil ubicado debajo de la nariz del fuselaje.

Las instalaciones de a bordo comprendían una ametralladora fija sincronizada (Vickers o Hotchkiss), un montaje móvil con dos armas para el observador (alojado a espaldas del piloto) y porta bombas internos, ubicados en el fuselaje, y también externos, aplicados en el ala inferior. Por lo general, el avión estaba dotado de equipos para la inhalación de oxigeno, calefacción para la cabina y de radio receptor-transmisor.

En el transcurso de sus 15 años de servicio, el avión 19 fue equipado con motores, Lorraine-Dietrich de 400 y 450 caballos, Gnôme-Rhône "Júpiter" de 420 y 480 caballos, Renault de 480, 500 y 550 caballos, Hispano-Suiza de 450 y 500 caballos, Farman de 500 caballos y Salmson de 500 caballos.

Tres fueron las versiones básicas; el 19 A.2 (biplaza de observación y reconocimiento), el 19 B.2 (biplaza de bombardero diurno y nocturno) y el 19 G.R. ("Grande Reconnaissance", para reconocimiento en grandes distancias). Los tres fueron largamente utilizados por la aviación militar francesa y varios ejemplares fueron exportados a la Argentina, Bélgica, Bolivia, China, Grecia, Irán, Polonia, Rumania y Yugoslavia. Entre otros países, el Bréguet 19 fue construido bajo licencia en Bélgica (alrededor de 150 ejemplares, producidos por la SABCA), Gracia, España (130 por la C.A.S.A.), y por la Ikarus de Yugoslavia (el primer Br.19 yugoslavo salía de la fábrica de Kraljevo el 1º de junio de 1930.

Los Breguet 19 comenzaron a desaparecer de las unidades de primera línea a partir de la segunda mitad de los años treinta, aunque cierta cantidad de estos aviones (aproximadamente 160) todavía estaban al servicio de la aviación francesa al 1º de enero de 1936. Algunas naciones extranjeras los mantuvieron en servicio inclusive hasta 1940.

El nuevo biplano de Bréguet sustituyó exitosamente -en los años 20- a los más viejos Bréguet 14 en la escuadrillas de reconocimiento y observación de la "Armée de I´Air", tanto en el territorio metropolitano, dividido en cuatro regiones aéreas principales (por esa época Metz, París, Tours y Lyon), como en ultramar, en la quinta región aérea, que comprendía Argelia, Túnez y Marruecos. Gracias a sus características de solidez, el Bréguet 19 tuvo un empleo importante en las escuadrillas militares de Francia y del exterior, demostrando se una máquina sumamente flexible y de fácil manutención. Pero puesto que había nacido como avión militar, el Br.19 debió gran parte de su fama a una larga serie de hazañas y records de resonancia mundial En manos de los más expertos pilotos franceses, los aviones de Bréguet fueron -entre 1924 y 1930- los protagonistas de azañas de excepción en los cielos de todo el mundo. Tras el primero de los grandes enlaces aéreos realizado por el Bréguet 19 de Pelletier-Doisy en 1924, el primer record mundial de distancia en línea recta fue obra de un Breguet 19. Con un avión de este tipo, Lematre y Arrachart cubrieron los 3.166 kilómetros que separaban a París de Villa Cisneros.

En 1926, otros Bréguet 19, con 2.950 litros de combustible a bordo, volvían a cubrirse de gloria: Girier y Dordilly volaban de París a Omsk (4.716 kilómetros), luego Costes y Rignot aterrizaban -sin haber echo escalas- en Djask tras 5.396 kilómetros de vuelo y por último, el mismo aparato era utilizado por Challes y Weiser para la incursión París-Bender-Abbas (5.200 kilómetros).

En 1927, el comandante Dagnaux -a bordo de un Br.19- unía por primera vez París con Madagascar superando las más severas condiciones meteorológicas. Después de haber sobrevolado más de 13.000 Km de tierras inhóspitas y de haber atravesado el canal de Mozambique -de 5.600 kilómetros- aterrizaba por fin en Tananarive.

