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viernes, 23 de mayo de 2014

HONOR A QUIEN HONOR MERCECE



Me siento muy orgulloso de haber volado con el General de Fuerza Aérea Julio Cal y Mayor Sauz, esto lo hice durante mi estancia en el Hangar del Secretario de la Defensa Nacional, del año de 1970 al año de 1978.

Hago esta semblanza de Don Julio, por el respeto y admiración que siempre le tuve.

El voló en el escuadrón 201 durante la segunda guerra mundial en Filipinas, el escuadrón voló como anexo al Grupo 58 de combate de la 5a Fuerza Aérea del Ejército de los EE.UU. en la liberación de la isla madre de Luzón, Filipinas, durante el verano de 1945. El Escuadrón 201 sirvió con distinción en observaciones, bombardeos y ametrallamiento de posiciones japonesas, vehículos en convoy y emplazamientos de artillería en Filipinas y Formosa. La Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana es la única unidad militar mexicana que ha combatido fuera del territorio mexicano.
 
Se trataba de una unidad pequeña, con gran potencia de fuego y casi autosuficiente. Naturalmente, se seleccionó a los mejores pilotos de la Fuerza Aérea para formar el escalón de vuelo de este grupo. La unidad recibió entrenamiento en varias localidades de los Estados Unidos, principalmente en el campo aéreo de Greenville, Texas y en el de Pocatello, Idaho.
 
En el 29 de diciembre de 1944, la Cámara de Senadores autorizó al presidente de la República el envío de tropas para combatir en el extranjero y se decidió que las fuerzas en adiestramiento en los EE.UU. se convirtieran en la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, con lo que el Grupo de Perfeccionamiento Aeronáutico se transformó entonces en el Escuadrón de Pelea 201 de la FAEM. El escuadrón quedó encuadrado en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, aunque con mando y bandera propios.
 
Antes de regresar a México, en el 25 de septiembre, los miembros de la FAEM develaron un monumento a sus compañeros caídos; el monumento fue diseñado por el piloto Miguel Moreno Arreola y fue construido con la ayuda de 10 elementos del escuadrón. El águila que remata el monumento fue realizada por el escultor filipino Tolentino. El 12 de octubre, el Escuadrón entregó sus aviones al “Grupo de Servicios Aéreos 45″ e iniciaron los preparativos para el regreso a México. Los integrantes de la FAEM abordaron el buque Sea Marlin el 23 de octubre, arribando el 13 de noviembre a San Pedro, California, aunque los primeros en llegar a América fueron el General Antonio Cárdenas, el Teniente Amadeo Castro Almanza, el Subteniente Guillermo García Ramos y el Subteniente José Luís Pratt Ramos, quienes viajaron por la vía aérea tras entrevistarse en Tokio con el General MacArthur con el fin de agradecer su cooperación con la FAEM.
 
Los integrantes de la ‘Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana’ fueron ascendidos al grado inmediato superior y les fue otorgada la medalla “Servicio en el Lejano Oriente’, la ‘Legión de Honor de México’, la ‘Medalla de la Liberación de la República Filipina’ con gafete de Recomendación Presidencial, así como las condecoraciones estadounidenses ‘Eficiencia del Ejército’, ‘Eficiencia de la Fuerza Aérea’, ‘Campaña de Americana”‘, ‘Campaña Asia-Pacífico’ y ‘Victoria de la Segunda Guerra Mundial’. Los pilotos recibieron además la ‘Medalla del Aire’ y el coronel Cárdenas y el capitán Gaxiola la ‘Legión al Mérito’.
 
Muchos de los integrantes han pasado con éxito a otras carreras de la vida, algunos como líderes de la aviación civil o del Ejército Mexicano, otros como hombres de negocios, educadores e ingenieros; cinco de los pilotos llegaron a ser generales de la Fuerza Aérea Mexicana. El General Cal y Mayor estuvo como comandante de nuestra pequeña unidad dentro del Hangar del Secretario de la Defensa Nacional.
 
En México se han levantado monumentos y se han nombrado calles, vecindarios y escuelas en honor del Escuadrón 201; incluso una estación del Metro de la Ciudad de México lleva su nombre.


Air Art Northwest, publicador de arte pictórico histórico, anuncia su nueva y exclusiva publicación de una edición litográfica limitada de arte fino, jamás publicada, para rendir tributo a su valiente aliado de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

La impresión, titulada ¡Ataque de las Águilas Aztecas! basada en la pintura original del conocido pintor el Sr. Jack Fellows, muestra a un grupo selecto de jóvenes pilotos de la elite mexicana, quienes volaron con la Fuerza Aérea Norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial, dicha participación permitió una mejor relación entre México y los Estados Unidos. Esta es la única edición litográfica que se ha publicado, mostrando a la aviación Mexicana o Latinoamericana, así como también la única edición firmada por las "Águilas Aztecas" de la Fuerza Aérea Mexicana y la única edición publicada en dos versiones, ingles y español.

La obra de arte muestra a un avión de caza-bombardero P-47 Thunderbolt del Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea Mexicana en acción en la liberación de las Filipinas en la Segunda Guerra Mundial. En esta edición, cada litografía ha sido firmada personalmente por los pilotos sobrevivientes, quienes volaron en misiones de combate; también firmada por el artista y enumerada.

Las litografías en la versión "Edición de los Generales", fueron firmadas en la Ciudad de México, Puebla y Campeche en junio y Julio de 2002 por los once pilotos sobrevivientes del Escuadrón, incluyendo tres Generales de la Fuerza Aérea Mexicana quien volaron misiones de combate con la unidad: el General Julio Cal y Mayor Sauz, el General Ángel Sánchez Rebollo y General Graco Ramírez Garrido. Otros pilotos distinguidos quien firmaron la edición incluyen el Coronel Carlos Garduño Núñez, el Coronel Justino Reyes Retana y el Capitán Miguel Moreno Arreola, el piloto quién presentó la Bandera de Batalla a el Presidente Manuel Ávila Camacho en la Plaza Nacional en la Ciudad de México en el regreso del Escuadrón al fin de la guerra en Noviembre de 1945.

Yo viví muchas anécdotas junto al General Cal y Mayor en mi estancia dentro del hangar. Recuerdo una con mucho cariño, una de ellas es esta: El General siempre fue un caballero, pero nunca falta un prietito en el arroz. Un día que regresábamos solos en el MU-2 de Ensenada a México, 



Yo venía volando el avión en el asiento izquierdo, solo cuando venía a bordo el señor Secretario el volaba desde este asiento, pero todas las demás ocasiones me tocaba a mi el poder del comandante en el avión. Desde la salida de Ensenada Don Julio me empezó a regañar (con justa razón) pero mi bolsa se lleno de piedritas y ya nivelados, él seguía con su perorata y yo sin hacerle caso me volteaba por el parabrisas del lado izquierdo hacia abajo, en eso el me dijo: -“Lavín, le estoy hablando, ¿Qué tanto ve para abajo?”- y yo ya histérico le dije: -“Discúlpeme mi General, ando buscando un buen lugar donde aterrizar, para que nos bajemos los dos y nos demos una sarta de guamazos”- y el muy amablemente me contestó: -“No es para tanto, mi capitán, no se esponje, mejor yo le pido perdón por mis regaños”- así de caballero era él.

Llegó el final de la administración del General Cuenca y mi General Cal y Mayor causó baja del hangar y al despedirse de mí, me agradeció mi cooperación hacia él y me dijo: -“Ahora entiendo la presión que tuvo usted de parte de Arcos y Muñiz, pero el que me metió zancadilla fue el capi Moñito, ahora entiendo el porque lo de su apodo ´el telegrama´ el mayor Ayón me lo confirmó. Ahora usted se queda solito con el Mitsubishi y que Dios lo ayude”- nunca me comentó nada acerca de su paso por Filipinas en el escuadrón 201

Así fue mi General Cal y Mayor, por eso yo digo “HONOR A QUIEN HONOR MERECE”
  

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