Cuando la Primera Guerra
Mundial estaba a puntos de concluir, en los talleres de la Zeppelin-Lindau y
con la dirección del profesor Claudius Dornier, se estaba construyendo un
hidroavión con casco central totalmente metálico, designado "GS-I".
Después de la firma del armisticio este proyecto se modificó para poder
utilizar ese avión en la línea comercial.
El primer ejemplar, inició
sus vuelos el 31 de julio de 1919; su construcción se terminó en los viejos
establecimientos de la Flugzeugbau Friedrichshafen de Manzell. Las tremendas
imposiciones del Tratado de Versalles impidieron que Alemania pusiera a punto
su producción y después de haber hecho una brillante presentación en Holanda,
los aliados pidieron su inmediata destrucción que se realizó en abril de 1920
en Kiel. Además, se interrumpió la concreción de dos ejemplares de un
descendiente directo, el GS-II para nueve personas.
Estos años, que fueron duros para la industria alemana, no desmoralizaron a
Dornier, quien dejó de lado estos fracasos y encontró el modo de superar las
limitaciones.
Mientras en Alemania seguía
la construcción de aviones livianos, tal como lo permitía la comisión de control,
el ambicioso industrial decidió crear la primera sociedad en Italia, en Marina
di Pisa, llamada CMASA (Construcciones Mecánicas Aeronáuticas S.A.).
Posteriormente trasladó la mayor parte de la actividad desarrollada en Manzell
a Altenrhein en Suiza.
El 6 de noviembre de 1922,
realizaba su primer vuelo, en Italia, el Dornier Do J Wal (Balena) y debido al
gran éxito obtenido en sus primeros vuelos, la mayor parte de la acciones de
bolsa de la sociedad italiana, fueron transferidas a un sindicato de ese país
para financiar inmediatamente la producción en serie del nuevo avión que en los
años siguientes contó con la aprobación del extranjero. Es bueno recordar que
pocos años después la CMASA entraba a formar parte del grupo industrial Fiat.
Desde sus comienzos, la
Dornier se especializó en las construcciones metálicas. Si bien en las oficinas
técnicas de Friedrichshafen nacieron muchos aviones terrestres, esta industria
llegó a tener una fama indiscutida en los 20 años, gracias a la producción de
sus fuertes y eficaces hidroaviones metálicos. El Wal fue un típico
representante de esta fórmula de éxito que incorporó muchas de las soluciones
estudiadas por Dornier para sus primeros aviones. Tal es el caso del amplio y
estable casco y las dos características aletas laterales.
El Wal era totalmente
metálico; las partes que debían ser más reforzadas eran de acero y las
restantes de aluminio.
El casco-fuselaje estaba
formado por un cuerpo central de 18 metros de largo y 2,40 metros de ancho,
hecho con 25 cuadernas metálicas, con revestimiento en laminado, reforzado
exteriormente, sobre la cubierta y debajo del fondo, por perfiles dispuestos en
sentido longitudinal. Para determinada longitud, los perfiles centrales eran
reforzados debidamente para proteger el casco, cuando éste se apoyaba
directamente sobre la tierra. El casco tenia el característico doble
"redan"; el primero escalonado para el despegue y el segundo más a
popa, para el amerizaje.
Este "redan"
tenía, además, un timón marino para facilitar la maniobrabilidad del avión en
el agua. Para la estabilidad lateral, el Wal disponía de las clásicas aletas
laterales, cuya superficie de fondo cubría aproximadamente el 50% de la
superficie del "redan". Los montantes de las alas se aplicaban a las
aletas. El casco se subdividida en cinco compartimientos estancos al paso del
agua, mientras que las aletas, tenían solo dos. El ala, bilarguera metálica,
era alta y estaba sostenida por cuatro montantes y por los contravientos que
sostenían también el castillo del motor, el cual a su vez soportaba dos motores
en tándem, uno accionado por la hélice tractora y otro por la propulsora.
Los depósitos estaban
ubicados en grupos de a seis, en la parte central del casco, con una capacidad
total de 700 litros.
El empenaje de tipo monoplano,
era totalmente desmontable del resto de la célula; al igual que el ala, estaba
constituido por dos largueros metálicos unidos por costillas y revestidos por
láminas delgadas de duraluminio.
Había muy pocas diferencias
sustanciales entre las versiones militar y civil del Wal. El armamento estaba
constituido por emplazamientos descubiertos de ametralladoras móviles de 7,7 mm,
una sobre la proa y la otra a veces dos en el centro, sobre el dorso del casco.
Cuatro soportes lanzabombas sobre los costados del fuselaje, soportaban 250 Kg.
El Wal militar tenía una tripulación de cuatro a cinco hombres; dos pilotos,
dos artilleros y un mecánico.
