Mi “Home Base” es Nueva Delhi, la línea aérea Jet Airways y
estoy volando los Boeing B-737 series 700 y 800 llamados NG. (New Generation).
Desde tiempo atrás que la compañía inició vuelos a Jeddha,
en la provincia de Makkah, es una de las ciudades portuarias más grandes en el
Mar Rojo y la segunda más grande de Saudi Arabia, igualmente es la puerta de
entrada a la ciudad más sagrada del Islam, la Mecca. A donde según la
tradición, todo buen musulmán capaz de hacerlo tiene la obligación de ir al
menos una vez en su vida.
En lo particular me sentí atraído hacia ese destino, por el
solo hecho de su importancia cultural y de que imagino, no cualquier persona no musulmana tiene la
dicha de ir. Solo que todos esos vuelos son realizados por los pilotos de base
Mumbai; por lo tanto eso me dejaba fuera de la jugada y la única opción era tal
vez pedir irme comisionado un mes a esa base y así poder realizar ese vuelo.
Una cantidad muy apreciable de pilotos, no les gusta ir a
varias de esas ciudades, Dammam, entre otras, pues la verdad sabiendo que la
forma de vida es totalmente radical y luego de escuchar algunas historias nada
agradables, pues tal vez tengan razón.
Una de esas historias urbanas dice que un piloto de Air
India, se le ocurrió ir a un centro comercial. Nada de particular por supuesto
(a no ser los esplendorosos y lujosos Malls de las ciudades a la orilla del
Golfo Pérsico), justamente en Jeddha, cuando andaba en sus compras, súbitamente
vio a una señora con burka que se resbaló, él, muy solícito se aprestó a
ayudarla sujetándola del brazo. Luego de eso se retiró.
No iba muy lejos cuando los “policías religiosos” lo
interceptaron y lo detuvieron. El motivo era grave… la santa señora se quejó…
“que la había tocado”…¡¡¡
Para no hacer el cuento largo, lo llevaron a la cárcel y la
pena era 100 latigazos. Ni tardos ni perezosos le propinaron 50, cuando llegaron varias personas de la
embajada y de la compañía, se detuvo el martirio pues cada latigazo deja un
surco sangriento. Luego de un proceso largo, al parecer lo dejaron libre… solo
luego de darle los 50 que le faltaban.
Esos cuentos espantan a cualquiera y yo en lo particular he
leído en el periódico algunos que hasta dan coraje, como aquel en que una
pareja de turistas en Doha, se dio un beso en la mejilla cuando estaban en el
Mc Donald´s (que también hay…), pero otra santurrona señora se quejó que
estaban de impúdicos frente a varios niños. Pena: dos meses de prisión por no
respetar las costumbres locales.
Así que mi oportunidad de ir a Jeddha estaba asegurada si
solicitaba ir en lugar de cualquier otro “cobarde” (J).
Muy quitado de la pena un día me encontraba yo, cuando sonó
el teléfono y vi que eran mis “fans” más acérrimos, los del departamento de
tripulaciones o “rostering”:
--Captain
we have a request… go to Mumbai as a passenger and from there you will go to
Jeddha… with layover in Jeddha and next day you will bring back one flight to
Mumbai. It’s a charter flight and you will report as Air India.
--Mi júbilo fue patente pues de inmediato dije que sí, que
con todo gusto iría. (Así me evitaba ir de base temporal a Mumbai y sufrir el
caótico rostering local).
Y con esa, ahí les voy (J),
el día 31 de noviembre de 2012 de pasajero a Mumbai y de ahí al destino soñado,
aún cuando llegué al hotel a las 2 de la mañana. La estancia en el hotel fue
cómoda y al día siguiente luego de desayunar de inmediato que me voy de pata de
perro, aunque muy juiciosamente pensé en ir solo a los alrededores del hotel,
no fuera que de verdad el diablo anduviera suelto y me lo fuera a encontrar.
