El 15 de marzo de 1941 la
USAAF ordenó a la Consolidated de San Diego, dos prototipos de un
superbombardero siglados XB-36.Los orígenes de la especificación que llevaría
al más grande bombardero jamás construido se remontaban, sin embargo, al otoño
de 1939, cuando Estados Unidos habían formulado el plan, conocido como
"Raimbow Nº 5", que la estrategia americana debería seguir ante la
hipótesis, cada vez más probable, de una participación de la república de las
estrellas en un conflicto a escala mundial.
Una considerable importancia
en los planes americanos se le atribuía a la ofensiva aérea contra Alemania y
Japón y, tanto las previsiones de una posible caída de Inglaterra que obligaría
a los bombarderos de la USAAF a operar a través del Atlántico como la
consideración de las inmensas distancias del teatro del Pacífico terminaron por
definir la necesidad de un poderoso bombardero estratégico. Éste debería estar
en condiciones de operar a alturas de aproximadamente 1.000 metros, disponiendo
de adecuados medios de defensa y transportando alrededor de 4.500 Kg de bombas
sobre blancos situados a 8.000 Km de sus bases de partida y más de 30 toneladas
de explosivo en menores distancias.
Los cuatrimotores de
bombardeo destinados a suceder a los B-17 y B-24,
es decir, el B-29
"Superfortress" y el B-32 "Dominator", que en los planes
originarios deberían constituir el grueso de la fuerzas estratégicas empeñadas
en los cielos europeos llegaron, sin embargo, demasiado tarde y, de este modo,
terminaron utilizándose para la ofensiva contra Japón, inclusive porque fue
posible confiar la dura tarea de la ofensiva aérea contra Alemania a las
Fortalezas Volantes y a los Liberator con base en Inglaterra. Como resultado,
desaparecida la necesidad de un superbombardero para ser empleado contra
Alemania y contra el imperio del Sol Naciente, el programa para el hexamotor
B-36 siguió realizándose con limitada prioridad: en efecto, el B-29 estaba
revelándose un arma de grandísimas posibilidades contra los japoneses.
Solo en junio de 1943,
cuando la Convair ya tenía encaminada la producción del B-24 y del B-32, el
programa B-36 comenzó a progresar y, el siguiente 23 de julio, la USAAF enviaba
a la casa constructora una carta de intención para 100 ejemplares del nuevo
avión, a la cual seguía, el 19 de agosto, un contrato formal. Las posibilidades
ofrecidas por un programa interesante y remunerativo llevaron a muchas firmas a
tomar trabajo como subproveedores para el B-36, pero dado que, precisamente en
el mismo período, la fuerzas anfibias americanas a las órdenes del almirante
Spruance habían conquistado el archipiélago de las Marianas, asegurando de ese
modo a los B-29,
bases desde las cuales golpear eficazmente a Japón, el programa B-36 fue
continuado con poca prioridad.
La Convair debió resolver
luego, los muchos y complicados problemas derivados de las nuevas técnicas
empleadas en la realización del nuevo avión, y de sus mismas excepcionales
dimensiones. Los diversos equipos de a bordo requirieron también una prolongada
y paciente labor, y no pocas dificultades se originaron de los motores, los
veinticuatro cilindros de cuatro estrellas Pratt & Whitney R-4360-25 que, a
pesar de desarrollar más de 18.000 caballos de potencia en total, no eran
demasiado suficientes para las más de 120 toneladas del gigante. El 8 de agosto
de 1946, el prototipo efectuaría su primer despegue, piloteado por
"Gus" Green y por Fort Worth, frente al gran establecimiento donde,
en 1942, la Convair había trasladado desde San Diego todas las actividades
correspondientes al B-36.
La estruendosa prueba de las
posibilidades del bombardero estratégico que el B-29 había
suministrado en la ofensiva aérea contra Japón, constituyó el más firme motivo
para la continuación del programa B-36, que terminó militando en la filas de la
USAAF con considerable retraso respecto de los tiempos previstos, en un
principio, para las operaciones contra Japón: el enorme hexamotor del Strategic
Air Command, en los años cruciales de la guerra fría alrededor de 1950, sería
el medio de "disuasión" del arsenal estadounidense.
