Entre las muchas enseñanzas
que la USAF obtuvo del conflicto coreano, una de las más importantes fue por
cierto aquélla relativa a la inadaptabilidad de sus aviones de transporte. Con
excepción del doble cola C-119, éstos eran en su mayor parte, C-46, C-47 y C-54
de la Segunda Guerra Mundial, a los cuales se habían sumado las versiones de
transporte militar del Costellation, del DC-6, del Boeing
"Stratoliner" y el gran "Globemaster"; en conjunto, se
trataba de aviones Heterogéneos de concepción bastante vieja, esencialmente
extrapolaciones y adaptaciones de aviones comerciales (salvo la excepción
arriba mencionada), propulsados por motores alternativos y fundamentalmente
inadecuados a las nuevas y pesadas tareas que la USAF había asumido con los
transportes aéreos militares.
De estas conjeturas surgió
la especificación que la USAF formuló, a comienzos de 1951, para un avión capaz
de operar desde terrenos semipreparados y en condiciones de transportar más de
17 toneladas de carga efectiva a 1.800 Km aproximadamente de la base de
partida, además de regresar a la misma sin tener que reabastecerse. Entre los
proyectos propuestos por diversas casas constructoras terminó imponiéndose el
de la Lockheed y, después de los habituales exámenes y algunas reelaboraciones,
siguió el pedido para dos prototipos a comienzos de julio de 1952.
El planeamiento en detalle y
la preparación de un prototipo del avión comenzaron inmediatamente en Burbank,
sede californiana de la Lockheed y, después de que las comisiones de la USAF
hubieran inspeccionado repetidamente el prototipo, en setiembre de 1952 la
división de la Lockheed de Marietta, en Georgia, comenzó a prepararse para la
fabricación en serie del avión. Los dos prototipos, siglados YC-130, se encontraban
entre tanto en construcción en Burbank y, el 23 de agosto de 1954, el primero
de los Hércules (matrícula 53-3396) efectuó su primer vuelo decolando desde el
aeropuerto de esta ciudad, piloteado por Stanley Beltz.
El avión, en cuanto a elegancia, no era ni siquiera lejanamente comparable a los
cazas y los aviones comerciales de la casa californiana, pero su configuración
racional y perfectamente funcional se impondría merecidamente, siendo adoptada
posteriormente en muchos multimotores y, en la práctica, en la totalidad de los
cuatro turbohélice militares de transporte.
El Lockheed C-130H
"Hércules", última principal versión del cuatro turbohélice
estadounidense, es un monoplano totalmente metálico de ala alta en voladizo,
empenaje cruciforme, grupos moto propulsores en instalación tractora en el
borde de ataque y tren de aterrizaje triciclo anterior retráctil, cuyos
parantes anteriores se retraen en los amplios carenados aplicados en los
laterales del fuselaje.
El ala del C-130 está constituida por tres secciones principales; la central de
planta rectangular unida al fuselaje, y que se extiende hasta las góndolas
motrices internas, y las dos externas moderadamente convergentes. Tiene una
estructura basada en el clásico cajón de doble larguero, con revestimiento de
amplios elementos fresados cuya longitud llega a casi 15 metros. El borde de
salida alar está totalmente ocupado por los hipersustentadores de deslizamiento
Lockheed-Fowler, de más de 31 m2 de superficie total, y por dos alerones,
también con estructura del tipo tradicional en aleación liviana, con una
superficie total de unos 10 m2, servoasistidos hidráulicamente y provistos
ambos de aletas correctoras. El borde de ataque, en cambio, está constituido
por una estructura de doble pared, en cuyo intersticio circula el aire caliente
tomado de los compresores de los motores, que asegura su protección anti hielo.
El corpulento fuselaje está
constituido por tres elementos principales. A la amplia trompa, donde está
dispuesto el puesto de pilotaje y en cuyo vientre se retrae hacia adelante el
parante anterior del tren de aterrizaje, le sigue la sección central, que se
extiende aproximadamente hasta la sección en la cual esta unida mediante
bisagras la rampa de carga posterior. Dos grandes cuadernas dispuestas aproximadamente
en la mitad de la longitud de esta sección, en correspondencia con las caras
anterior y posterior del cajón alar, transmiten al ala las cargas del fuselaje,
y a éstas a su vez están unidos los parantes posteriores del tren de
aterrizaje. El cono terminal, marcadamente aplastado en sentido horizontal para
permitir la instalación de rampas de carga y el trasbordo de auto vehículos, se
extiende hasta la pequeña popa, y a éste están unidos los empenajes.
La estructura del fuselaje está basada en una compacta serie de cuadernas
transversales y de larguerillos longitudinales, y en dos resistentes largueros
inferiores, dispuestos a la altura del piso del compartimiento de carga, que
tiene un volumen útil de 127,45 m3, y que con una longitud de 12,294 m tiene un
ancho y una altura de 3,048 m y 2,743 m, respectivamente. La sección del
fuselaje, es ligeramente más ancha que alta, de modo que permita una más fácil
instalación de cargas voluminosas a bordo.
Marcadamente convergentes, y
el vertical dotado de una considerable aleta dorsal, los planos de cola están
constituidos por un estabilizador de doble larguero de ángulo constante y por
una deriva de triple larguero, con protección anti hielo del borde de ataque
asegurada por la circulación de aire caliente, a la cual están articulados,
respectivamente, los dos semi elevadores y el timón, totalmente metálicos,
dotados de aletas correctoras en el borde de salida y servo asistidos hidráulicamente.