En junio de 1927 -tras el prestigioso vuelo de Lindbergh- Costes y Rignot partieron hacia Oriente con la esperanza de llegar a la ciudad de Tchita, en Manchuria, a 7.200 kilómetros de País. La provisión de combustible era de 3.500 litros y le permitía al Bréguet 19 una autonomía de 44 horas. El vuelo fue interrumpido en la zona de los Urales, pero las grandes posibilidades del avión fueron confirmadas definitivamente cuando en octubre, una tripulación compuesta por Le Brix y Costes enfrentaba con éxito por primera vez el Atlántico meridional a bordo de un biplano bautizado "Nungesser-et-Coli".

jueves, 31 de marzo de 2016

AVIÓN BREGUET 19



Una vez concluida la guerra, Louis Bréguet continuó trabajando por el progreso de la aviación. La aeronáutica militar francesa debía reconstruir las unidades de reconocimiento, observación y bombardeo liviano, no solamente en su propio territorio, sino también en los países aliados de la "pequeña alianza": Yugoslavia, Polonia y Rumania y, por esta misma razón, la obra de Bréguet demostró ser invalorable.

Con la insustituible experiencia adquirida con los Bréguet 14, la industria francesa estaba en condiciones de producir una nueva máquina, aprovechando incluso la disponibilidad de nuevos materiales como el duraluminio, aleaciones livianas y de alta resistencia y nuevos tipos de acero. El progreso técnico permitía entre otras cosas la previsión de una infraestructura adaptada a la producción en serie, así como oficinas técnicas y talleres con ingenieros y obreros especializados, formados durante el período bélico.

Recordemos que los aviones de Louis Bréguet jamás tuvieron una reputación excepcional por su belleza y simplicidad de líneas. En compensación, se las consideró como máquinas de excepcional solidez, sin olvidar sus buenas cualidades de vuelo. Una de ellas fue el Bréguet 14 B2, biplano de reconocimiento y bombardeo, del que se construyeron aproximadamente 8.000 ejemplares aun después de finalizada la guerra. Fue una máquina decididamente afortunada (que entre otras cosas hizo acreedor a su constructor de una nueva condecoración), e incluso tuvo mucho éxito en el exterior. Unidades de este avión fueron empleadas por las aviaciones militares brasileña, china, danesa, española, finlandesa, griega, japonesa, polaca, portuguesa, siamesa y checoslovaca. Algunos Bréguet 14 B2 producidos en los talleres que abriera el constructor francés en Hanói y Saigón fueron utilizados en Indochina. Y sería un Bréguet 14 el que -en noviembre de 1918- condujo a Spa al mayor Von Geyer, encargado de tratar el armisticio con los aliados.
En estos precedentes está la génesis del Bréguet 19, avión enteramente metálico que en sus líneas generales conservaba la fórmula ya experimentada del sesquiplano, con un único y gran montante que unía las dos alas ya se insinuaba la evolución hacia la atrofia del plano inferior, o sea hacia la fórmula monoplano, y un fuselaje con una forma de buena penetración.

El avión tenía otras características interesantes, como la facilidad de desmontaje de sus componentes esenciales y la posibilidad de construirlo sobre una cadena de montaje. Para alcanzar esta doble meta, era necesario disponer de medios industriales adecuados y crear una infraestructura para la producción en serie. La firma Bréguet estaba a la altura de las circunstancias y supo demostrarlo de una forma más que brillante con los más de 2.000 Bréguet 19 que construyó siguiendo un ritmo de producción de más de 4 unidades por día.
El Br. 19, que estaba destinado a sustituir a los de reconocimiento y bombardero, Br. 14, hizo su primera aparición en público en el Salón de la Aeronáutica de París a fines de 1921. Por ese entonces, el avión aún no había volado, ya que sus vuelos de prueba se iniciaron en mayo de 1922.

El Bréguet 19 se presentaba como un biplano de construcción metálica, especialmente sólido, con revestimiento mixto tela y metal y de estructura muy simple.

La configuración del ala era análoga a la de los tipos anteriores, con dos largueros de duraluminio con secciones en doble T y costillas muy livianas realizadas en láminas de aleación liviana embutida de 4/10 mm de espesor cada costilla no superaba los 380 gramos de peso. Cada una de las semialas superiores estaba dotada de alerones. Una estructura análoga presentaban las dos semialas inferiores -notablemente reducidas- así como la cuerda y la envergadura.

