El secuestro del vuelo 705 de Mexicana de Aviación ocurrió
el 8 de noviembre de 1972. Se trataba de un avión de pasajeros que volaba de Monterrey al Distrito Federal. Este acto de piratería aérea fue
ejecutado por miembros de la Liga de Comunistas Armados, encabezados por Germán Segovia.
El 8 de
noviembre de 1972, el vuelo 705 de la Compañía Mexicana de Aviación partía del Aeropuerto Internacional de Monterrey de la ciudad de Monterrey a las 9:22 con destino a la Ciudad de
México. El avión tipo Boeing 727 transportaba a 110 pasajeros cuando a
las 9:35 el capitán de la aeronave, Abel Quintana Rodríguez, reportó a la torre
de control que cuatro individuos armados habían tomado el mando del avión. El
comando, formado por Germán Segovia Escobedo, Armando González, José Luis
Martínez, José Teodoro Meseguer Morales y Alberto Sánchez H. formaba parte de
la organización de guerrilla urbana Liga de Comunistas Armados.
El motivo del secuestro era exigir la
libertad de cinco guerrilleros detenidos Ángel Mejía Núñez, Francisca
de Lourdes Saucedo Gómez, Reynaldo Sánchez Rodríguez, Edna Ovalle Rodríguez y
Tomás Okusono Martínez a cambio de los pasajeros del avión. El comando
guerrillero aseguraba tener consigo una carga de explosivos capaces de partir
en dos la nave. Al conseguir la liberación de sus compañeros guerrilleros y una
vez reunidos todos en el avión, a las 12:55 solicitaron a la torre de control
el plan de vuelo a Cuba. La nave despegó
hacia Cuba a las 15:40 y aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana a las 19:20. La tripulación había
llegado a salvo a la capital cubana. Éstos regresaron a México en el mismo
avión al día siguiente, el 9 de
noviembre, mientras que los guerrilleros solicitaron asilo en Cuba, mismo que les fue concedido
por el gobierno del país.
Tal es el caso de Alberto Sánchez y
sus compañeros de la Liga de los Comunistas Armados de Monterrey miembros
después de la flagelada Liga Comunista 23 de Septiembre, quienes desviaron en
1972 un avión de Mexicana de Aviación a La Habana, exigiendo que los acompañara
la compañera Edna Ovalles, herida y presa por las autoridades mexicanas, junto
a otros seis desaparecidos. Al llegar a La Habana fueron sometidos a juicio
militar en la prisión de La Cabaña y enviados a realizar trabajos forzados en
Valle de Picadura junto a viejos comunistas y revolucionarios de la lucha
contra la dictadura de Batista, presos y castigados por “disidentes”. La odisea
de estos revolucionarios y sus intentos de abandonar la Isla para continuar la
lucha, involucraría a Hilda Guevara hija del fallecido “Che” Guevara y, para
esas fechas, esposa de Alberto Sánchez por lo que se le negaría primero, la
actualización de su pasaporte en la embajada mexicana de La Habana y, después,
la salida de la Isla.
Algunos de los entonces guerrilleros
se acogieron a la amnistía otorgada el 28 de
septiembre de 1978 otorgada por el entonces presidente de
México José López Portillo, hecha a sugerencia del secretario
de gobernación Jesús Reyes Heroles.
En nota fechada el 2 de enero de 1982 el semanario mexicano Proceso relató el suicidio de Germán Segovia Escobedo, quien se
quitó la vida con un disparo en la sien en la madrugada del 25 de
diciembre de 1981. Segovia sufría de
hostigamiento durante meses por amenazas anónimas de muerte y torturas,
contra él y sus familiares. Germán Segovia era yerno de Rosario Ibarra de Piedra, que a su vez era
madre de Jesús Piedra Ibarra en
1974, luego de ser secuestrado en la ciudad de Monterrey y posteriormente fue
fundadora del Comité ¡Eureka!
Tomás Okusono sería después detenido
en Estocolmo,
acusado de participar en una operación militar multinacional con fin de
secuestrar al entonces secretario de turismo de ese país escandinavo, según el
libro de Claire Sterling.
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