Casi 99 años han
transcurrido desde que se decreto la creación del Arma Militar de Aviación, la
cual se formo con mas empeño que recursos, pero aun así se dio a la tarea de
dar alas al ejercito mexicano en un momento donde el sistema político de
nuestro país sufrió un fuerte sisma.
A la par Europa, se encontró sumergida en la primera
conflagración moderna, misma que sirvió para mostrar el alcance que el ingenio
militar alcanzo; así en este escenario recibieron el “bautizo” de fuego armas
como el tanque de guerra, el submarino y por su puesto el avión.
Este último llego a esta cita tras recorrer un camino en el cual
se compuso por diferentes etapas: construcción, experimentación, exhibición,
aplicación práctica, comercialización de equipos aéreos y entrenamiento.
Escalones que se alcanzaron previos a la aplicación bélica de la aviación, en
cierta manera los países que tuvieron aviones en aquella época de alguna u otra
forma siguieron este proceso.
Así nuestro país inició desde finales del siglo XIX sus
experimentos en aerostática, no obstante como esta actividad fue cayendo en
poco uso y la aviación inicio con mucho brío su “ascenso”, se convirtió en una
actividad más llamativa.
Ya para la primera década del siglo XX, Alberto Braniff tuvo la
fortuna, después de batallar con su juguete traído de Europa, en ser el primer
mexicano en volar. De igual manera de manera casi oculta hombres como Juan
Guillermo Villasana, Juan Pablo y Eduardo Aldasoro, etc., buscaron seguir a pie
juntillas el proceso que los hermanos Wright y los constructores europeos siguieron
para hacer de su experimento un éxito.
Al todos los constructores de manera literal, hicieron “circo –
maroma y teatro” para promoverse. La diferencia radico en los medios, ya que
mientras los objetivos de los americanos fue su propio gobierno, concretamente
el ejército norteamericano, los europeos se dedicaron a deleitar a las masas,
sobre todo a las pudientes, para vender sus aviones. Mientras que los mexicanos
buscaron quien les hiciera caso, ya fuera el gobierno o algún mecenas que les
facilitara los recursos para sus proyectos.
No obstante la “fiebre” por volar llevó a aquellos a la compra
de aviones con el proveedor que fuera, sin importar el constructor. Resultando
mas rentable el comprar que el invertir en el desarrollo de una industria
aeronáutica propia, como ocurrió en nuestro país.
Así, afortunadamente o
quizá lo contrario, llegó la guerra, en la cual y a pesar de sus detractores,
la aviación paso a causar alta en los servicios bélicos; en los Estados Unidos
está se incorporo al agrupamiento de señales, en Europa paso directamente de la
observación al ataque, ya que los pilotos e inventores se apresuraron a adaptar
armas ofensivas a los aparatos. En México, pese a tener un
escenario similar al frente europeo, de los proyectos nunca se paso, ya que aun
cuando Díaz designo un par de aspirantes a aviadores, estos regresaron cuando
este Presidente había abandonado el país; Madero también promovió entrenar y
adquirir aeroplanos, proyecto que prospero un poco mas pero a final de cuentas
solo quedó en propósito. No fue sino hasta la llegada de Venustiano Carranza
cuando el objetivo se clarifico y tomo forma dando origen al “Arma Militar de
Aviación”, antecedente directo de nuestra Fuerza Aérea Mexicana.
Dicha arma se concebido como un proyecto integral, dentro del
esquema seguido en el desarrollo de la aviación, desafortunadamente y como en
todas las carreras, otros países ya nos llevaban la delantera y simple y
llanamente poco se impulso el desarrollo de aviones nacionales. Pasando a ser
una nación dependiente de equipos aéreos, hasta la fecha.
Así las cosas, nuestra aviación militar no ha despegado,
actualmente nuestros recursos aéreos son limitados, las aeronaves tipo jet esta compuesta por solo
5 aviones F-5, ya en espera de una actualización. Y solo tenemos rumores que
van y vienen de nuevas adquisiciones, y aunque en estos últimos meses se ha
visto el arribo de equipos de carga CN-295 y C-27 esto no basta ya que nuestro
territorio demanda más equipos de carga con amplia capacidad y operatividad en
cualquier circunstancia, en materia de defensa considero que con los PC-7 no es
suficiente, ya que es mucho territorio para pocos aviones.
Ahora bien países como Argentina, Brasil, Chile, etc. Han
adquirido equipos de reciente mano factura y se han empeñado en su
mantenimiento integral, ¿Qué pasa en nuestro país?, al parecer seguimos en el
camino de pensar que la aviación ocupa un papel secundario (o mas alejado aun)
dentro de las fuerzas armadas.
Pero en fin, aun así expreso mí mas alto reconocimiento y
agradecimiento a todos esos hombres y mujeres del aire, que día a día, así sea
desde los escritorios se encargan de que la FAM continúe prestando servicios a
la sociedad civil. ¡Felicidades a todos ellos!
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