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sábado, 25 de abril de 2009

LA AVENTURA DE UN PAISANO MÍO


Éste, es un reconocimiento personal, a mi Profesión, a la Fuerza Aérea Mexicana, a mis compañeros, a la Escuela Militar de Aviación que me formó, al Colegio del Aire que me cobijó en la Basé Aérea de Zapopan, y a muchas aventuras que viví con... LAS ALAS EN MI PECHO. 
Siendo Piloto del Secretario de la Defensa Nacional, allá por 1974 hice un vuelo a Torreón Coahuila, ahí conocí al comandante dela aeropuerto, el capitán piloto aviador Ildefonso Rodríguez Armendáriz, quien nació en Sabinas Coahuila. Fue mecánico de la Fuerza Aérea Mexicana retirándose de ella, en 1965 donde se inicia como piloto privado y se hace comandante del aeropuerto de Torreón la principal ciudad de la comarca lagunera. Ya sentados los dos en el restaurante frente a dos tazas de café, me platicó una de sus aventuras. “Hace dos años piloteaba un avión recién traído de la fábrica, y viniendo de la pista del valle de Topia perdí el control de la nave debido al fuerte viento y a la nieve que caía; maniobrando, logré aterrizar en un lugar llamado Ojito de Camellones, en ese lugar me dieron auxilio, me invitaron a cenar y me prestaron una chamarra pues yo no llevaba nada para el frío, me prestaron un catre. Al día siguiente desayune un cafecito de calcetín con unos burros de machaca. Luego fui rescatado gracias a que la unidad de radio de la aeronave no sufrió daños y logré comunicarme con un avión que formaba parte del grupo de búsqueda y rescate” Esta es una de las aventuras que un piloto aviador, paisano mío tuvo en el estado de Durango y que me platicó en el restaurante del aeropuerto con mucha modestia. Así como esta pequeña aventura de un piloto mexicano, nuestra aviación está llena de anécdotas semejantes.

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