Reseña
del viaje, por parte del Grupo Guadalajara de la AEMA, a presenciar el 6/o Espectáculo
Aéreo de la Fuerza Aérea Mexicana, los días 26,27 y 28 de agosto del presente.
Por el Piloto Aviador
Enrique A. Guerrero Osuna.
Antes
de iniciar quisiera enviar una calurosa felicitación a todos los integrantes
del Comité Ejecutivo Local del Grupo Guadalajara por su muy eficiente y
entusiasta organización de este viaje tan especial.
Con
mucha antelación se fue preparando todo, desde la planeación y coordinación
hasta la puesta en marcha y excelente ejecución. Por supuesto el apoyo por
parte de la Comandancia de la FAM y de su Estado Mayor Aéreo fue vital para el
buen desempeño de todo. Por este modesto medio también queremos enviar un
saludo fraternal y nuestro agradecimiento.
Se
contrataron los servicios de un autobús turístico, el cual resulto una muy
buena elección ya que se trató de una unidad nueva con un chofer muy atento y
seguro. La asignación de asientos se hizo también con anticipación de manera
que a la hora de abordar en Guadalajara no hubo ningún problema. La ETD se fijó
para las 0600 local y así se hizo, todo mudo llego a buena hora y salimos rumbo
a nuestro destino.
La
primera “pierna” o parada fue en San Juan de los Lagos, Jalisco. Ciudad famosa
por sus peregrinaciones anuales. Visitamos la zona del centro y por supuesto
fuimos a la Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, la cual con
sus torres gemelas que nos recuerdan el arte barroco, y su fachada de cantera
rosa nos recibió con las puertas abiertas. Esta ciudad recibe la enorme
cantidad de entre 7 a 9 millones de peregrinos anuales que generan una
considerable derrama económica. Junto con los municipios aledaños de:
Teocaltiche, Encarnación de Díaz, Jalostotitlán, San Miguel el Alto, San
Julián, Unión de San Antonio y Lagos de Moreno, constituyen lo que conocemos
como la región de Los Altos de Jalisco.
Nuestra
siguiente parada fue en la bella ciudad de León, Guanajuato. Por razones de
tiempo solo visitamos la zona alrededor de la Central Camionera donde se
concentra la mayor parte del comercio del calzado y de artículos de piel con
precios realmente muy bajos. Todos hicimos algún tipo de compra.
Salimos
“flechados” hacia Querétaro a donde arribamos para comer en un restaurante
previamente seleccionado. Los alimentos estuvieron muy buenos, pero con la
salvedad que al pagar la cuenta se tardaron mucho tiempo.
Finalmente
llegamos a nuestro destino en la ciudad de Pachuca, Hidalgo. El hotel fue el
Misión Express. Muy buena selección por parte del Piloto Aviador Rafael Hernández
Rivera, los cuartos muy amplios y agradables y la tarifa muy razonable. Todos
quedamos satisfechos.
Al
otro día, 27 de agosto, nos levantamos muy temprano para dirigirnos a la Base
Aérea de Santa Lucía, Estado de México.
Al
llegar nos topamos con una gran cantidad de visitantes por lo que el acceso a
lo que conocemos como “el casco” fue muy lento. Al llegar a la zona de gradas
fuimos recibidos por un oficial de parte del Cuartel General de la FAM, quien
muy amablemente nos dio la bienvenida y nos acompañó hacia nuestros lugares
asignados con una vista magnifica de toda la plataforma.
Un
poco antes de la hora de inicio del show, despegaron varios aviones de
transporte, principalmente CASA 295, Spartan y C-130 Hércules. Arribaron el
Secretario de la Defensa y el Secretario de Marina, a quienes se les hicieron
los honores de ordenanza. Cabe aclarar que al Comandante de la Fuerza Aérea
Mexicana no se le mencionó para nada. Después nos enteramos que sí estuvo presente,
sin embargo no portaba su uniforme ya que asistió vestido de civil, cosa que
nos llamó poderosamente la atención, hasta el momento desconocemos las razones.
Exactamente
a la hora estipulada (1100 horas) dio inicio el programa en donde un
helicóptero UH-60M portando la bandera nacional pasó frente a las tribunas. A
continuación aparecieron sobre nosotros varios paracaidistas, algunos por
debajo de una capa de nubes y otros sobre ella. La visibilidad fue de más o
menos 4 millas, lo cual fue confirmado posteriormente por medio de un reporte
oficial. Todos los paracaidistas aterrizaron en la zona designada.
