* * *
Con motivo de algunos eventos ocurridos y próximos a ocurrir
es que me pongo a escribir:
1°. Estoy ya próximo
a cumplir 20 mil horas de vuelo, o sea mañana, pudiera ser motivo de regocijo,
fiestas, celebraciones… pero creo que no. Como es bien sabido la situación de
la aviación a nivel mundial está de los viles diablos (y todo…).
2°. La situación impredecible que siempre vivimos los
expatriados, hace que “cada día cuente”, o sea en cualquier momento nos dan las
gracias. (Si es que las dan… en esta compañía, claro).
Por lo tanto, alcanzar este nivel de horas, es más bien
alcanzar un reto y no, cumplir un sueño.
Además si es que hago alguna celebración, será en México, con la gente que
estimo y con quienes siempre añoro volver. Igual este próximo 14 es mi
cumpleaños.
Le sigo:
Es mi día libre luego de andar de vago en Bangkok, Dubai y
Cochin…
Acabo de llegar de dos horas de correr y caminar, el calor
está en 40 grados… En este departamento donde vivo, nos tienen con poca agua,
me bañé con un balde… creo que igual que
en México, es tiempo de sequía… estoy escuchando música de Luis Miguel y rancheras.
Continuando con mí relato de VOLAR EN LA INDIA…
La temporada de “monzón” ya empezó, la compañía recomienda
que leamos otra vez los boletines y circulares al respecto y tienen mucha
razón.
Un poco de historia… mía por supuesto.
Volando para el Hangar Presidencial como Primer Oficial de
B-727-100, aparte de conocer México, y muchos otros países alrededor del mundo,
tenía la confianza de la experiencia del
los comandantes de nave, Wonche, Chapa, Charli, Téllez, Camberos. Época
para mi dorada de viajes y experiencias. Salirme del Hangar Presidencial fue
más terquedad y sacarme la lotería; No nos dejaban salir… bueno pero esa es
otra historia.
Luego me fui a la aviación comercial, volé en TAESA (Tagruesa,
como le decíamos) y supe lo que era ser
pirata en la aviación comercial, tremenda falta de mantenimiento, cientos de NO
GO, a los que por terrorismo laboral (hasta niveles ridículos e inverosímiles) nos
teníamos que enfrentar, experiencias terroríficas y literalmente de
muerte, otras no puedo negarlo, excelentes.
Volé no menos de ocho compañías en contratos de “wet lease” (avión subarrendado
con todo y tripulación), Norte América, Canadá (excelentes autoridades
aeronáuticas… Canadá), Caribe, Centro y Sud América, Sud Este Asiático. Luego
vinieron los viajes a Europa con B-757/767, maravillosos viajes (aunque muertos
de hambre por el sueldo y los viáticos más que raquíticos… y qué decir de las
jornadas de hasta 32 horas ¡¡¡¡).
En diciembre de 1999, el
gobierno nos cierra nuestra fuente de empleo (o sub-empleo…?), debido a
un accidente de un DC-9 (crónica de una muerte anunciada, luego de varios
incidentes graves anteriores), todos
sabían que algún día tenía que suceder y… sucedió. Incluso el dueño de
la compañía y la DGAC, sabían que iba a pasar pues ellos SÍ sabían las
condiciones en que volaba ese avión que había sido vendido para carga y que la
NASA utilizaba para volar “gravedades cero”. O sea ya bien trabajado…
Me aceptaron en Magnicharters para volar B-737 200 y me sentí afortunado y agradecido, muchos otros no
podían conseguir nada, aquí solo estuve unos meses y me llamaron de COPA
Airlines para invitarme a volar con
ellos.
Luego de haber volado en otras regiones, centro y sud
América se me hicieron aún más especiales, volando en COPA desde la hermosa
ciudad de Panamá, tuve la oportunidad de conocer más a fondo el fabuloso Caribe
y sus huracanes, los techos bajos en Costa Rica y Santiago de Chile, las pistas
cortas y difíciles como Toncontín (que
le decíamos Top Gun Tin), los aeropuertos muy elevados y no puedo dejar de
mencionar los vuelos de super “largo
alcance” para este tipo de avión B-737 700/800, Pamamá-Buenos Aires, Panamá-Los
Ángeles, en donde se llega casi con el suspiro de combustible. Excelente
compañía operacionalmente, en donde debo aceptar me trataron de maravilla,
aunque el aspecto laboral para los pilotos nacionales deja mucho que desear.
Y bueno pues, estoy ahora en la India volando con Jet
Airways, la más grande y respetada línea aérea particular. Muy lejos del
fabuloso malinchismo que reina en todos nosotros (de TODO el mundo), su sistema
de enseñanza muy particular ( de toda la India) a gritos y sombrerazos, mantiene un estándar
operacional bastante aceptable, por lo
que todo aquel que llega sintiendo que ”
les va a enseñar a estos indios como se vuela”, está pero si bien peee.. equivocado.