Cada par de semialas estaba unido por un único montante metálico y la célula carecía totalmente de cables o tirantes de conexión entre las puntas de los montantes y el fuselaje. A cambio, había dos cables entre cada una de las punta de eje de las ruedas y la semiala inferior correspondiente. El ángulo de flecha alar era de 5º, mientras que el diedro era de 2º.

El empenaje consistía en un plano fijo horizontal estabilizador, un elevador compensado estática y dinámicamente y una deriva vertical con timón, este último también compensado.
El tren de aterrizaje estaba constituido por seis patas de fuerza que unían el fuselaje a un bastidor rectangular horizontal. El eje, unido al telar en cuestión por medio de cordones elásticos, llevaba en cada una de sus puntas una rueda de 800 por 150 mm.

El motor montado en los primeros ejemplares era un Renault de 420 caballos y 16 cilindros, pero posteriormente fue montado un Lorraine-Dietrich de 450 caballos de tres bancadas de cilindros en línea.

Los Bréguet 19 fue expuesto a leves modificaciones estructurales para el montaje de propulsores de distinta potencia. Las versiones con motor en línea fueron dotadas de un radiador retráctil ubicado debajo de la nariz del fuselaje.

Las instalaciones de a bordo comprendían una ametralladora fija sincronizada Vickers o Hotchkiss, un montaje móvil con dos armas para el observador alojado a espaldas del piloto y porta bombas internos, ubicados en el fuselaje, y también externos, aplicados en el ala inferior. Por lo general, el avión estaba dotado de equipos para la inhalación de oxigeno, calefacción para la cabina y de radio receptor-transmisor.

En el transcurso de sus 15 años de servicio, el avión 19 fue equipado con motores, Lorraine-Dietrich de 400 y 450 caballos, Gnôme-Rhône "Júpiter" de 420 y 480 caballos, Renault de 480, 500 y 550 caballos, Hispano-Suiza de 450 y 500 caballos, Farman de 500 caballos y Salmson de 500 caballos.

Tres fueron las versiones básicas; el 19 A.2 biplaza de observación y reconocimiento, el 19 B.2 biplaza de bombardero diurno y nocturno y el 19 G.R. "Grande Reconnaissance", para reconocimiento en grandes distancias. Los tres fueron largamente utilizados por la aviación militar francesa y varios ejemplares fueron exportados a la Argentina, Bélgica, Bolivia, China, Grecia, Irán, Polonia, Rumania y Yugoslavia. Entre otros países, el Bréguet 19 fue construido bajo licencia en Bélgica alrededor de 150 ejemplares, producidos por la SABCA, Gracia, España 130 por la C.A.S.A., y por la Ikarus de Yugoslavia el primer Br.19 yugoslavo salía de la fábrica de Kraljevo el 1º de junio de 1930.

Los Bréguet 19 comenzaron a desaparecer de las unidades de primera línea a partir de la segunda mitad de los años treinta, aunque cierta cantidad de estos aviones aproximadamente 160 todavía estaban al servicio de la aviación francesa al 1º de enero de 1936. Algunas naciones extranjeras los mantuvieron en servicio inclusive hasta 1940.

El nuevo biplano de Bréguet sustituyó exitosamente -en los años 20- a los más viejos Bréguet 14 en la escuadrillas de reconocimiento y observación de la "Armée de I´Air", tanto en el territorio metropolitano, dividido en cuatro regiones aéreas principales por esa época Metz, París, Tours y Lyon, como en ultramar, en la quinta región aérea, que comprendía Argelia, Túnez y Marruecos. Gracias a sus características de solidez, el Bréguet 19 tuvo un empleo importante en las escuadrillas militares de Francia y del exterior, demostrando se una máquina sumamente flexible y de fácil manutención. Pero puesto que había nacido como avión militar, el Br.19 debió gran parte de su fama a una larga serie de hazañas y records de resonancia mundial En manos de los más expertos pilotos franceses, los aviones de Bréguet fueron -entre 1924 y 1930- los protagonistas de hazañas de excepción en los cielos de todo el mundo. Tras el primero de los grandes enlaces aéreos realizado por el Bréguet 19 de Pelletier-Doisy en 1924, el primer record mundial de distancia en línea recta fue obra de un Bréguet 19. Con un avión de este tipo, Lematre y Arrachart cubrieron los 3,166 kilómetros que separaban a París de Villa Cisneros.

En 1926, otros Bréguet 19, con 2,950 litros de combustible a bordo, volvían a cubrirse de gloria: Girier y Dordilly volaban de París a Omsk 4,716 kilómetros, luego Costes y Rignot aterrizaban -sin haber hecho escalas- en Djask tras 5,396 kilómetros de vuelo y por último, el mismo aparato era utilizado por Challes y Weiser para la incursión París-Bender-Abbas 5,200 kilómetros.

En 1927, el comandante Dagnaux -a bordo de un Br.19- unía por primera vez París con Madagascar superando las más severas condiciones meteorológicas. Después de haber sobrevolado más de 13,000 Km de tierras inhóspitas y de haber atravesado el canal de Mozambique -de 5,600 kilómetros- aterrizaba por fin en Tananarivo.

En junio de 1927 -tras el prestigioso vuelo de Lindbergh- Costes y Rignot partieron hacia Oriente con la esperanza de llegar a la ciudad de Tchita, en Manchuria, a 7.200 kilómetros de País. La provisión de combustible era de 3.500 litros y le permitía al Bréguet 19 una autonomía de 44 horas. El vuelo fue interrumpido en la zona de los Urales, pero las grandes posibilidades del avión fueron confirmadas definitivamente cuando en octubre, una tripulación compuesta por Le Brix y Costes enfrentaba con éxito por primera vez el Atlántico meridional a bordo de un biplano bautizado "Nungesser-et-Coli".

miércoles, 9 de marzo de 2016

AVIÓN DE HAVILLAND DH-98 MOSQUITO



Geoffrey De Havilland, uno de los más capaces y fecundos proyectistas ingleses, realizó durante los años de la Primera Guerra Mundial varios biplanos interesantes mono y bimotores, y continuó siendo fiel a la fórmula biplana aun posteriormente, con una nutrida serie de aviones civiles, entre los cuales se insertaron también algunos modelos militares que, salvo aquellos de adiestramiento de la familia de los "Moth" no tuvieron, sin embargo, mucho éxito.

Abandonando la marcada línea conservadora de sus anteriores realizaciones, De Havilland pasó a aviones de concepción netamente más moderna en 1934, con el bimotor biplaza D.H.88 "Comet" realizado para la carrera de Inglaterra a Australia que fue ganada brillantemente por el D.H.88 G-ACSS "Grosvenor House", piloteado por Scott y Campbell Black. Si acaso De Havilland hubiese necesitado una confirmación de las posibilidades ofrecidas por la fórmula monoplana con estructura monocasco y tren de aterrizaje retráctil, el siguiente cuatrimotor comercial D.H.91 "Albatross" lograría, por cierto, suministrársela.

Este elegante avión, que voló por primera vez el 20 de mayo de 1937, fue fabricado solamente en siete ejemplares que, además, denunciaron varias deficiencias aerodinámicas y estructurales; pero lograr transportar 22 pasajeros en trayectos de más de 1.500 Km. al hermoso promedio de aproximadamente 340 Km/h, con un peso en el despegue de alrededor de 13 toneladas y con una potencia máxima total de poco más de 2.000 caballos era, sobre todo para la época, un resultado poco menos que excepcional y, por lo tanto, no debe asombrarnos el hecho de que Geoffrey De Havilland se convenciese de las brillantes performances que podía lograr un moderno avión gracias a un diseño aerodinámico refinado, como aquel que permitía, precisamente, una estructura monocasco de madera, del tipo utilizado precisamente en los D.H.88 y D.H.91.

La aparición del D.H.91 sugirió, en el cuadro de la situación política europea que estaba deteriorándose rápidamente, cuál podía ser una utilización de la versión postal del Albatross, que con un peso en el despegue de aproximadamente 14.500 Kg, estaría en condiciones de llegar a Berlín, decolando desde Gran Bretaña con una carga "efectiva" de más de 2.500 Kg, y regresando sin escala. De este modo se originó una encendida disputa entre el Air Ministry y la firma fundada por De Havilland.

Lo que Geoffrey De Havilland sostenía, afirmando que la solución más económica y más eficaz para colocar la máxima carga posible de bombas sobre un blanco enemigo consistía en realizar un pequeño bombardero de madera, liviano y ultra veloz, desarmado, que pudiera construirse en una reducida cantidad de horas utilizando inclusive mano de obra no aeronáutica, lo más simple posible y capaz, precisamente gracias a su velocidad, de eludir a las defensas enemigas, iba ya demasiado en contra de las teorías aceptadas universalmente.