Posteriormente se efectuó un salto
masivo con otro tipo de paracaidistas. Se realizó también un simulacro de
ataque a blancos terrestres por varios helicópteros armados (con detonaciones
reales en tierra). La escuadrilla de demostración con aviones Stearman PT-17 de
la EMA también hicieron acto de presencia, de hecho ellos iniciaron las
demostraciones de vuelo, haciendo varias “pasadas” bajas frente al presídium.
A
partir de ahí se sucedieron en forma escalonada en tiempo las diversas
apariciones de los propios aviones de transporte coronándolas con un
espectacular, en verdad impresionante, “rompimiento de los C-130 Hércules justo
encima de la plataforma. Todos los presentes, cual más, cual menos nos
impresionamos fuertemente, sobre todo los que hemos participado en este tipo de
maniobras y sabemos el riesgo tan grande que se corre, por lo que la
coordinación debe ser precisa. Varias horas después del show seguía sintiendo
como vibraba mi corazón al recordar esos momentos. Las formaciones se fueron
sucediendo. Algunos pilotos con sus maniobras nos dejaron verdaderamente “con
el alma en un hilo” porque sabemos lo que se requiere para ejecutarlas. Los
helicópteros hicieron varias maniobras elegantes y precisas, una de ellas, en
aviación le decimos “ballet”, una verdadera hermosura de vuelo, con lentitud,
con prestancia, en donde los pilotos volaron hacia arriba, hacia abajo, hacia
los lados, hacia atrás en un espacio muy reducido. Por otro lado la escuadrilla
acrobática de la EMA nos detuvo varias veces la respiración con su ya
tradicional maniobra del “espejo” con barril volado. La
precisión demostrada en cada pasada, sobre todo los AT-6 Texans II nos hicieron
aplaudir con verdadero orgullo, algunos de nosotros que tuvimos la gran
oportunidad de volar en los primeros AT-6 de motores radiales, recordamos con
respeto aquellas enseñanzas que nos fueron transmitidas por nuestros
instructores de vuelo, pero al mismo tiempo vemos con verdadero orgullo como
los actuales pilotos aviadores militares mantienen viva esas tradiciones de
buen pilotaje y profesionalismo.
Al
ver pasar un 727 escoltado por los F-5 dándole una despedida a ese magnifica
aeronave, todos sentimos un nudo en la garganta, para después darle la
bienvenida, también escoltado por los Tigres, al recién adquirido 737-800.
De
nuevo para cerrar el espectáculo, paso volando lenta y majestuosamente la
enseña tricolor en sentido inverso.
La
asistencia, por si le gustan los números fue de 289,000 espectadores
aproximadamente. Imagínense la logística para lidiar con esa cantidad
espeluznante. Eso provocó varios
problemas, para empezar unas filas enormes para el acceso, y a la salida un
pequeño caos de varias horas de duración, pero todos íbamos totalmente
tranquilos, sin prisas, después de haber
presenciado un magnífico espectáculo bien ejecutado y mejor coordinado.
Quedamos
invitados a volver a presenciarlo el año entrante.
Por
nuestra parte (el Grupo Guadalajara) nos regresamos a la ciudad de Pachuca a
donde arribamos sin novedad ya bien entrada la tarde.
Lamentamos
profundamente como socios de la AEMA, no haber podido hacer contacto con
nuestros compañeros del Grupo México
durante este evento, suponemos que ellos estuvieron presentes en un lugar
distinto a donde nos asignaron a nosotros, y en aquel “maremágnum”, porque eso
fue, no nos pudimos ver, pero a través
de esta modesta reseña queremos compartir con ellos. Nos enteramos que hubo
algunos otros eventos paralelos que impidieron la presencia de algunos socios.
Al
siguiente día, domingo 28, iniciamos nuestro retorno, no sin antes aprovechar
para hacer una visita a Tula, Hidalgo, al lugar conocido como los Atlantes de
Tula, para después continuar hacia San Miguel de Allende, Guanajuato para ahí,
después de tomar nuestros sagrados alimentos, nos dedicamos a “turistear” por
el centro. Nos llamó la atención la gran cantidad de turismo tanto nacional
como extranjero, claro también pudimos observar que los precios se van por las
nubes, principalmente los bienes raíces, porque todo se cotiza en dólares, como
en otras partes de nuestro país. Después de algunas horas recorriendo las magníficas
autopistas, arribamos a la Perla Tapatía bajo una pertinaz llovizna, pero absolutamente
en Forma Uno, es decir, “Sin Novedad”.
Solo
me resta una vez más agradecer a los Pilotos Aviadores, Rafael Hernández Rivera
y Amador Cantú Muñoz por su valiosa cooperación y coordinación sin cuya
intervención este viaje tan bien organizado, no hubiera sido posible. Fue una
magnifica convivencia familiar.
Sursum
Corda compañeros.
(Arriba Corazones).
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