Habiendo sido colonia británica hasta 1947 en que la
revolución pacífica de Gandhi les dio su
independencia, les trajo paradójicamente un enemigo mortal en Paquistán, luego
que se separaron; desde ese entonces mantienen una guerra fría de consecuencias
impredecibles y hasta nucleares. (De
hecho tiene la frontera más grande del mundo CERCADA e ILUMINADA, un verdadero espectáculo
cuando se sobrevuela de noche.)
El terrorismo de bombazos y asesinatos, desde Paquistán,
Bangladesh y hasta de China (con quién
se están bronqueando a cada rato) y por el sur con los tamil de Sri
Lanka, son problemas que se agravan con sus miles de problemas internos,
(manejar 1200 millones de personas creo… que no es fácil.)
Así que las fuerzas armadas están siempre en alerta y como
es de suponer la aviación, está más que bien equipada y preparada. Esto da como
resultado una gran experiencia en aviación tanto militar como comercial.
La aviación comercial, como en todas partes del mundo, se la
pasa como en la rueda de la fortuna, de arriba para abajo, actualmente está de
picada (otra vez>>>). Ya
desaparecieron tres líneas aéreas de regular tamaño y la línea aérea Kingfisher
casi queda en quiebra. Esta es un relato para Ripley, resulta que el dueño
multimillonario dueño de la cervecería más grande de Asia, quería hacerle un
regalo de cumpleaños a su hijo… y no le dio su avioncito, le regaló una línea
aérea. Pero no contento con eso, quería que
fuera la mejor línea de la India y así lo anunció con bombos y
platillos, todo mundo se la creyó, incluso se fue para Europa como quien va al
mercado, para firmar contratos de intención con Airbus. “ Deme veinte de este,
otros quince de aquellos y… cuál dijo que era el más grande?... bueno, de ese
apárteme tres”.
Se comió a otra línea aérea para ganar la antigüedad
necesaria para poder pedir permisos internacionales y de cruce del océano,
contrató a los/las sobrecargos más bonitas y BINGO, ahí estaba la mejor línea
aérea de la India.
Hasta que la recesión, devaluaciones y precio de
combustible, los empezó a despertar. Por puro orgullo (y tal vez tirándole al
futuro, pues no quiere quedar fuera de la repartición de la manzana cuando la
situación mejore), está manteniendo “solo” quince aviones entre Airbus 320 y
ATRs. (Imagínense lo que es “nada más”
que 50 millones de personas utilicen el transporte aéreo, a corto plazo).
En el caso de Jet Airways, está recortando y racionalizando
rutas, haciendo lo imposible por ahorrar y desgraciadamente, el hilo se rompe
por lo más delgado. Ya 70 pilotos expatriados han sido terminados en su
contrato. Los que aún quedamos sentimos que la cuerda ya está floja (otra
vez).
Con lo que respecta a Air India, siguen en un pantano que
parece no tener ningún soporte. (Miento, los políticos), se fraguaron un plan
de reestructuración en el que contemplaron la compra de 25 B-787, lo más nuevo
y hermoso en la industria.
Solo que no contaron con que luego de haber hacho la
integración de Air India y de Indian Airlines, (la primera hace solo vuelos
internacionales, mientras que la segunda se dedica a domésticos), se las iban a
ver algo difícil. La gerencia dijo que tanto pilotos de una como de la otra
volarían el 787. Sacrilegio… los de Air India se revelaron y se declararon
enfermos la mayoría (hace ya casi tres años el 80 % de pilotos de Jet Airways se reportaron “enfermos” durante una
semana y consiguieron lo que querían). Solo que aquí como es del gobierno, que
se enoja y que corre como a 100 babiadores,… ahora dice que los va a aceptar de
regreso caso por caso y a la cola…
Así que otra vez, la política (probable guerra con Pakistán
o China), los malos manejos comerciales, la falta de estrategia aeronáutica
nacional, la corrupción y la situación mundial, hacen de Air India la comidilla
de los medios de comunicación.
Esos mismo medios que desde que llegué (hace casi… CINCO
AÑOS...¡¡¡), se la pasan viendo a quién fastidian, de los pilotos expatriados
siempre diciendo que somos muy caros, que ya viene el lobo y a todos nos van a
correr, etc, etc. Ahora resulta que nos
“olvidan” y se vuelcan en contra de los pilotos de Air India y ya les sacaron
sus trapitos al sol, como por ejemplo cuánto gana un comandante con antigüedad
de ocho años, 15 mil dólares, mientras
que uno de Indian Airlines gana 9 mil dólares. (Caso muy similar a reconocida
Línea Aérea ya tristemente desaparecida en México.)
Los aviadores por supuesto se merecen el sueldo que
logran conseguir de sus respectivas
líneas aéreas, (quienes NO acostumbran regalar sueldos) solo que, es algo que
NO habían podido ver antes los medios de comunicación y se la pasaban
fastidiando a los expatriados que no ganamos eso.
Otro asunto interesante es la planta laboral, que en Air
India se reporta como de 40 mil empleados y en donde se requieren 243 empleados para mover un
avión (del total de 165 aviones), mientras que la industria en promedio utiliza
150 empleados. (Me recuerda a mi querida Tagruesa donde éramos no más de 30 esclavos muertos de hambre, para
mover un avión).
Bueno, ese es el panorama actual. Pero me olvidaba de
continuar con el monzón.
El haber tenido la oportunidad de volar en tantos lugares,
me deja con la grata impresión que aquí en la India, SI hay que poner las “barbas a remojar”. Aunque debo aclarar que cada región en el
mundo tiene lo suyo y que ningún vuelo en ninguna parte de ese mismo mundo, es fácil.
Buen tiempo, mal tiempo y pésimo tiempo. Es lo que vivimos
muy seguido. Junto con las aproximaciones
con 75 metros de visibilidad cuando hay niebla.
Hace unos días despegué de Kolkata con 174 pasajeros, luego del viraje por la derecha nos agarró
tremenda turbulencia que ni podía hablar por radio, con mucha apuración
solicitamos continuar con rumbo de pista
y así lo hicimos hasta 27 mil pies y 70 millas, cuando por fin pude rodear el
mal tiempo.
Les di un anuncio a los pasajeros tratando de calmarles el
susto. Llegamos a Nueva Delhi y… carajo… me agarra tremendo windshear en la
aproximación final con todas las alarmas
habidas y por haber, igualito que en el simulador… me voy al aire.
Intento otra aproximación y ya ni me bajo… otra vez la
turbulencia estaba de los diablos… otra vez al aire. Ya con el combustible corto solicito otra
pista y aterrizo. Gracias a Dios me salió un aterrizaje de lujo, no podía ser
menos pues pensé que luego de tanto stress y al final un porrazo, los pasajeros
me iban a culpar a mí. Les doy
la bienvenida, “ladies and gentleman, from the main cabin, captain speaking,
after so much stress and suffering… welcome to New Delhi, thank you very much to
fly Jet Airways”. Un capitán de Servia que venía de pasajero, entró a la
cabina para comentar y felicitarnos, sin embargo le dije… “no capitán, no la
merecemos, la merecen ustedes que como pasajeros no ven nada de lo que pasa o
va a pasar, felicidades”.
Dos días después en el aeropuerto de Chennai, al sur de la
India,… otra vez… me lleva el Diablo; veo en dirección contraria al despegue una
gran nube negra que como a 40 millas amenazaba con aproximarse, calculo mis
posibilidades y le digo al primer oficial… “lets go out of here before it turns
nasty”. Despegando después de 400 pies siento como el avión se pone todo zonzo y
empieza a “colear” ligeramente, veo el velocímetro y comienza a bajar, decido
quitar régimen de ascenso para ganar un poco más de velocidad, el terreno está
plano y puedo controlar la situación sin mucho inconveniente, sigo el ascenso y
limpio el avión. El primer oficial todo emocionado me pregunta que si me di
cuenta… carajo, nomás eso me faltaba, todavía dudando qué había pasado.
Regresando en el tiempo, quiero relatar lo siguiente:
Debo aclarar ante todo que NO soy supersticioso, pero:
En mis tiempos heroicos en la Fuerza Aérea, teníamos una
superstición (no sé si todavía la sigan), aquel aviador que tuviera tres
“connatos de incendio” (incidentes), tenía que cuidarse la espalda con más
ganas. Porque de la tercera no pasaba. Y todos nos andábamos con más cuidado o
de plano evitábamos subirnos con él. O la otra superstición, que cuando dos
aviones se caían en un plazo corto de tiempo, teníamos que tener más cuidado
todos pues “la racha había empezado”.
Estas dos supersticiones probaron muchas veces ser acertadas:
Cuando fui jefe de operaciones en un escuadrón, (en donde me convertí en el
primer aviador hasta entonces en alcanzar más de mil horas de vuelo en ese tipo
de avión), antes de los vuelos de ese día les advertí a todos los aviadores que tuvieran cuidado
pues “la racha” ya había empezado, cuando se rompió la formación el comandante
del escuadrón, Capitán José Luis Irineo Saldivar (excelente aviador y
mejor persona), se me acercó y me dijo:
“Alvarado, es usted un supersticioso, eso de la racha no existe no me esté espantando a la gente”.
