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viernes, 22 de febrero de 2013

VOLANDO EN LA INDIA

Continúo con los relatos de un piloto aviador de la Fuerza Aérea que se fue de expatriado a la India para volar en Jet Airways, el Boeing 737-700 y el -800.

*   *   *
Con motivo de algunos eventos ocurridos y próximos a ocurrir es que me pongo a escribir:
1°.  Estoy ya próximo a cumplir 20 mil horas de vuelo, o sea mañana, pudiera ser motivo de regocijo, fiestas, celebraciones… pero creo que no. Como es bien sabido la situación de la aviación a nivel mundial está de los viles diablos (y todo…).
2°. La situación impredecible que siempre vivimos los expatriados, hace que “cada día cuente”, o sea en cualquier momento nos dan las gracias. (Si es que las dan… en esta compañía, claro).
Por lo tanto, alcanzar este nivel de horas, es más bien alcanzar un reto y no,  cumplir un sueño. Además si es que hago alguna celebración, será en México, con la gente que estimo y con quienes siempre añoro volver. Igual este próximo 14 es mi cumpleaños.
Le sigo:
Es mi día libre luego de andar de vago en Bangkok, Dubai y Cochin…
Acabo de llegar de dos horas de correr y caminar, el calor está en 40 grados… En este departamento donde vivo, nos tienen con poca agua, me bañé con un balde…  creo que igual que en México, es tiempo de sequía… estoy escuchando música de Luis Miguel y rancheras.
Continuando con mí relato de VOLAR EN LA INDIA…
La temporada de “monzón” ya empezó, la compañía recomienda que leamos otra vez los boletines y circulares al respecto y tienen mucha razón.
Un poco de historia… mía por supuesto.
Volando para el Hangar Presidencial como Primer Oficial de B-727-100, aparte de conocer México, y muchos otros países alrededor del mundo, tenía la confianza de la experiencia del  los comandantes de nave, Wonche, Chapa, Charli, Téllez, Camberos. Época para mi dorada de viajes y experiencias. Salirme del Hangar Presidencial fue más terquedad y sacarme la lotería; No nos dejaban salir… bueno pero esa es otra historia.
Luego me fui a la aviación comercial, volé en TAESA (Tagruesa, como le decíamos) y supe lo que era ser pirata en la aviación comercial, tremenda falta de mantenimiento, cientos de NO GO, a los que por terrorismo laboral (hasta niveles ridículos e inverosímiles) nos teníamos que enfrentar, experiencias terroríficas y literalmente de muerte,  otras no puedo negarlo, excelentes. Volé no menos de ocho compañías en contratos de “wet lease” (avión subarrendado con todo y tripulación), Norte América, Canadá (excelentes autoridades aeronáuticas… Canadá), Caribe, Centro y Sud América, Sud Este Asiático. Luego vinieron los viajes a Europa con B-757/767, maravillosos viajes (aunque muertos de hambre por el sueldo y los viáticos más que raquíticos… y qué decir de las jornadas de hasta 32 horas ¡¡¡¡).
En diciembre de 1999, el  gobierno nos cierra nuestra fuente de empleo (o sub-empleo…?), debido a un accidente de un DC-9 (crónica de una muerte anunciada, luego de varios incidentes graves anteriores), todos  sabían que algún día tenía que suceder y… sucedió. Incluso el dueño de la compañía y la DGAC, sabían que iba a pasar pues ellos SÍ sabían las condiciones en que volaba ese avión que había sido vendido para carga y que la NASA utilizaba para volar “gravedades cero”. O sea ya bien trabajado…
Me aceptaron en Magnicharters  para volar B-737 200 y me sentí  afortunado y agradecido, muchos otros no podían conseguir nada, aquí solo estuve unos meses y me llamaron de COPA Airlines  para invitarme a volar con ellos.
Luego de haber volado en otras regiones, centro y sud América se me hicieron aún más especiales, volando en COPA desde la hermosa ciudad de Panamá, tuve la oportunidad de conocer más a fondo el fabuloso Caribe y sus huracanes, los techos bajos en Costa Rica y Santiago de Chile, las pistas cortas y difíciles  como Toncontín (que le decíamos Top Gun Tin), los aeropuertos muy elevados y no puedo dejar de mencionar los vuelos de super  “largo alcance” para este tipo de avión B-737 700/800, Pamamá-Buenos Aires, Panamá-Los Ángeles, en donde se llega casi con el suspiro de combustible. Excelente compañía operacionalmente, en donde debo aceptar me trataron de maravilla, aunque el aspecto laboral para los pilotos nacionales deja mucho que desear.