El tren de aterrizaje, estudiado de modo que permita el empleo del avión
inclusive en terrenos semipreparados, utiliza ruedas de gran diámetro (de 99 cm
las dos anteriores, con una presión de 4,6 atmósferas, y de 142 cm las cuatro
posteriores, con una presión de 5,6 atmósferas) y amortiguadores oleo
neumáticos de larga carrera. Las ruedas posteriores están dotadas de frenos
hidráulicos con dispositivos anti deslizamiento, mientras que el tren de
aterrizaje anterior puede virar +- 60º. Los motores del C-130H son los
turbohélices Allison T56-A-15, alojados en góndolas realizadas con un intenso
empleo de titanio (utilizado también en las secciones de hipersustentador
expuestas a los gases de descarga). De gran simplicidad estructural, el Allison
T56 está caracterizado por tener la caja del reductor, que pesa alrededor de
250 Kg y con una relación de reducción de 13,82:1, netamente separada del
conjunto de la unidad motriz y colocada en la parte anterior y arriba de éste,
estando unida al mismo por dos travesaños tubulares y por el recubrimiento, con
más de 70 cm de largo, en el cual gira en árbol de potencia que sobresale del
extremo anterior del compresor. El reducido volumen frontal, el bajo peso y los
limitados consumos específicos del turbohélice Allison, que acciona una hélice
cuatripala Hamilton Standard de velocidad constante con dispositivo de puesta
en bandera y comando para la inversión del paso, junto con su capacidad de
suministrar la potencia de cota cero aun a grandes alturas y con temperatura
ambiente hasta los 40ºC, han contribuido comprensiblemente, y en muy amplia
medida, al éxito del avión.
Para facilitar el despegue
desde terrenos de limitada longitud se pueden utilizar ocho cohetes auxiliares,
instalados en las secciones de la popa de los carenados en los cuales se
retraen los parantes posteriores del tren de aterrizaje. En la trompa del
carenado izquierdo está instalada, en cambio, la pequeña turbina auxiliar,
empleada como fuente de energía cuando el avión está detenido en tierra,
utilizada además para la puesta en marcha de los motores.
El equipo de alimentación
está basado en depósitos integrales que ocupan todo el cajón resistente del
ala, con excepción de las secciones en correspondencia con las góndolas de los
motores. A los 26.346 litros contenidos en los mismos pueden agregarse otros
10.296 litros, en dos depósitos suplementarios colgados de los pilones
subalares entre las góndolas motrices internas y las externas. La prueba más
convincente de las importantísimas características del Hércules está
constituida, por cierto, por las mínimas diferencias que corren entre sus
diversas variantes, confirmando la validez del proyecto original, que fue
evolucionando mediante aumentos del peso total y de la potencia instalada.
En efecto, a los 231 C-130A,
que en un principio tenían una trompa redondeada sin la característica
protuberancia del radomo, y de los cuales se obtuvieron los GC-130A para el
control de blancos aéreos radiodirigidos, y los 16 RC-130A de reconocimiento
fotográfico, provistos de aparatos aerofotogramétricos y cartográficos,
siguieron los 230 C-130B, que se diferenciaron de sus antecesores por los
motores más potentes (con hélice cuatripala en lugar de la bipala), por una
mayor carga de combustible y por un tren de aterrizaje más resistente, impuesto
por los mayores pesos en el despegue.
Los doce ejemplares del
C-130 D, en los cuales hacen su aparición los depósitos suplementarios
subalares, son obtenidos modificando algunos C-130A, preparándolos para la
instalación de JATO y dotándolos de tren de aterrizaje con parantes provistos
de ruedas y esquíes (que pesaban en total alrededor de 2.500 Kg y con
superficies parcialmente cubiertas de teflón) para el empleo en la Antártida y
en superficies nevadas.
El grande y versátil
cuatriturbo hélice Lockheed se encuentra en dotación en las aviaciones militares
de Abu-Dhabi, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Gran
Bretaña, Canadá, Chile, Colombia, Dinamarca, Filipinas, Gabón, Jordania,
Gracia, Indonesia, Irán, Italia, Kuwait, Libia, Malaya, Marruecos, Mauritania,
Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega Pakistán, Perú, España, Sudáfrica, Vietnam del
Sur, Suecia, Turquía, Venezuela, Zaire y Zambia, además de los Estados Unidos.
El C-130 tuvo un papel de
primer plano en la operaciones del sudeste asiático, siendo empleado no solo
como avión de transporte, sino también para el apoyo táctico, como avión
cisterna, para el lanzamiento de paracaidistas y provisiones en este último
caso utilizando también la técnica del desenganche en vuelo, a alturas y
velocidades mínimas, con paracaídas extractor, y para el control de pequeños
aviones de reconocimiento radiodirigidos. Sin embargo, el Hércules también
desarrolló importantes misiones de paz, transportando auxilios, víveres y
medicinas a poblaciones afectadas por catástrofes naturales y carestía,
efectuando innumerables vuelos de sondeo con fines meteorológicos, vigilando
los movimientos de los icebergs y siendo empleado en misiones de salvamento y
también con fines científicos.
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