Todos decimos que recordar es vivir. Y así de esta manera estoy recordando el porrazo que se dio un compañero que tuve en el primario, yo sé que algunos compañeros de la XXVI generación se van a acordar de él.
Este compañero se apellidaba Young Coral, y lo recuerdo bien cuando eramos aspirantes. A la hora que nos toco saltar del trampolín de diez metros, el se avento un buen clavado, pero lo devolvieron al trampolín, pues tenía que saltar de pie y entrar de esa forma al agua. Siempre estaba al pendiente de nosotros, pues a cada rato repetía: "Calmense muchachos, no sean así" Él venía de la península de Yucatán. Pues este pequeño relato, es de lo que le sucedió unos días después de que su instructor lo soltó. Estabamos haciendo toques y despegues en la pista de tierra, cuando en el último de sus aterrizajes, tuvo la ocurrencia de poner a beber agua a la 89.
El comandante del escuadrón primario era el Capitán Francisco Martínez Resendiz, al que cariñosamente le decíamos: "Pitagoras" y estaba sentado en la casita cuando Young Coral colocó a la 89 en esta bella posición. Pitagoras grito: "La hélice" y salió corriendo hacia la pista. Cuando llegamos al avión, nuestro compañero estaba colgando en la cabina de su escapulario. El comandante llegó corriendo y se puso a revisar al Stearman del motor, las piernas y el fuselaje. Youn Coral nos miraba a todos con mucho miedo desde donde se encontraba colgado. Nada más lo vio el capitán Resendiz y le grito al cadete: "Y usted, que hace allá arriba, bájese" Young Coral, sin medir las consecuencias, se desabrocho el escapulario y cayó desde la cabina. Yo me dije: "QUE PORRAZO" y es por eso que este pequeño recuerdo se llama así.
Youn Coral fue llevado de inmediato a la enfermería para ser revisado primero, y luego fue llevado a la cuadra para que recogiera sus pertenencias y se trasladara a la puerta sur del Colegio ya que fue eliminado como cadete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario