También cuando somos cadetes, nos da por soñar. Soñamos que al graduarnos vamos a volar toda la vida, pero hay que recordar que la vida de vuelo entre los pilotos no es por todo el tiempo, porque al dejar de volar, hemos dejado de volar. Ahora les ofrezco los versos que escribió Juan Chatoyán.
AL DEJAR DE VOLAR....
Ahora que mis alas
han dejado de volar
y mi espíritu se ha posado
en el mundo terrenal,
que en el vuelo yo encontré,
al acercarme a ti, cuando al cielo me elevé.
Dios que estás en el cielo
en la tierra y en el mar,
tu que me diste el don de volar
dame la sabiduría ahora que he dejado de volar
para encontrar la paz en mi interior
y recordar el vuelo como algo hermoso
que me dejaste disfrutar.
Ahora que el tiempo ha hecho su labor
y mis alas no se desplegarán más
quiero Señor darte las gracias por todo
lo hermoso que fue volar estando cerca de ti
y haber llegado hasta el final
pleno de salud y tranquilidad...
HE DEJADO DE VOLAR
He dejado de volar
pero al dejar de volar
no significa que he muerto.
Ahora he empezado otro vuelo
el vuelo hacia el encuentro del espíritu
el crecimiento que nunca termina
hacia la búsqueda de la trascendencia.
Ahora mi ruta es mi yo interno
mi familia, mi entorno, la vida misma
mi vuelo ahora significa libertad,
tranquilidad, meditación, amor
y recuento de muchas horas de felicidad
en contacto con los elementos
cerca del cosmos y alejado de la tierra
dominando valles, montañas, mares y ríos.
Con mis nuevas alas volaré más alto
y me llevaran más cerca de Dios y del alma
sin medir el tiempo, sin prisas y sin destino fijo
únicamente buscando la paz interior
y disfrutar cada momento como un regalo de la vida
viviendo los misterios que en ella se encierran.
He sido un hombre afortunado
por haberme permitido surcar los cielos
y haber plegado mis alas limpias hasta el final
con alegrías y sinsabores
pero siempre feliz que lo he sido de volar.
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