Sin embargo, la tenacidad del constructor inglés obtuvo al final su merecido éxito y, el 1º de marzo de 1940, el Ministerio estipulaba con la De Havilland un contrato para la provisión de 50 ejemplares del avión incluido el prototipo con sigla D.H.98, en la versión destinada al bombardeo y el reconocimiento, pero del cual ya estaba prevista una posterior versión de caza. El anterior 29 de diciembre, gracias al apoyo solamente del Air Chief Marshal Sir Wilfred Freeman del Comité del Aire para la investigación, el desarrollo y la producción aeronáutica, la De Havilland había recibido un pedido para el proyecto detallado del nuevo avión, de acuerdo con la especificación B.1/40.

Pintado de color amarillo brillante y con matrícula E-0234, el prototipo D.H.98, piloteado por Geoffrey De Havilland Jr., hijo del constructor. El primer contrato que había llevado a la realización del avión, había sido estipulado menos de once meses atrás.

El D.H.98 "Mosquito" era un bimotor de ala alta, con empenaje cruciforme y tren de aterrizaje triciclo posterior retráctil, con estructura totalmente de madera. El ala, marcadamente convergente en planta y espesor, con un diedro frontal de 1º24´ en el dorso y una pronunciada flecha hacia adelante en el borde de salida, estaba formada en una sola pieza, basada en una estructura resistente constituida por los dos largueros con forma de caja con platabandas de spruce y alma de madera terciada de abedul y por el revestimiento que los unía.

Entre los laterales del fuselaje y los alerones se extendían los hipersustentadores, cuya angulación máxima era de 45º, divididos en cuatro elementos por las popas de las góndolas motrices.

El fuselaje del Mosquito estaba constituido por los dos semimonocasco derecho e izquierdo, con estructura en sándwich compuesta por dos capas de madera terciada y una capa de madera balsa interpuesta, que eran construidas sobre matrices de madera de forma especial. La estructura del fuselaje estaba reforzada por refuerzos longitudinales y por siete cuadernas, también realizadas en dos mitades salvo la última, dispuestas una en la trompa, como soporte según los casos del capotado de la proa de aleación liviana, de la trompa de vidrio o del radomo; una en correspondencia con el extremo anterior del compartimiento de bombas; otra a la altura de la intersección del larguero posterior alar con el fuselaje; otra en el extremo posterior del compartimiento de bombas; y otra aproximadamente en la mitad de la sección posterior del fuselaje. Las últimas dos cuadernas soportaban la cargas debidas a la rueda de cola y a los empenajes.

Los parantes anteriores del tren de aterrizaje derecho e izquierdo, intercambiables, se retraían hacia atrás en las góndolas motrices, siendo ocultados por portillos accionados por cordones elásticos. También la rueda de cola se retraía hacia atrás, en el cono terminal del fuselaje, y todos los parantes del tren de aterrizaje estaban provistos de amortiguadores con tapones de goma.

Los motores del Mosquito, alojados en góndolas cuidadosamente realizadas (que en los primeros 19 ejemplares del avión llegaban hasta el borde de salida alar, pero que en todos los siguientes se extendían claramente más hacia atrás), eran los doce cilindros en V derecha Rolls-Royce "Merlin", con compresor accionado mecánicamente y reductor, pertenecientes a diferentes series de acuerdo con las versiones del avión y su empleo, y que accionaban hélices tripala De Havilland de velocidad constante, con comando hidráulico de la variación del paso y la posibilidad de puesta en bandera. Solo en pocas versiones aparecieron hélices cuatripala.

Los dos miembros de la tripulación piloto y observador-puntero, o piloto y operador de radar estaban alojados en la cabina de vidrio con asientos colocados uno al lado de otro, dispuesta en posición muy avanzada.

La construcción de madera contribuyó en gran medida al éxito del Mosquito, asegurándole una superficie externa extremadamente lisa y bien realizada que facilitó la obtención de elevadas velocidades, notablemente rígida en la parte interna y capaz de resistir muy bien la ofensiva enemiga. Además de su capacidad de deterioro, reducida por el empleo de colas fenolicas, no tuvo efectos negativos en el destino de un avión cuya vida, como la de todos los aviones bélicos, estaba fatalmente destinada a no durar demasiado.

