Habían transcurrido 32 años desde que Orville y Willbur Wright habían
probado con éxito su aeroplano, los Estados Unidos de América vivía aún los
estragos de la Gran Depresión, muchas empresas no prosperaban y el futuro era
tan incierto a pesar de las acciones para reactivar la economía de aquella
nación Ante estas vicisitudes, las empresas aéreas buscaban como ganar
más y acrecentar su mercado, movilizando más pasajeros y extendiendo sus rutas
por toda la nación; fue la etapa en la que las más grandes luchaban por tener
el mejor avión
En aquella época, Delta Airlines, TWA y American Airlines
llevaban a cabo una feroz competencia por lo que llegaron al grado de ofrecer a
las empresas fabricantes de aviones jugosas ganancias se les desarrollaban el
avión con el cual ganarle a las otras. Así surgió un diseño desarrollado por la
Douglas Aircraft Company, de Santa Mónica, California, que revolucionó la
industria aérea.
Basado
en su predecesor, los ingenieros y diseñadores de la Douglas concibieron un
avión tan perfecto que sus proyecciones fueron rebasadas por mucho, el aparato
de dos motores, era capaz de transportar 21 pasajeros, aterrizar prácticamente
en cualquier pista y operar a costos bastante razonables. El primer modelo fue
probado con todo éxito la tarde del 17 de diciembre de 1935, saliendo de Colver
Field, California y realizar un vuelo “rutinario” de 1:30 horas, que ni los
propios pilotos de prueba, recordaban el suceso años después. Fue tan exitoso
que no hubo detalles que señalar en la bitácora y los reportes. Tan fue así que
no existe fotografía o reseña del histórico vuelo.
A partir e entonces la Douglas desarrolló en serie el DC-3 uno de sus
aviones mas famosos de la historia y de los que se construyeron un total de
10.600 aparatos, más un número desconocido, construidos en Rusia y Japón. El
DC-3 invadió el mercado americano, luego se exportó a muchos países, entre
ellos México y durante la Segunda Guerra Mundial, se desarrolló la versión
militar que se conocería popularmente como C-47.Resultando tan importante en el
desarrollo de la guerra que fue considerado pieza clave para la victoria aliada.
Alrededor de diez mil seiscientos aviones se fabricaron, siendo
el C-47 la versión militar que mucho se uso durante la II Guerra.
Ya
en tiempos de Paz, su uso se intensificó y un mayor número de operadores
tuvieron acceso a este modelo que era ofrecido como excedente de guerra, por lo
que sus precios eran bastante accesibles para empresas grandes y pequeñas. En
México tanto la Compañía Mexicana de Aviación como Aeronaves de México lo incorporaron
a sus flotas, muchas otras más como Aerovías Reforma, Líneas Aéreas Mexicanas,
Servicios Aéreos Panini y Aero Transportes lo emplearon para interconectar el
país. Incluso el primer avión presidencial fue un DC-3.
Mexicana de aviación incorporo su primer DC-3 en 1941.
Convirtiéndose el la primera que lo usó en México.
Por
todo ello radica la importancia y presencia del DC-3 en México, un modelo
que prácticamente fue operado por todas las empresas y dependencias
gubernamentales, incluso los altos ejecutivos lo usaron como transporte
personal, dejando en el aparato la seguridad de sus vidas.
La
Fuerza Aérea Mexicana incorporó los primeros C-47 al finalizar la Segunda
Guerra y la Marina Armada de México lo empleó años después con la misma
aceptación, incluso los contrabandistas lo usaron en gran número, lo que
acrecentó su popularidad, multiplicando su número en todo el país en los años
cincuentas y sesentas, etapa en la que parecieron los primeros aviones a
reacción, limitando la operación de este noble avión a rutas regionales y
mercados secundarios en los que se transportaba “de todo”.
La Fuerza Aérea Mexicana recibió su primer C-37 en diciembre de
1945, mediante un programa de apoyo de los Estados Unidos
Transportes
Aéreos de Nayarit, Aerocalifornia, Aerovías Oaxaqueñas y Aero libertad fueron de
las últimas empresas en operar el modelo en viaje regular, inter-conectando
pequeñas comunidades con grandes urbes o destinos de playa en varios de los
casos. Finalmente, el tiempo cobraba factura y este victorioso avión fue
desapareciendo del mercado mexicano, solo un número muy reducido seguía activo
y la mayoría quedaron abandonados en viejos hangares, plataformas de los
aeropuertos y aeródromos.
Fueron Líneas Aéreas California-Pacífico y la Presidencia de la
República los últimos operadores de DC-3 en el país a la llegada del Siglo XXI,
transformando al gran guerreo en leyenda y empolvando sus grandes hazañas en
recuerdos que poco a poco se han ido olvidando. Actualmente varios DC-3
sobreviven abandonados en aeropuertos, otros más en algunos sitios y muy pocos
en museos, por lo que una asociación civil y este equipo trabajamos
conjuntamente en salvar y preservar las aeronaves que marcaron un parte-aguas
en la aviación, haciéndola más rentable y eficiente.
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