Todo me pareció de lo más normal del mundo (musulmán por supuesto) y la gente
me miraba con cierto desinterés y algo de curiosidad, no es que mi porte sajón
me delatara, sino tal vez el nopal en la frente era más patente.
Mujeres no vi ninguna, salvo unas africanas con sus
tradicionales vestidos igual de tapadas y los turistas asiáticos que con toda
seguridad también iban al “Hajj”: Este es uno de los cinco pilares del Islam,
para ser justo el quinto y es precisamente el que ordena que todo buen musulmán
con posibilidades económicas tiene que ir a la Mecca al menos una vez en su
vida. (Hay gente que se la pasa ahorrando toda su vida para poder cumplir con
ese precepto, mismo que los acercará aún más al cielo, luego de pasar a mejor
vida; no me pregunten si los esperan veinte vírgenes como dicen… porque ni
ellos saben si los esperan hembras o machos…J).
Así que la experiencia de estar cerca de la Mecca en una fecha tan importante
para tantos millones de personas, es ciertamente gratificante y culturalmente
interesante.
Luego ya en la tarde, estaba de regreso y de ahí al
aeropuerto junto con un copiloto que ya se sabía la ruta. En los traslados del
aeropuerto al hotel y regreso parecía turista emocionado con la camarita
funcionando todo el tiempo. Me quedó la
grata impresión de una ciudad muy urbanizada y moderna. Nos subimos al avión
luego de pasar el engorroso sistema de inmigración, que dicho sea de paso es
solo facilitado por la gente de la compañía que ahí se saben todas las formas y
procedimientos. Ya el vuelo en sí fue muy buena experiencia, al principio
viendo el gran tamaño y extensión de las calles de rodaje y las pistas. Y ya
volando sobrevolar la ciudad.
De vuelta en Mumbai luego de un terrorífico “duty time” de
14 horas (máximo permitido) por demoras y problemas de migración y luego de un
buen descanso, me preparaba para regresar al día siguiente vía Bangalore-Delhi
cuando… otra vez mis fans…
--Captain,
please go again to Jeddha this night… please.
Sabiendo las restricciones del reglamento de aeronáutica,
les dije que con todo gusto siempre y cuando el vuelo fuera legal, a lo que
respondieron que si, los tiempos de descanso estaban ajustados a la ley. Así
que otra vez ahí voy de regreso al destino soñado, solo que esta vez el vuelo
de Mumbai era “ferry” o sea sin pasajeros. Y aquí es donde la aventura empieza.
El avión era un flamante y casi nuevo B-737 800, de esas
máquinas que hasta huelen a nuevo, ándale, así como coche nuevo. Todo en su lugar,
todos los componentes ajustaditos y sin ruidos extras y con los nuevos
interiores en donde los diseñadores pusieron la mejor parte de su cerebro a
trabajar y le pusieron unas luces de neón de varios colores que cambian de
intensidad. Un lujo.
Aquí es donde tengo que ajustar un poco el relato, no sé
cómo decirlo adecuadamente, el caso es que desde toda mi vida he tenido
especial interés en avistamientos de fenómenos no muy normales, siempre he sido
algo escéptico y me muevo más hacia la razón y la explicación lógica. Nunca he
creído de inmediato cualquier cuento de avistamientos “anormales”, aunque
siempre dejo algo de duda “razonable” cuando me platica alguien en que se puede
confiar y en muchos casos personas con experiencia en aviación. A este respecto
he platicado con varios aviadores acerca de si alguna vez han visto algo que
les llamara la atención, a lo que me he encontrado que efectivamente varios han
visto cosas y luces que no se pueden explicar.
Mi caso es totalmente opuesto, luego de 40 años volando, nunca había visto absolutamente nada. La
continuación del relato es a manera de dejar bien claro que solo vi unas luces…
Sigo con mi relato de avión nuevecito; el despegue de Mumbai
se puede decir que fue normal, con toda su serie de problemas de aeropuerto
saturado y constante tensión. Nuestro plan de vuelo había sido hecho de tal
forma que nos llevaba sobre el Mar de Arabia en la aerovía N571 un poco hacia
arriba para después, pasando por centro de control Muscat internarnos en Arabia.
