La marina austro-húngara,
tanto antes como durante la Primera Guerra Mundial, se mostró mucho más
confiada, respecto de las posibilidades técnicas de los hidroaviones, que su
aliada Alemania. En efecto, muchos de los modelos producidos por la Jacob Lohner
de Viena, vieron la luz en aquellos años. Entre los mismos, tuvo un papel muy
relevante el modelo L, un biplaza de reconocimiento, patrullaje y bombardeo,
que fue extensamente utilizado en el Adriático. Por otra parte, la marina
austríaca fue la primera en utilizar estos medios bélicos desde 1913, durante
la crisis balcánica; en ese entonces había apostado sus primeros tres
"hidros" Donnet-Leveque, de construcción francesa, en la base de
Cattaro, a los que le siguieron otros modelos de procedencia extranjera como
los Curtiss y los Etrich.
En 1914, la fábrica Lohner
puso en servicio su biplano de casco central, del que, más tarde, derivó la
serie de "hidros" que seguirían batiéndose en el cielo del Adriático
hasta 1918.
Los primeros aviones
producidos en serie fueron del modelo E, con motor Hierro de 85 caballos, del
que se construyeron en total, una cuarenta unidades entre 1914 y 1915.
Con el modelo L, se dio un
gran paso adelante -especialmente en todo lo referente a las performances. Este
fue el más difundido entre todos los modelos de Lohner y contaba con
dimensiones similares a las del modelo E aunque estaba dotado de un motor más
potente, en la mayoría de los casos un Austro-Daimier de 140 caballos.
El Lohner L, como los otros
hidroaviones de esta empresa austríaca, tenía una célula biplana, la superficie
del ala inferior era menor a la del ala superior (siendo, por lo tanto, un
sesquiplano). El ala inferior estaba unida al casco-fuselaje sin utilización de
montantes. El ala inferior, de planta rectangular, con extremidades ligeramente
redondeadas, presentaba un diedro de cerca de 3º, y un ángulo en flecha
bastante sensible, de alrededor de 10º. Las alas estaban unidas por varios
montantes, cuyo número variaba según los modelos. Solo el ala superior estaba dotada
de alerones, que sobresalían más allá del borde de salida.
Se dio especial cuidado a la
realización del casco-fuselaje (de construcción en madera, como los demás
elementos que componían en avión) que, a pesar de sus secciones frontales
desiguales, estaba bien proyectado, sobre todo hacia la proa, contando así con
mejores cualidades marineras respecto de otros modelos similares, si detrimento
de sus virtudes aerodinámicas.
La tripulación, compuesta de
dos personas, se ubicaba en la proa, un al lado del otro, el piloto a la
izquierda y el observador a la derecha, con la protección de un parabrisas no
demasiado grande. El armamento estaba constituido por una ametralladora ubicada
delante del observador (por lo general, una Schuwarzlose) y, además, el hidroavión
Lohner podía llevar una carga bélica de bombas (desde los 5 a los 50 kilos), o
cargas de profundidad antisubmarinas, de alrededor de 200 kilos, ubicadas en la
parte externa, a ambos lados del fuselaje.
Su motor era un
Austro-Daimier de seis cilindros y 140 caballos en línea, o un Hierro
Warchalowski (siempre de la misma potencia), sostenido por tres montantes en N,
con hélice propulsora. Los depósitos de combustible (para un total de 200
litros) estaban ubicados en el fuselaje detrás del puesto de pilotaje.
Los hidroaviones Lohner - junto con los que produjo la Hansa-Brandenburgische -
fueron los aviones navales más utilizados por la aviación austro-húngara. Puede
decirse que casi todos los pilotos de la marina volaron, por lo menos una vez,
estos "hidros". En sus principios, la aviación naval austriaca
contaba con pocos oficiales pilotos de hidroaviones; solo a mediados de 1914 -
mientras maduraban los acontecimientos y, simultáneamente, los preparativos
para la guerra - el Comando del cuerpo de aviadores, de reciente institución,
admitió en sus cursos de pilotaje a oficiales y algunos suboficiales.
Posteriormente, con la implantación de una escuela en la isla de Cosada, cerca
de Pola, las admisiones al curso de pilotaje se ampliaron.
El la fecha de su entrada en
la guerra, la aviación naval austríaca tenia 21 oficiales y 8 suboficiales
pilotos. Durante el transcurso del conflicto, la aviación austro-húngara perdió
94 pilotos y 81 observadores.
El Lohner L se produjo en
108 unidades, de las cuales 3 fueron construidos en 1914, 60 en 1915 y 45 en
1916. Cuando el Lohner E, y posteriormente el modelo L, fueron considerados
obsoletos para su uso operativo, se modificaron varias unidades para
desarrollar tareas de adiestramiento.
Tras la derrota de 1918,
Austria perdió toda posibilidad de actuar sobre el mar y, en consecuencia,
ninguno de los hidroaviones remanentes continuó con sus vuelos. Sin embargo,
los "hidro" Lohner siguieron desempeñando un papel predominante en el
desarrollo de otras aviaciones navales, especialmente en el de la italiana.
En efecto, la empresa
italiana Aeronáutica Macchi, apenas si había comenzado a organizarse para la
construcción de hidroaviones - además de la producción de "cazas"
terrestres - bajo licencia, cuando un Lohner - con matrícula L 40 - amerizó por
averías en Porto Corsini (Rávena), en la noche del 27 al 28 de mayo de 1915. El
avión capturado fue inmediatamente enviado a los establecimientos de la empresa
de la ciudad de Varese y fue ordenada su producción en serie, creando así el
mejor modelo de hidroavión existente hasta la fecha.El 15 de setiembre de 1916,
dos Lohner sorprendieron y atacaron - hundiéndolo en el alto Adriático - al
submarino francés "Foucault" del que, posteriormente, lograron salvar
la tripulación. Era un viejo submarino accionado por máquinas a vapor y de
discutible eficacia bélica, pero el hecho debe ser señalado como uno de los
episodios más salientes de la guerra aérea. También deben atribuirse a los
hidroaviones austríacos varias incursiones afortunadas sobre bases italianas en
una de las cuales - en la noche del 9 de setiembre de 1917 - llegaron a atacar
una remesa de aviones italiana, haciéndola volar junto con el dirigible M8 que
allí se alojaba. Los Lohner dieron el mismo fin, el 26 del mismo mes, al
dirigible M13.
La aviación naval austro-húngara, en el período que media entre agosto de 1914
y octubre de 1918, perdió en total - entre combates aéreos y acciones de
bombardeo y reconocimiento - 74 hidroaviones. Más allá de las bajas de guerra,
la hidroaviación austríaca debió registrar muchas pérdidas por accidente. Estas
bajas se produjeron especialmente durante las pruebas de aceptación a que eran
sometidos los nuevos aeroplanos y tuvieron un porcentaje menor en las del
modelo L con respecto a la de otros modelos. Eso dependió en buena parte del
echo de que el comando de la aviación, en su insaciable búsqueda de nuevos
aviones, aceptaba con facilidad distintos prototipos sin someterlos a un examen
de aceptación. Se dio, muy a menudo, el caso de que hidroaviones que ya estaban
en servicio de guerra fueran sometidos a urgentes modificaciones para hacer
menos peligroso su empleo.
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