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miércoles, 29 de enero de 2014

LA BAM 6, NO ES EL ALBINO CORZO



¿Dónde aterrizamos?, Esa es la pregunta que se deben haber planteado los pilotos de las decenas de aeronaves que por todo el mundo han aterrizado por error en un aeropuerto distinto al que pretendían llegar. El que firma esta nota alguna vez hace 35 años confundió aeropuertos y por poco se suma a la estadística volando solo en una avioneta en Florida.

No todos han corrido con la misma suerte: solamente en las últimas semanas, dos aeronaves, incluyendo un Boeing 747-LCF “Dreamlifter” operado por Atlas Air, que Boeing usa para transportar sub ensambles de su modelo 787 y otro Boeing, pero un 737-700 de Southwest con 124 pasajeros, aterrizaron en aeropuertos equivocados en los Estados Unidos y, lo que es peor, en pistas mucho más cortas de las que pretendían emplear en caso de aterrizar donde debían.

Una cosa es aterrizar en un aeropuerto distinto al de destino por razones de necesidad, pero otra cosa muy diferente es aterrizar en un aeropuerto creyendo que se está aterrizando en otro, o en otra pista de un mismo aeropuerto, incluyendo también despegues en distintas pistas, algo que a estas alturas del desarrollo de las técnicas y equipos de aeronavegación y comunicaciones me parece inaceptable, toda vez que supone riesgos no solo en materia de largo de pistas, sino en lo que refiere a posibles colisiones con otras aeronaves u objetos en tierra, además de generar retos para atender a los pasajeros y las aeronaves.

¿Se imaginan estimados lectores las complicaciones diplomáticas que surgieron cuando un Boeing 727-200 de Air France aterrizó en 1986 en un aeropuerto de Jordania en lugar de en el de destino en Israel, involucrando a dos naciones técnicamente en guerra? Hablando de diplomacia y de explicaciones, estos incidentes recuerdan el caso del colorido aviador norteamericano Douglas Corrigan que en 1938 y según sus palabras “equivocó el rumbo” y en lugar de volar entre Nueva York y California, tal y como se le había autorizado, llevó su viejo Curtiss Robin OX-5 a cruzar sin escalas el Atlántico del Norte y aterrizar en Dublín, Irlanda, vuelo por lo que su nombre cambió para siempre a “Wrong Way Corrigan”.
 
La realidad es que incapaz de obtener el visto bueno de las autoridades aeronáuticas norteamericanas para volar a Irlanda en su maltrecho avión, Corrigan decidió inventarse la historia del error de navegación para justificar su vuelo trasatlántico. Por supuesto que nadie le creyó nunca el argumento.

En México no hemos estado exentos de este tipo de incidentes. Por ejemplo, en el año 2010 un McDonnell Douglas MD-83 de Aeroméxico aterrizó por error en la Base Aérea Militar 6 de Terán, en lugar de hacerlo en el aeropuerto “Albino Corzo” de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Es así que operadores y autoridades de aviación deben estar alerta ante este tipo de incidencias, antes de que alguna de ellas se convierta en un nuevo accidente y pudiera cobrar vidas humanas, como las 83 que cobró el accidente del vuelo 6 de Singapore Airlines, un Boeing 747-400 que en el año 2000 intentó despegar de una pista cerrada en el aeropuerto “Chiang Kai-shek” de Taipéi, Taiwán, impactándose con equipo de construcción. Tal y como ya lo hemos dicho en este mismo espacio, la correcta investigación de las causas que dieron lugar a un evento es el primer paso para evitar que vuelva a ocurrir. 

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