Considerado generalmente
como el mejor avión de caza de todos los que figuraron en las fuerzas aliadas
de aviación de la gran guerra, el SPAD representó la culminación de la técnica
aeronáutica "tradicional", tal como se había consolidado en los años
del conflicto. Solo con las innovaciones introducidas en el campo enemigo por
la Fokker D.VII, la construcción de aeroplanos de caza ya había alcanzado una
nueva meta.
Esta excelente aeroplano fue
diseñado por Louis Béchéreau, el creador de los velocísimos monoplanos
Deperdussin. Después de haber cerrado por dificultades financieras, la firma
fue puesta nuevamente en actividad por el pionero Blériot, con la nueva razón
social de "Sociedad para la Aviación y sus Derivados", conservando,
por lo tanto, las iniciales SPAD de la firma mencionada.
El primer caza producido por la SPAD fue el biplaza A.2, una originalísima
máquina, caracterizada por una barquilla para el artillero, ubicada adelante
del motor. Este avión fue relativamente usado en la Aviation Militaire, y
también en Rusia (allí fue mucho más usado), pero este aeroplano era demasiado
complicado y no demasiado brillante en sus performances. Ni bien hubo
disponibilidad de dispositivos de sincronización para las armas fijas en los
cazas, Béchéau re elaboró el A.2 haciendo de él un monoplaza, el SPAD V, con
motor fijo, enfriado a agua, en lugar del rotativo. A partir de este aeroplano
de 1915 - uno de los primeros que montaron el nuevo motor Hispano Suiza - se
gestaría toda una generación de óptimos cazas.
Los SPAD no presentaban
características demasiado relevantes en su configuración general. La única
excepción la constituía su estructura interalar que, como ya en el A.2, estaba
constituida por un solo por un solo par de montantes de cada lado, aunque los
dos montantes verticales, dispuestos en correspondencia con la intersección de
los cables, con función de apoyo contra las vibraciones de los mismos, daban al
avión el aspecto de un biplano de doble contraviento.
Esta solución, insólita pero
no rara, confería al aeroplano su proverbial solidez. Desde el punto de vista
aerodinámico, más allá de su buena línea general de penetración, de los
segmentos redondeados del fuselaje, y del feliz fuselado de su trompa - con
radiador frontal circular - debemos destacar el elevado alargamiento de su
superficie alar y la gran curvatura del perfil alar. Estas características
explicaban las notables dotes de trepada del caza francés, superiores a las de
las mejores máquinas inglesas y alemanas de ese mismo período, aunque no
debemos dejar de considerar que estas condiciones se veían contrabalanceadas
por su escasa maniobrabilidad. En efecto, el SPAD no era un avión
"fácil", especialmente a bajas velocidades y se caracterizaba por
tener una perdida de velocidad repentina, determinada por el reducido espesor
de su perfil alar. Por lo demás, la extraordinaria solidez estructural del SPAD
le aseguraba la posibilidad de realizar repentinas y prolongadas picadas, con
la consiguiente recobrada con absoluta seguridad, lo que, a la vez, la permitía
hacer maniobras en el plano vertical, generalmente imposibles para los cazas
enemigos (por lo menos hasta el advenimiento del D.VII). Todas estas características
sumadas, le permitían manejarse con suma destreza en el combate aéreo. Otra de
sus ventajas era la de ser una plataforma de tiro estable, además de poseer una
buena instalación.
La estructura del fuselaje era de madera, con abundantes refuerzos metálicos,
especialmente en las ordenadas principales. Constaba de cuatro largueros unidos
entre si por elementos transversales, toda la estructura estaba reforzada por
diagonales en hilos de acero. El dorso y el vientre del fuselaje resultaban
redondeadas gracias a una serie de cuadernas y aros transversales.