El ascenso fue normal y en la ruta nos encontramos con algo
de mal tiempo que tuvimos que sortear con algunas desviaciones, posteriormente
continuamos y terminamos el ascenso hasta 40 mil pies de altitud que era el
techo máximo hacia este rumbo y tomando ventaja de que no llevábamos pasajeros.
Luego de unos cuarenta minutos de haber iniciado el viaje, vinieron los
auxiliares de vuelo al procedimiento de presentarse con el capitán, los saludé
cordialmente uno a uno y luego nos quedamos otra vez con la rutina de vigilar
la ruta y las comunicaciones.
El cielo estaba hermoso, totalmente claro y plagado de
estrellas que se veían contra un fondo azul negro, ese tipo de cielo que solo
se ve lejos de las ciudades o pueblos, sin ninguna luz en el horizonte que opaque
la grandeza de la creación. Eran poco después de las nueve de la noche hora
local de Mumbai, apenas una hora y diez minutos desde que iniciamos el “push back” o empuje del avión para iniciar
el viaje. El copiloto Prabhu Vikram y yo
estábamos muy callados y súbitamente me pidió autorización para salir de la
cabina de mando para estirar las piernas (y platicar con una de las auxiliares
que al parecer le gustaba), el procedimiento de la compañía indica que si un
piloto sale de la cabina, el área adyacente tiene que estar libre y un
sobrecargo tiene que entrar para caso de
necesidad, (las medidas contra el terrorismo en la India, son especialmente
estrictas amén de que ya ha habido casos en que los copilotos se equivocan al
tratar de abrir la puerta y accionan el control equivocado, actuando la perilla
redonda del rudder en lugar del control cuadrado de apertura de la puerta que
se encuentra a unos diez centímetro de distancia, en una línea japonesa, eso
hizo que el avión cayera invertido más de seis mil pies hasta que el mismo
copiloto pudo controlar la situación. Y a mí me pasó lo mismo en un vuelo de
Singapur a Delhi¡¡. Solo que gracias a
Dios estaba yo sentado en mi puesto y la copiloto cometió la misma burrada,
como estaba yo haciendo unos cálculos y
con la vista en mi calculadora, sentí el viraje casi al mismo tiempo que el
avión sonaba la alarma de exceso de banqueo, tomé el control y agresivamente
regresé el avión a su posición normal, ya mejor ni les platico como le fue a la
copiloto que casi nos mata… L).
Bueno, el caso es que el copiloto salió y me dijo que si
enviaba a alguien, pensándolo solo un momento me dije, estamos solo la
tripulación… y no creo que yo me equivoque en abrir la puerta. Así que le dije
que no, que saliera y cerrara.
En el monitor de video en el pedestal central, pude ver como
el otro aviador se quedaba junto a la puerta y platicaba con una chica. Me
quedé solo y me puse a disfrutar de esa belleza que solo los aviadores
disfrutan volando en una cabina oscura y con tantas lucecitas e instrumentos y
para combinar lo excelso del disfrute, un cielo hermoso lleno de estrellas.
Dios, pensé, que hermosa vista y estoy solo, todo esto es
para mí. Sumido en mi meditación durante unos minutos, empecé a preguntarme
cómo es que después de tantos años volando (40), no había visto absolutamente
nada, nada que fuera diferente…
Súbitamente como a 30 grados sobre el horizonte y a la
izquierda del parabrisas frontal, vi un destello, me acerqué al parabrisas y
ahí estaba otra vez, solo que ahora aparentemente más hacia la derecha. Era un
destello simplemente hermoso, blanco en el centro y con rayos azul eléctrico,
era un destello más grande que cualquier estrella en el cielo. Se dio la
tercera vez y lo primero que hice fue presionar el botón de llamada a
sobrecargos y de inmediato abrí la puerta (no me equivoqué...), el copiloto
prácticamente voló y cayó sentado en su lugar, cosa que me sorprendió también,
la velocidad con que lo hizo. Entró junto con él, la sobrecargo. Mientras esto
sucedía vi por cuarta vez ese hermoso destello. Le indiqué que mirara hacia
donde yo veía y volvió a suceder otras dos veces, luego de la sexta,
simplemente se extinguió. Me quedé viendo en ese punto pero ya no sucedió nada.