Las brillantes características aerodinámicas y las excelentes performances de los motores aseguraron al Mosquito condiciones de velocidad, techo teórico, alcance y carga, que le permitieron ser empleado con éxito en una amplia variedad de tareas. En total se fabricaron 7.781 ejemplares del Mosquito, de los cuales 6.710 durante los años del conflicto, participando también en la producción, las filiales canadiense y australiana de la De Havilland, con 1.134 y 212 aviones respectivamente. El versátil bimotor fue realizado como bombardero veloz, carente de cualquier armamento defensivo y con cargas de bombas que, alcanzando a 1.814 Kg. de los 907 inicialmente previstos, impusieron portillos combados en el depósito ventral, en las versiones B, B por bomber=bombardero.

Durante su intensa carrera, el Mosquito sería realizado en varios ejemplares experimentales, probando frenos aerodinámicos de diferentes tipos, varios puestos defensivos que fueron todos descartados y, además, la bomba de rebote Wallis, que los Lancaster del Squadron 617 emplearon en el famoso ataque contra los diques del Moehne, del Sorpe y del Eider.

El Mosquito hizo su aparición, como avión de reconocimiento, el 20 de setiembre de 1941, cuando el Mk.I con matrícula W 4055 efectuó una misión sobre Francia, fotografiando Brest, La Pallice y Burdeos, y escapando con facilidad de los caza alemanes que intentaron interceptarlo. La primera misión de los Mosquito bombarderos fue efectuada, en cambio, por cuatro aviones el 31 de mayo de 1942, sobre la ciudad de Colonia.

Los Mosquito de reconocimiento, en octubre de 1943, tomaron fotografías que revelaron a los aliados la existencia de las armas de represalia alemanas (V-2), y operaron en los cielos europeos con una casi absoluta inmunidad y, posteriormente, en los del Pacífico, con igual éxito. Los Mosquito bombarderos, además de una incesante acción de perturbación, desempeñaron un papel de primer plano en la ofensiva aérea contra Alemania, siendo ampliamente utilizados como marcadores de blanco, y en algunas legendarias acciones a bajísima altura, entre las cuales se cuentan aquella contra el comando de la Gestapo de Oslo (25 de setiembre de 1942) y aquella contra la prisión de Amiens (18 de febrero de 1944), que permitió la evasión de 258 combatientes de la resistencia francesa. Los Mosquito de caza, con un total de aproximadamente 700 victorias aéreas y de alrededor 600 bombas voladoras V-1 destruidas, truncaron los últimos esfuerzos ofensivos de la Luftwaffe contra Inglaterra y emularon los éxitos de las otras variantes, que hundieron no menos de diez submarinos alemanes y desengancharon casi 27.000 toneladas de bombas sobre objetivos enemigos.

Además de la RAF, la Royal Navy y la BOAC, también las aeronáuticas militares australiana, belga, canadiense, checoslovaca, de China nacionalista, dominicana, francesa, israelita, yugoslava, neozelandesa, noruega, estadounidense, sudafricana y sueca emplearon el Mosquito y, por lo menos una ejemplar del avión, pasó a Rusia en 1942.

viernes, 4 de marzo de 2016

EL AVIÓN BE 2



Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial en 1914, el principal objetivo de los aviones militares era el de reconocimiento.

El británico BE 2, del cual el BE 2B fue una variante, era apropiado para esta tarea; Era muy estable en el vuelo, permitiendo a los ocupantes el estudio del terreno, hacer fotos y tomar notas.

El BE 2 fue también uno de los primeros aviones en arrojar bombas. Uno de los problemas más grandes para los diseñadores de aviones durante la guerra fue el montaje de las ametralladoras.

En aviones que tenían hélices de montaje frontal, el campo de disparo estaba restringido por la hélice y otras partes del avión. 

El problema fue resuelto en 1915 por el alemán Anthony Fokker, que diseñó un mecanismo interruptor que evitaba que la ametralladora disparara cuando la pala de la hélice pasase frente el cañón.

El LVG CVI alemán tenía una ametralladora delantera a la derecha del motor, también una ametralladora en la cabina de mando trasera y capacidad para bombardear.

Fue uno de los aviones más versátiles de la guerra.