Y bueno pues, estoy ahora en la India volando con Jet Airways, la más grande y respetada línea aérea particular. Muy lejos del fabuloso malinchismo que reina en todos nosotros (de TODO el mundo), su sistema de enseñanza muy particular ( de toda la India)  a gritos y sombrerazos, mantiene un estándar operacional  bastante aceptable, por lo que todo aquel que llega sintiendo que  ” les va a enseñar a estos indios como se vuela”,  está pero si bien peee.. equivocado.
Habiendo sido colonia británica hasta 1947 en que la revolución pacífica de Gandhi  les dio su independencia, les trajo paradójicamente un enemigo mortal en Paquistán, luego que se separaron; desde ese entonces mantienen una guerra fría de  consecuencias  impredecibles  y hasta nucleares. (De hecho tiene la frontera más grande del mundo CERCADA e ILUMINADA, un verdadero espectáculo cuando se sobrevuela de noche.)
El terrorismo de bombazos y asesinatos, desde Paquistán, Bangladesh y hasta de China (con quién  se están bronqueando a cada rato) y por el sur con los tamil de Sri Lanka, son problemas que se agravan con sus miles de problemas internos, (manejar 1200 millones de personas creo… que no es fácil.)
Así que las fuerzas armadas están siempre en alerta y como es de suponer la aviación, está más que bien equipada y preparada. Esto da como resultado una gran experiencia en aviación tanto militar como comercial.
La aviación comercial, como en todas partes del mundo, se la pasa como en la rueda de la fortuna, de arriba para abajo, actualmente está de picada (otra vez>>>).  Ya desaparecieron tres líneas aéreas de regular tamaño y la línea aérea Kingfisher casi queda en quiebra. Esta es un relato para Ripley, resulta que el dueño multimillonario dueño de la cervecería más grande de Asia, quería hacerle un regalo de cumpleaños a su hijo… y no le dio su avioncito, le regaló una línea aérea. Pero no contento con eso, quería que  fuera la mejor línea de la India y así lo anunció con bombos y platillos, todo mundo se la creyó, incluso se fue para Europa como quien va al mercado, para firmar contratos de intención con Airbus. “ Deme veinte de este, otros quince de aquellos y… cuál dijo que era el más grande?... bueno, de ese apárteme tres”.
Se comió a otra línea aérea para ganar la antigüedad necesaria para poder pedir permisos internacionales y de cruce del océano, contrató a los/las sobrecargos más bonitas y BINGO, ahí estaba la mejor línea aérea de la India.
Hasta que la recesión, devaluaciones y precio de combustible, los empezó a despertar. Por puro orgullo (y tal vez tirándole al futuro, pues no quiere quedar fuera de la repartición de la manzana cuando la situación mejore), está manteniendo “solo” quince aviones entre Airbus 320 y ATRs. (Imagínense lo que es  “nada más” que 50 millones de personas utilicen el transporte aéreo, a corto plazo).
En el caso de Jet Airways, está recortando y racionalizando rutas, haciendo lo imposible por ahorrar y desgraciadamente, el hilo se rompe por lo más delgado. Ya 70 pilotos expatriados han sido terminados en su contrato. Los que aún quedamos sentimos que la cuerda ya está floja (otra vez).
Con lo que respecta a Air India, siguen en un pantano que parece no tener ningún soporte. (Miento, los políticos), se fraguaron un plan de reestructuración en el que contemplaron la compra de 25 B-787, lo más nuevo y hermoso en la industria.
Solo que no contaron con que luego de haber hacho la integración de Air India y de Indian Airlines, (la primera hace solo vuelos internacionales, mientras que la segunda se dedica a domésticos), se las iban a ver algo difícil. La gerencia dijo que tanto pilotos de una como de la otra volarían el 787. Sacrilegio… los de Air India se revelaron y se declararon enfermos la mayoría (hace ya casi tres años el 80 % de pilotos de Jet  Airways se reportaron “enfermos” durante una semana y consiguieron lo que querían). Solo que aquí como es del gobierno, que se enoja y que corre como a 100 babiadores,… ahora dice que los va a aceptar de regreso caso por caso y a la cola…
Así que otra vez, la política (probable guerra con Pakistán o China), los malos manejos comerciales, la falta de estrategia aeronáutica nacional, la corrupción y la situación mundial, hacen de Air India la comidilla de los medios de comunicación.
Esos mismo medios que desde que llegué (hace casi… CINCO AÑOS...¡¡¡), se la pasan viendo a quién fastidian, de los pilotos expatriados siempre diciendo que somos muy caros, que ya viene el lobo y a todos nos van a correr, etc, etc.  Ahora resulta que nos “olvidan” y se vuelcan en contra de los pilotos de Air India y ya les sacaron sus trapitos al sol, como por ejemplo cuánto gana un comandante con antigüedad de ocho  años, 15 mil dólares, mientras que uno de Indian Airlines gana 9 mil dólares. (Caso muy similar a reconocida Línea Aérea ya tristemente desaparecida en México.)
Los aviadores por supuesto se merecen el sueldo que logran  conseguir de sus respectivas líneas aéreas, (quienes NO acostumbran regalar sueldos) solo que, es algo que NO habían podido ver antes los medios de comunicación y se la pasaban fastidiando a los expatriados que no ganamos eso.
Otro asunto interesante es la planta laboral, que en Air India se reporta como de 40 mil empleados y en donde  se requieren 243 empleados para mover un avión (del total de 165 aviones), mientras que la industria en promedio utiliza 150 empleados. (Me recuerda a mi querida Tagruesa donde éramos  no más de 30 esclavos muertos de hambre, para mover un avión).
Bueno, ese es el panorama actual. Pero me olvidaba de continuar con el monzón.
El haber tenido la oportunidad de volar en tantos lugares, me deja con la grata impresión que aquí en la India, SI hay que poner  las “barbas a remojar”.  Aunque debo aclarar que cada región en el mundo tiene lo suyo y que ningún vuelo en ninguna parte de ese mismo  mundo, es fácil.
Buen tiempo, mal tiempo y pésimo tiempo. Es lo que vivimos muy seguido.  Junto con las aproximaciones con 75 metros de visibilidad cuando hay niebla.
Hace unos días despegué de Kolkata  con 174 pasajeros,  luego del viraje por la derecha nos agarró tremenda turbulencia que ni podía hablar por radio, con mucha apuración solicitamos continuar con  rumbo de pista y así lo hicimos hasta 27 mil pies y 70 millas, cuando por fin pude rodear el mal tiempo.
Les di un anuncio a los pasajeros tratando de calmarles el susto. Llegamos a Nueva Delhi y… carajo… me agarra tremendo windshear en la aproximación final con todas  las alarmas habidas y por haber, igualito que en el simulador… me voy al aire.
Intento otra aproximación y ya ni me bajo… otra vez la turbulencia estaba de los diablos… otra vez al aire.  Ya con el combustible corto solicito otra pista y aterrizo. Gracias a Dios me salió un aterrizaje de lujo, no podía ser menos pues pensé que luego de tanto stress y al final un porrazo, los pasajeros me iban a culpar a mí. Les doy la bienvenida, “ladies and gentleman, from the main cabin, captain speaking, after so much stress and suffering… welcome to New Delhi, thank you very much to fly Jet Airways”. Un capitán de Servia que venía de pasajero, entró a la cabina para comentar y felicitarnos, sin embargo le dije… “no capitán, no la merecemos, la merecen ustedes que como pasajeros no ven nada de lo que pasa o va a pasar, felicidades”.
Dos días después en el aeropuerto de Chennai, al sur de la India,… otra vez… me lleva el Diablo;  veo en dirección contraria al despegue una gran nube negra que como a 40 millas amenazaba con aproximarse, calculo mis posibilidades y le digo al primer oficial… “lets go out of here before it turns nasty”.  Despegando después de 400 pies  siento como el avión se pone todo zonzo y empieza a “colear” ligeramente, veo el velocímetro y comienza a bajar, decido quitar régimen de ascenso para ganar un poco más de velocidad, el terreno está plano y puedo controlar la situación sin mucho inconveniente, sigo el ascenso y limpio el avión. El primer oficial todo emocionado me pregunta que si me di cuenta… carajo, nomás eso me faltaba, todavía dudando qué había pasado.
Regresando en el tiempo, quiero relatar lo siguiente:
Debo aclarar ante todo que NO soy supersticioso, pero:
En mis tiempos heroicos en la Fuerza Aérea, teníamos una superstición (no sé si todavía la sigan), aquel aviador que tuviera tres “connatos de incendio” (incidentes), tenía que cuidarse la espalda con más ganas. Porque de la tercera no pasaba. Y todos nos andábamos con más cuidado o de plano evitábamos subirnos con él. O la otra superstición, que cuando dos aviones se caían en un plazo corto de tiempo, teníamos que tener más cuidado todos pues “la racha había empezado”.
Estas dos supersticiones probaron muchas veces ser acertadas: Cuando fui jefe de operaciones en un escuadrón, (en donde me convertí en el primer aviador hasta entonces en alcanzar más de mil horas de vuelo en ese tipo de avión), antes de los vuelos de ese día  les advertí  a todos los aviadores que tuvieran cuidado pues “la racha” ya había empezado, cuando se rompió la formación el comandante del escuadrón, Capitán José Luis Irineo Saldivar (excelente aviador y mejor  persona), se me acercó y me dijo: “Alvarado, es usted un supersticioso, eso de la racha no existe  no me esté espantando a la gente”.
“Comandante, si para usted no existe, al menos deje que los demás se cuiden, ya van dos aviones,  un DC-6 en Cozumel con siete muertos y el T-33 que se acaba de caer aquí en Santa Lucía, lo único que pretendo es concientizarlos.”,… “Es usted un supersticioso”.
En menos de 40 días dos Aerocomander 500 y un Cessna 150 se nos cayeron en el escuadrón, murieron seis tripulantes. Lo feo y triste era que teníamos que ir al lugar del accidente para identificar y recoger los pedazos.
El primero, fue Omar Gárate Acosta con un aviador en adiestramiento, en un derroche de fanfarronería, aún cuando se les había advertido específicamente que no hicieran nada fuera del programa de vuelos, se pusieron a hacer barriles rasantes en un pueblo, (que ni conocían) según los testigos hicieron dos “maromas” y a la tercera se cayeron quedando el avión de nariz y la cola no más alta que tres metros. Quedaron  en el atrio de una iglesia, irreconocibles los cuerpos, solo por la posición del avión supimos a quién pertenecían los pedazos, que fueron recogidos en unas sábanas por el mecánico que le decían el diablo… quién sin mucho apuro los sacó con las manos, pedazo a pedazo.
El segundo, de capitán instructor  Héctor Páramo Maldonado estaban practicando aproximaciones al Stalls, luego de una serie bien ejecutada; iniciaron otro y desafortunadamente entraron en una barrena y al sacarla entraron a un stall de alta velocidad de donde ya no salieron, pegaron en el suelo y los dos pilotos salieron por las ventanillas, cuando llegamos al lugar que era una parcela de siembra, los testigos nos dieron las pautas para saber aproximadamente que pudo haber pasado.  Cuando me dirigí hacia los cuerpos que estaban como a 10 metros del avión, me percaté que ahí estaba de pie frente a ellos el Sargento Primero mecánico Páramo,  individuo de mucha antigüedad en el servicio y amplios conocimientos, estaba viendo el cuerpo empolvado y desfigurado de su hijo, no tenía cara, solo un gran agujero. Me alejé respetando su dolor y me senté en el ala izquierda del avión que de alguna manera había conservado la forma, aunque la lámina toda arrugada, estaba oscureciendo. Pasó otro aviador y me preguntó,  “y ahora que haces…?”,  “pues nada  ya ves, creo que ya son demasiados”. Me quiso levantar tomándome del brazo… “párate no seas payaso”…  y lo corrí, “ya lárgate…”
El tercero  Rodrigo A Muñoz Bellizia igual, otra vez esa compañera inseparable de la juventud, la osadía y el arrojo. Los sábados acostumbrábamos ir a una pista junto al lago de Tequesquitengo a tirar paracaidistas, tripulando dos Cessnas 150, aunque debo decir que como buenos piratas y por una módica suma, también le volábamos otra Cessna particular al Capitán Serafín, comandante de la compañía de fusileros paracaidistas, época de buenísimas anécdotas en donde no faltaron los paracaidistas muertos.  Este aviador Bellizia, antes de llegar a Tequesquitengo, al parecer se fueron al pueblo de la novia del mecánico que lo acompañaba y empezaron a volracear, solo que lo hicieron mal, luego de varias pasadas, se dirigieron hacia donde el terreno se elevaba y hacia el sol, tal vez una corriente descendente hizo que no salieran y ahí quedaron.
Las implicaciones burocráticas eran por supuesto muy pesadas y el Comandante Irineo, con toda entereza y muy apurado, se hacía cargo de ellas. Cuando estaba en los trámites mortuorios del tercer accidente,  se me acercó y muy en privado me dijo: “Alvarado, ya creo en la racha.”
Tiempo después, mejor le paré de estar contando muertos, en mi tiempo de servicios en la FAM, hasta ese momento llevaba más de cien compañeros, con muchos de los cuales había convivido muy estrechamente.
Y volviendo a la India, de repente se sueltan tremendos vendavales y polvaredas que por supuesto me recuerdan a las personas que andan en esos momentos intentando llegar a su destino… destino.
No me queda más que seguirle, el próximo mes me toca examen semestral médico,  tengo que estar bien, de todo a todo o de lo contrario, encaro las consecuencias de un sistema médico inconsecuente. Igual me toca simulador, otra vez siento ese stress que tal parece no me deja.
Luego de eso, mis días libres o debo decir medio libres, para ir a ver a mi familia. Me toca también el examen médico mexicano, más stress y más dieta.
Nueva Delhi. India.
Cap. 1°  FAPA. Oscar Fernando Ramírez Alvarado.
 

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