El movimiento aparente era que se estaba desplazando de izquierda a derecha.
Le pregunté que si lo había visto y dijo que si lo vio dos
veces, preguntándome que era y que él calculaba que estaría arriba de 80 mil
pies, le respondí que no podía asegurar que fueran 80 mil pies, eso sí, parecía
estar entre las estrellas.
En eso estábamos cuando súbitamente, el reloj que tengo en
el panel de instrumentos totalmente a mi izquierda y el mismo tipo de reloj que
tiene el copiloto pero totalmente a su derecha, al mismo tiempo empezaron a
brillar a toda intensidad, luego de unos tres segundos regresaron a su brillo
normal.
Totalmente sorprendido (otra vez), empecé a tocar los
sensores de luz que tenemos en la parte superior del panel y los sensores que
tienen los instrumentos. Simplemente no había lógica, cada reloj tiene un
controlador independiente que al mismo tiempo le da brillo a otros
instrumentos, así que si se actúa, DEBEN brillar los demás al mismo tiempo, en
ese lado del panel únicamente, pero no
fue así. Fueron únicamente los relojes.
No hay lógica.
Hasta ahí fue que saqué mi cámara de mi teléfono celular,
aunque es una buena cámara, no es lo suficientemente poderosa como para captar
el cielo nocturno, sabiendo esto y sin embargo, empecé a sacar película del
área donde habíamos visto las luces y posteriormente el panel de instrumentos
que claramente indicaba los siguientes datos:
15:42 Hora ZULU. (21:12 local de Mumbai). (09:42 am hora de la
Ciudad de México).
Velocidad
Mach .78, indicada 236 y Ground Speed 430.
Rumbo 296. Aproximadamente a 35 millas náuticas de la
posición DOGET en la aerovía N571. Unas 250 millas al suroeste de Karachi,
Pakistán.
Altitud 40 mil pies.
Terminado el evento y luego de algunos comentarios, ya no
hablamos del asunto. Nos fuimos acercando a la península arábiga y el cielo empezó
a perder ese encanto majestuoso iluminado solo por las estrellas.
El traslado al hotel ya no fue el mismo, o tal vez quiero
decir ya no era mi misma emoción de la primera vez, tomando fotos y tratando de
ver todo, ahora estaba más encerrado en mis pensamientos. Esas luces de allá
arriba no eran normales, quiero decir, después de tantos años de volar, sé
perfectamente cuando es un “beacon” de un avión, sé cuando son las “strobe
lights”. Cuando dos aviones se aproximan de frente en vuelo en la misma aerovía,
acostumbramos prender las luces de aterrizaje o tal vez solo una, una especie
de saludo entre aviadores, algo así como “hola”. Esa luz es blanca y
perfectamente distinguible. Ningún avión tiene luces de ese tipo a los lados.
Esas luces de allá arriba eran hermosas, blanco en el centro
y azul el destello, un avión volando en una ruta donde no hay aerovías?. Arriba de 80 mil pies?. Simplemente no lo
puedo creer.
Ya ahora con más calma y recapitulando (3 de febrero de
2013), me pongo a meditar y especular. Me escucharon?. Me respondieron ?. Y si fue así, entonces… es así como
aprendimos a rezar?. Para que “Dios” nos escuchara?.
Lo que vi fueron luces, destellos, desplazándose en medio de
un cielo hermosamente estrellado.
Qué fue lo que vi ¿?.
3 de febrero de 2013. Nueva Delhi, India.
Capitán 1° FAPA Ret. Capitán de Línea Aérea.
Oscar Fernando Ramírez Alvarado.
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