https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick=PNMDY4F6J8BEC

viernes, 29 de enero de 2016

HOMENAJE A UN GENERAL PILOTO AVIADOR



Fiel a su formación castrense, guardó con celo los detalles de esos viajes con seis presidentes de la República. Los gustos, extravagancias, pasatiempos y charlas con los mandatarios nunca fueron revelados, ni siquiera a su familia. Tal vez por eso mantuvo el mando en los aviones presidenciales El Zarco, Quetzalcóatl y el Benito Juárez.

Al general de División Leonardo Roberto Chiapa Aguirre lo alcanzó la edad de jubilación obligada en el sexenio del presidente Vicente Fox. Era tiempo de retirarse, tal vez de escribir o compartir sus anécdotas, pero de súbito su mente le jugó una paradoja, como si asumiera otra vez la disciplina militar. Comenzó a olvidar las cosas y después le afectó el Alzheimer, enfermedad que le permitía regresos leves para ver a sus familiares y, eventualmente, enojarse consigo mismo por su estado médico.

Con su partida también quedaron selladas sus charlas al aire con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, “uno de los mandatarios que gustaba de viajar en cabina y compartir anécdotas con la tripulación, especialmente con mi padre, pero nunca supimos detalles de esas pláticas o de las misiones presidenciales”, cuentan Mónica y Enrique, hijos del general Chiapa, fallecido la segunda semana de diciembre pasado.

El viaje del ex presidente Salinas de Gortari en cabina sólo era posible por la confianza que tenía el jefe del Estado Mayor Presidencial hacia el general Roberto Chiapa, por su disciplina en la organización y cuidado de peso y horario de la aeronave.

Para el general todo era precisión. Una ocasión todo estaba preparado para abordar el Benito Juárez para uno de los viajes del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, pero de pronto el general Chiapa descubrió que cargaban naranjas en el Boeing 757 para la elaboración del jugo del presidente.

“No me da el peso de despegue y se van para abajo las naranjas”, dijo el general al personal del Presidente y bajaron las naranjas. Estaba pendiente de todo, dice su hijo Enrique Chiapa, piloto comercial.

Oriundo de Empalme, Sonora, Chiapa es reconocido en las filas del Ejército Mexicano por su trayectoria y por pilotear los aviones presidenciales con Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.

Su salida forzada ocurrió en el año 2000, a la llegada del presidente Vicente Fox Quesada, surgido del PAN. Chiapa cumplió 65 años de edad y entonces abrigó la jubilación.

Lamentablemente, dice César Gutiérrez Priego, hijo del general fallecido Jesús Gutiérrez Rebollo, la trayectoria del general Chiapa no ha sido reconocida con un homenaje y eso se debe a que la Secretaría de la Defensa Nacional “ha dejado de ser una institución militar para convertirse en una unidad política, donde los altos mandos deciden a quién homenajear y a quién no”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario