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lunes, 25 de marzo de 2013

SE LLAMABA ARMANDO COLUNGA DIEGO



Lo recuerdo muy bien, su nombre: Armando Colunga Diego, sus deseos eran llegar a ser piloto aviador, entró de cadete con nostros y se aguanto todo el Preparatorio, la pócima para él fue muy dura pues era muy zorrón, le decíamos el Pingüino, llego junto con nosotros al primario, lo soltaron (milagro) y llegamos a las maniobras de las triangulaciones. Primera ruta: LA BASE, AMECA, TEQUILA, LA BASE. Yo pienso que la primera parte si la hizo bien, la segunda era más fácil, pues de Ameca se ve bastante bien el cerro de Tequila, paro lo imagino al regresar hacia la Base, y pasarse de largo y sobrevolar la ciudad de Guadalajara, pensó que el Colegio estaba pasando la ciudad y siguió de frente dejando la ciudad se puso a buscar la pista de tierra del primario y después de volar mucho rato y no encontrar la base de Zapopan, decidió bajar para preguntar donde se encontraba y al final se decidió por aterrizar en un barbecho plano, donde se veía un ranchito por un lado. Que alegría fue para los que vivían en ese ranchito al ver aterrizar a un majestuoso avión Stearman de dos alas y el piloto descendió con su overol verde y preguntó: ¿No saben para donde queda el Colegio del Aire? creo que me perdí y necesito que vengan por mí. En el ranchito tenían teléfono y un directorio, el dueño del rancho, llama para el Colegio y les avisa: "Buenos días, soy Samuel Barba, tengo un ranchito aquí cerca de Tototlán y cerce de mi casa aterrizó un avión amarillo de dos alas y su piloto que se llama Armando Colunga dice que está perdido, que vengan por él" Ya que el comandante del escuadrón primario situó al objetivo, les dijo: "Pídanle que no se mueva, en un rato vamos por él" le pidió al instructor de Colunga que lo acompañara en otro Stearman para recojer al avión perdido y al cadete desorientado. Ya era casi el medio día cuando regresaron a la base los dos PT-17 con el Pingüino en la cabina trasera. No lo regañaron, ni le dijeron nada, solo lo acompañaron a la cuadra para que recogiera sus cosas, y con un oficio dándolo de baja lo dejaron en la puerta sur. Ojalá que a mi compañero y amigo Pablito, le recuerde algo este Armando Colunga Diego.

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