En la versión comercial, la
cabina de proa del casco podía alojar nueve pasajeros; el equipaje se colocaba
en popa. En este caso la tripulación eran dos pilotos y un radiotelegrafista.
Para la maniobra de remolque
hasta el agua, el Wal, tenia dos grandes ruedas que se fijaban al avión, cada
una de las cuales poseía un semieje de acero que se colocaba en una cavidad tubular
en cada aleta a los costados del casco. Durante el período que va desde la
finalización del primer ejemplar de serie de la CMASA italiana en 1923, hasta
el inicio de la producción del Wal militar alemán (militar-Wal 33) en
Friedrichshafen en 1932, el proyecto tuvo diversas modificaciones, pero sin
alterar en absoluto su fórmula original.
Su envergadura aumentó
aproximadamente en una cuarta parte y el avión fue dotado de propulsores varios
y de potencia variable. El peso total pasó de 4.000 a más de 10.000 Kg. La
producción fue distribuida en varios departamentos militares y civiles hasta
1936, en un total de 300 ejemplares. Más de 150 Wal se construyeron en Italia,
algunos de ellos en la fábrica Piaggio de Finale Ligura.
El primer cliente de los Wal fue la marina española, que ordenó seis ejemplares
con motores Hispano-Suiza de 300 caballos, completándose el pedido en 1923.
Después, el hidroavión comenzó a construirse bajo licencia, por la CASA
(Construcciones Aeronáuticas S.A.) de Cádiz y en solo cuatro años, la
producción llegó a cuarenta y uno. La misma cantidad construyó la Aviolanda de
los Países Bajos, mientras que la Kawasaki de Japón, solo construyó tres.
Se instalaron numerosos tipos de motor en los aviones Wal, con potencia global
comprendida entre los 600 y 1.400 caballos. Los Hispano-Suiza eran de 300
caballos, los Rolls Royce Eagle de 360, los Bristol Júpiter de 480 y 520, los
Isotta Fraschini de 500, los BMW de 600, los Lorraine Dietrich de 600 y los
Farman de 500 caballos.
En 1933, la CMASA construía
la versión italiana Marina-Fiat M.F.5, que correspondía al Wal II de 8 a 10
toneladas de peso total, producida en la casa matriz de Alemania. En esta nueva
serie, la potencia unitaria estaba dada por 600 caballos con los BMW VI o los
Siemens Sh.20 y Fiat A.22R en los modelos italianos. La última evolución del
tipo, fue el Wal 33, que voló el 3 de mayo de 1933.
Algunos Wal militares,
construidos por la industria italiana estuvieron al servicio de la Regia
Aeronáutica en las unidades de bombardeo marítimo, mientras que otras versiones
civiles se utilizaron para transporte. Debe recordarse entre otros, el vuelo
realizado para socorrer a los sobrevivientes del dirigible Italia en el Polo,
en 1928.
El Wal también formó parte
de la Aero Lloyd de Alemania, Cóndor y Varig de Brasil, SCADATA de Colombia y
Nihon Koku de Japón.
La Deutsche Lufthansa lo usó
particularmente para el transporte de correo sobre el Atlántico meridional a
partir de febrero de 1934. El avión se lanzaba por medio de una catapulta desde
las naves Westfalen y Schwabenland; la compañía alemana realizó 328 vuelos
trasatlánticos.
Otros Wal cumplieron
empresas tan importantes entre las dos guerras, que por ello pasaron a la
historia. Dos de los construidos en Italia fueron adquiridos por el gobierno
noruego para el famoso intento de Amundsen de volar hasta el Polo Norte; el
primero de estos aviones, matriculado N24, fue abandonado después de haber
llegado a los 87º43¨de latitud norte. El otro N25, regresó a Italia y después
de ser reequipado con motores Napier Lion fue cedido, primero al ingles Courney
para un intento de cruzar el Atlántico y posteriormente revendido a Alemania.
Rebautizado D-1422, lo utilizó Wolfgang von Gronau para realizar un largo viaje
a través de Atlántico hasta Chicago por Islandia, Groenlandia y Nueva York,
desde el 20 al 26 de agosto de 1930. Estando en los jardines del Deutsches
Museum de Munich, el avión fue destruido por un bombardeo de los aliados en
1944.
Otro largo vuelo del Wal
(bautizado con el nombre de "Plus Ultra") fue el emprendido por Ramón
Franco, el español que entre el 22 de enero y el 10 de febrero de 1926, voló
desde Palos de Moguer -el mismo puerto del que partió Colón- hasta Buenos
Aires. Cubrió un recorrido de 10.072 Km. en 59 horas y 35 minutos. Actualmente
se exhibe en el Museo Histórico de la ciudad de Lujan en la provincia de Buenos
Aires (Argentina).
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