“Comandante, si para usted no existe, al menos deje que los
demás se cuiden, ya van dos aviones, un
DC-6 en Cozumel con siete muertos y el T-33 que se acaba de caer aquí en Santa
Lucía, lo único que pretendo es concientizarlos.”,… “Es usted un
supersticioso”.
En menos de 40 días dos Aerocomander 500 y un Cessna 150 se
nos cayeron en el escuadrón, murieron seis tripulantes. Lo feo y triste era que
teníamos que ir al lugar del accidente para identificar y recoger los pedazos.
El primero, fue Omar Gárate Acosta con un aviador en
adiestramiento, en un derroche de fanfarronería, aún cuando se les había
advertido específicamente que no hicieran nada fuera del programa de vuelos, se
pusieron a hacer barriles rasantes en un pueblo, (que ni conocían) según los
testigos hicieron dos “maromas” y a la tercera se cayeron quedando el avión de
nariz y la cola no más alta que tres metros. Quedaron en el atrio de una iglesia, irreconocibles
los cuerpos, solo por la posición del avión supimos a quién pertenecían los
pedazos, que fueron recogidos en unas sábanas por el mecánico que le decían el
diablo… quién sin mucho apuro los sacó con las manos, pedazo a pedazo.
El segundo, de capitán instructor Héctor Páramo Maldonado estaban practicando aproximaciones
al Stalls, luego de una serie bien ejecutada; iniciaron otro y desafortunadamente
entraron en una barrena y al sacarla entraron a un stall de alta velocidad de
donde ya no salieron, pegaron en el suelo y los dos pilotos salieron por las
ventanillas, cuando llegamos al lugar que era una parcela de siembra, los
testigos nos dieron las pautas para saber aproximadamente que pudo haber
pasado. Cuando me dirigí hacia los
cuerpos que estaban como a 10 metros del avión, me percaté que ahí estaba de
pie frente a ellos el Sargento Primero mecánico Páramo, individuo de mucha antigüedad en el servicio
y amplios conocimientos, estaba viendo el cuerpo empolvado y desfigurado de su
hijo, no tenía cara, solo un gran agujero. Me alejé respetando su dolor y me
senté en el ala izquierda del avión que de alguna manera había conservado la
forma, aunque la lámina toda arrugada, estaba oscureciendo. Pasó otro aviador y
me preguntó, “y ahora que haces…?”, “pues nada ya ves, creo que ya son demasiados”. Me quiso
levantar tomándome del brazo… “párate no seas payaso”… y lo corrí, “ya lárgate…”
El tercero Rodrigo A
Muñoz Bellizia igual, otra vez esa compañera inseparable de la juventud, la
osadía y el arrojo. Los sábados acostumbrábamos ir a una pista junto al lago de
Tequesquitengo a tirar paracaidistas, tripulando dos Cessnas 150, aunque debo
decir que como buenos piratas y por una módica suma, también le volábamos otra
Cessna particular al Capitán Serafín, comandante de la compañía de fusileros
paracaidistas, época de buenísimas anécdotas en donde no faltaron los
paracaidistas muertos. Este aviador
Bellizia, antes de llegar a Tequesquitengo, al parecer se fueron al pueblo de
la novia del mecánico que lo acompañaba y empezaron a volracear, solo que lo
hicieron mal, luego de varias pasadas, se dirigieron hacia donde el terreno se
elevaba y hacia el sol, tal vez una corriente descendente hizo que no salieran
y ahí quedaron.
Las implicaciones burocráticas eran por supuesto muy pesadas
y el Comandante Irineo, con toda entereza y muy apurado, se hacía cargo de
ellas. Cuando estaba en los trámites mortuorios del tercer accidente, se me acercó y muy en privado me dijo:
“Alvarado, ya creo en la racha.”
Tiempo después, mejor le paré de estar contando muertos, en
mi tiempo de servicios en la FAM, hasta ese momento llevaba más de cien
compañeros, con muchos de los cuales había convivido muy estrechamente.
Y volviendo a la India, de repente se sueltan tremendos
vendavales y polvaredas que por supuesto me recuerdan a las personas que andan
en esos momentos intentando llegar a su destino… destino.
No me queda más que seguirle, el próximo mes me toca examen
semestral médico, tengo que estar bien,
de todo a todo o de lo contrario, encaro las consecuencias de un sistema médico
inconsecuente. Igual me toca simulador, otra vez siento ese stress que tal
parece no me deja.
Luego de eso, mis días libres o debo decir medio libres,
para ir a ver a mi familia. Me toca también el examen médico mexicano, más
stress y más dieta.
Nueva Delhi. India.
Cap. 1° FAPA. Oscar
Fernando Ramírez Alvarado.