El B-36 era un hexamotor de
ala alta, con ligera flecha en planta y marcada convergencia, con los motores
en instalaciones propulsoras y hélices dispuestas en la parte posterior del
borde de salida alar. El empenaje era de una sola deriva, y el tren de
aterrizaje triciclo anterior retráctil.
El ala era la parte más interesante
del B-36, tanto del punto de vista aerodinámico como del de construcción. La
insólita disposición de los motores había sido dictada, en efecto, por la
preocupación de que la estela de la hélices pudiese perturbar el flujo laminar
sobre sus perfiles, constituidos por los NACA de gran espesor (21 por ciento en
la raíz y 15 por ciento en la puntas), empeorando sus características
aerodinámicas. Con un diedro de 12º en el borde de ataque (que tenia una flecha
de 15º 6´30´´), un considerable alargamiento (11) y una marcada convergencia,
el ala estaba provista de amplios alerones, que se extendían desde la góndolas
motrices externas hasta la uniones con las puntas de ala, y de
hipersustentadores divididos en tres secciones por semiala. Mientras que estos
últimos eran accionados eléctricamente, los alerones eran gobernados, en
cambio, mediante servo aletas (como también las superficies móviles de cola),
sin que fuera necesaria, por lo tanto, ninguna forma de comando auxiliado
mecánicamente.
El fuselaje, que a lo largo
de sus 33 metros era un cilindro circular, y al cual el ala estaba ajustada con
una incidencia de 3º, se asemejaba en cuanto a sus disposiciones internas al
del B-29.
Sus dos secciones presurizadas, la anterior de la cual formaba parte la cabina
de pilotaje, y la posterior en la que estaban alojados los artilleros que
controlaban el armamento defensivo, estaban unidas, en efecto, por un túnel de
sección circular, de 63 centímetros de diámetro, que se extendía por casi 26
metros a través de la sección central, no presurizada del fuselaje, Ésta
contenía los cuatro compartimientos de bombas, con un volumen total de 348 m3 y
que desde la serie D en adelante, fueron provistos de portillos de abertura y
cierre rápidos, de modo que el desenganche de la bombas perturbase lo menos
posible la aerodinámica del avión.
Los empenajes, totalmente
metálicos y con protección anti hielo de tipo térmico, tenían superficies móviles
equilibradas, servo comandadas aerodinámicamente y provistas de aletas
correctoras en el borde de salida.
El tren de aterrizaje estaba
constituido por un parante anterior con ruedas colocadas una al lado de la
otra, que se retraía hacia adelante en el vientre de la trompa del fuselaje, y
por los dos parantes posteriores, que lo hacían en el vientre del ala girando
hacia el eje del avión, y que estaban unidos mediante bisagras un poco más
adentro de las góndolas motrices internas. Introduciendo una técnica que,
posteriormente, seria cada vez más adoptada, en el intento de obtener un tren
de aterrizaje más liviano y, al mismo tiempo, distribuir mejor el peso del
avión en las pistas, los parantes posteriores estaban provistos de pequeños
trenes de cuatro ruedas (con ruedas de 1,707 m de diámetro).
El B-36 estaba propulsado
por seis motores (accesibles en vuelo) Pratt & Whitney R-4360 "Wasp
Major", cada uno provisto de dos turbocompresores con gas de descarga, y
que accionaban hélices tripala Curtiss Electric de 5,791 m de diámetro, del
tipo de velocidad constante, con puesta en bandera automática y comando para la
inversión del paso, con palas huecas de acero descongeladas térmicamente. A
partir de la versión D, el B-36 también fue provisto de cuatro reactores
General Electric J-47, instalados acoplados en góndolas subalares dispuestas
aproximadamente a la mitad de la envergadura de las semialas externas, con
persianas retráctiles de pétalos en la toma de aire, que aseguraban un
apreciable aumento de la tracción disponible en la fases cruciales de la
acción.