El tren delantero presentaba los montantes principales en una sola pieza -
obtenida con laminado de álamo - y un eje articulado en su centro. El sistema
de amortiguación - tal como se acostumbraba en la época - era desempeñado por
fajas de cordones elásticos colocadas entre el eje y el travesaño de refuerzo.
Las ruedas podían ser sustituidas por esquíes para nieve o flotadores.
Todos los modelos del SPAD
contaron con motor Hispano Suiza de ocho cilindros en V de 90º, con una
potencia aumentada (desde los 140 hasta los 300 caballos), instalado en la
trompa del fuselaje y enfriado por un radiador casi circular, dotado de
persianas verticales de regulación. El depósito de combustible principal estaba
ubicado debajo de la estructura principal del fuselaje y alimentaba otro
pequeño depósito o "nourrice" ubicado en el centro del ala superior
mediante una bomba accionada por el motor. Las bombas para la circulación del
aceite o del agua también eran accionadas por el motor.
En cuanto a su armamento,
estaba constituido por ametralladoras Vickers de 7,65 mm, sincronizadas (una de
ellas o ambas) encima del motor. Los modelos XII y XIV también contaron con un
pequeño cañón Hotchkiss de 37 mm, ubicado entre las dos bancadas de cilindros
del motor y que disparaba a través de la nuez de la hélice. También estaba
contemplada la posibilidad de ubicar cohetes Le Prieur entre los montantes
interalares. A partir del SPAD V - realizado a fines de 1915 - se obtuvo de la
primera edición en serie, el Spad VII, el mismo que volara Béquet en
Villacoublay en la primavera de 1916. El SPAD VII contaba aún con motor con
hélices Galia o Bloch de 140 caballos sin sobre compresión y alcanzaba los 196
Km/h al nivel del mar; trepaba a 3.000 metros en 15 minutos y estaba armado con
una Vickers montada sobre el motor - levemente desplazada hacia la derecha -
creado por el ingeniero suizo Mark Birkigt, el mismo que proyectara el motor.
El SPAD VII fue puesto inmediatamente bajo el sistema de producción en serie,
con una primera salida de 268 unidades para las escuadrillas francesas. Le
siguieron muchas otras órdenes, también del extranjero, mientras, en Gran
Bretaña, la British Blériot y la Mann y Egerton se preparaban para la
producción bajo licencia. Los permisos comenzaron a correr a partir del 2 de
setiembre de 1916, pero, ya un mes antes, el avión había recibido su bautismo
de fuego, ya que una de las unidades provistas a las escuadrillas de la primera
línea para probarlas en el campo operativo - la que piloteó el teniente Pinsard
- había combatido en agosto en la batalla del Somme.
Las últimas unidades
realizadas contaron con motor de 200 caballos y, en 1917, aparecieron dos
unidades modificadas (ambas con esta potencia y con una superficie alar posteriormente
aumentada) que contaban, respectivamente, con un motor Renault 12D y un Hispano
8Bc "moteur-canon". El primero se mantuvo como modelo experimental,
mientras que el segundo (con matricula S 382) voló por primera vez el 17 de
julio y sirvió como prototipo del SPAD XII.
Por último, recordemos al SPAD 62 y 72; biplaza y monoplaza, respectivamente,
aviones escuela inspirados en el SPAD VII.
Si bien en un principio no
se ganó la simpatía de los pilotos, habituados a los agilísimos Nieuport, el
SPAD VII muy pronto se afirmó como una máquina de confianza, capaz de prestar
buenas performances. En Francia, el SPAD XIII constituyó la espina dorsal del
"caza". Este avión no fue retirado de las divisiones operativas hasta
1923. También los SPAD XII - aunque en menor cantidad - lograron destacarse.
Después de la guerra, fueron
transportados a los Estados Unidos 435 de los 893 SPAD XIII del American
Expeditionary Force. Estas unidades - que cambiaron sus motores por los
Wright-Hispano E, de 180 caballos, sin reductor - fueron destinadas al
adiestramiento.
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