El armamento del B-36 era
muy importante, pudiendo llegar a nada menos que 38.102 Kg de carga de caída,
mientras que nada menos que 16 cañones de 20 mm con 9.200 proyectiles en total
armaban sus ocho torretas acopladas, todas retráctiles (salvo la de proa y
popa) y comandadas a distancia, con excepción de aquella de la popa que era
comandada mediante radar. Los aparatos electrónicos del avión eran, para la
época, considerablemente avanzados , y comprendían un sistema de puntería radar
que permitía el bombardeo en cualquier condición meteorológica, e inclusive en
total ausencia de visibilidad. La tripulación del B-36 estaba constituida por
15 personas, de las cuales cuatro eran de reserva, que aumentaban a 22 en las
versiones de reconocimiento fotográfico. El pasaje de una a otra de las dos
secciones presurizadas, cuyo volumen era de 111 m3, se efectuaba utilizando un
carrito que corría sobre carriles dispuestos en el túnel de enlace entre las
mismas.
Fabricado en un total de 385
ejemplares, al cual se agregó el único prototipo de transporte XC-99 que unió
alas, motores, empenajes y tren de aterrizaje del B-36B a un panzudo fuselaje
con dos puentes, capaz de transportar en forma alternada 400 soldados equipados,
300 camillas o 45.359 Kg de mercancías, y que efectuó su primer vuelo el 23 de
noviembre de 1947, el B-36 fue realizado en seis versiones básicas
(A,B,D,F,H,J), que dieron lugar inclusive a tres variantes de reconocimiento
estratégico (RB-36D, RB-36F, RB-36H), además de los dos prototipos XB-36 e
YB-36A
Quedó en la fase de proyecto
el B-36C, en el cual se había previsto una ubicación, más tradicional de los
motores en instalaciones de tracción, mientras que el B-36G variante de
reacción del avión y con alas y empenajes en flecha, fue fabricado en dos
prototipos siglados YB-60, con ocho turborreactores P.& W. J 57 en cuatro
góndolas subalares. Los vuelos de prueba de los nuevos aviones a reacción
comenzaron el 18 de abril de 1952, pero las performances verificadas resultaron
netamente inferiores a las que se esperaban del futuro Boeing B-52 "Stratofortress" y,
de este modo, el último desarrollo del B-36 fue abandonado.
El apelativo no oficial de
"Peacemaker" constructor de paz ilustra en forma apropiada, toda la
carrera operativa del B-36, que nunca fue empleado en acciones bélicas, pero
que fue, sin embargo, una de las más importantes armas en la guerra fría, y
desempeñó un papel importante al establecer una paz basada en el equilibrio del
terror.
El gigantesco hexamotor, que
fue destinado al Strategic Air Command de la USAF hasta febrero de 1959,
durante toda su carrera fue objeto de despiadadas polémicas, especialmente por
obra de la U.S.Navy, en la cuales se discutieron, sobre todo, su alto costo
(más de seis millones de dólares de la época para cada uno de los primeros 95
ejemplares, y casi cinco para cada uno de los siguientes 75, ordenados en 1949,
prescindiendo además de los 39 millones de dólares que habían costado los dos
prototipos) y su limitada capacidad ofensiva, cuando le fuera opuesta una
moderna defensa.
En realidad el B-36 había
llegado demasiado tarde, porque sus características de velocidad y de techo
practico, además del poderoso armamento defensivo, le habrían permitido
imponerse, dado el caso, a los últimos caza de hélice de la Segunda Guerra
Mundial, pero no a los aviones de reacción que habían sucedido a éstos y, sobre
todo, al MIG-15,
claramente proyectado para oponerse a altísimas alturas a los bombarderos
enemigos.
La aparición del nuevo caza
soviético y el inminente advenimiento de los misiles tuvieron como resultado el
hecho de que, cuando el B-36 entró en servicio, la época del bombardero pesado,
protegido por un poderoso armamento defensivo y con excepcionales posibilidades
de carga, ya estaba en el ocaso. A pesar de las pruebas que suministró un B-36B
en 1948, desenganchando en el curso de maniobras cinco toneladas de bombas en
la mitad del recorrido en un vuelo de más de 13.000 Km, y dos bombas de
19.501 Kg en una misión similar de casi 4.700 Km, y los vuelos de más de 50
horas, sin reabastecimiento en vuelo, de los B-36 con depósitos suplementarios
de fuselaje, el bombardero de hélice ya no tenia ninguna posibilidad de
sobrevivir, y los nuevos bombarderos estratégicos con motores a reacción se
preparaban para reemplazarlo.
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