Se considera el 5 de febrero de 1915,
como el día en que surge la Fuerza Aérea Mexicana; ese día, el primer Jefe del
Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, expidió en el puerto de
Veracruz el acuerdo por el que se creó el Arma de Aviación Militar dentro del
Ejército Constitucionalista, sin embargo, no fue sino hasta el 10 de febrero de
1944 cuando el gobierno mexicano expidió el reconocimiento formal, a nivel
constitucional, de la creación de la FAM. Sobre estos antecedentes, en 1992, se
expidió el decreto que declara el 10 de febrero como el Día de la Fuerza Aérea
Mexicana.
La historia de la Fuerza Aérea
Mexicana está fuertemente ligada a la historia de la aviación en México. Data
de 1906, apenas tres años después del nacimiento del aeroplano, cuando el
entonces presidente Porfirio Díaz ya mostraba interés en la aviación militar y en los globos.
A finales de 1909 fueron enviados un
capitán de ingenieros y un miembro del Estado Mayor del ejército mexicano al Colegio Armée
de l'Air en Francia para estudiar el manejo de globos y dirigibles, pero al estallar la Revolución mexicana en 1910, ningún combatiente utilizó de
forma directa aeronaves como medio de combate aéreo durante los primeros
episodios de dicho acontecimiento. Sin embargo, después del exilio de Díaz, algunas aeronaves fueron
utilizadas por parte de los revolucionarios para contrabandear armamento ligero
y correspondencia a través de la frontera con Estados
Unidos.
En México, los ejércitos rebeldes y
federales utilizaron por primera vez el aeroplano en el cruento conflicto civil
que estalló en 1910. La insurrección, encabezada por Francisco I. Madero, que acabó con la dictadura
de Porfirio Díaz en mayo de 1911, no consiguió establecer la paz en México.
Todo lo contrario, el gobierno revolucionario —primero en la forma de un
régimen interino encabezado por Francisco León de la Barra y luego por Madero como presidente
electo— se vio acosado de rebeliones. En el curso de uno de tantos eventos,
encabezado por el ex insurrecto jefe chihuahuense Pascual
Orozco, la columna federal mexicana, al mando del general Victoriano
Huerta utilizó una
pequeña unidad aérea con fines de patrullaje en su campaña contra el principal
ejército rebelde en Chihuahua. Esta unidad consistió en un par de aviones mono
motores Moissant Blériot XI, de 60 caballos de vapor uno y 100
el otro. Estas máquinas eran piloteadas por el aviador estadounidense John Héctor Worden y el piloto mexicano Francisco
Álvarez, respectivamente. Como la máquina de Álvarez se accidentó durante un
vuelo de práctica en las afueras de Torreón,
realmente sólo el avión de Worden llegó a participar en combate en alguna
medida. El 1 de agosto de 1912
las fuerzas federales incorporaron a su reconocimiento y prácticas militares
los pequeños monoplanos Bleriot XI.
Pero no fue sino hasta que el ejército constitucionalista dio un fuerte golpe al gobierno de
Huerta que se planteó la idea de formar una unidad aérea que tuviera un papel
clave en los combates contra los soldados federales. En 1913 cuando el entonces
gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza formaba un nuevo ejército contra el
gobierno de Huerta, influenciado por varios oficiales, incluyendo dos de sus
sobrinos, para que utilizara aviones como medio de combate. Carranza aceptó y
envió a sus dos sobrinos, Alberto y Gustavo Salinas junto con los hermanos Juan Pablo Aldasoro Suárez y Eduardo Aldasoro a la escuela
Moisant International en Nueva York a estudiar aviación. Concluidos sus
estudios, regresaron a México. Al estallar de nuevo un conflicto armado, se
unieron a las filas del ejército como tenientes de artillería,
puesto que el ejército no contaba con aviones en ese momento.
Unos meses más tarde, agentes del
gobierno mexicano viajaron a Los Ángeles y adquirieron un biplano tipo Martin. El
aeroplano aún en cajas y sin armar llegó vía ferrocarril a Tucson,
sin embargo, el gobierno de Huerta había sido alertado de la compra de dicho
avión. La embajada de México en Washington contactó con las autoridades de Tucson
y los estadounidenses embargaron el avión, pero el 16 de mayo los
constitucionalistas, con ayuda de contrabandistas estadounidenses, robaron las
cajas y las introdujeron a México. Las cajas fueron enviadas a Hermosillo,
con el aparato aún sin ensamblar.
Después de que el aparato fuera armado
y concluidos algunos vuelos de práctica, la aeronave fue bautizada con el
nombre Sonora, hecho que fundó
la 'Flotilla Aérea del Cuerpo del Noreste'. A continuación, el avión fue
transportado vía ferrocarril a Guaymas,
lugar aún bajo el control de los huertistas.
El Sonora fue utilizado para lanzar propaganda y
pequeñas bombas sobre las filas enemigas, aunque no consiguieron causar mucho
daño. Al mismo tiempo ayudó en labores de observación para obtener
información acerca de los movimientos de los huertistas, algo muy difícil de
hacer por tierra.
El 14 de abril de 1914 se efectuó un
ataque aéreo cuando el piloto Gustavo
Salinas, piloteando el avión Sonora, lanzó bombas sobre el buque
huertista Guerrero cerca del puerto de Topolobampo, Sinaloa.
Aunque ninguna de las bombas dio en el blanco, obligó al buque enemigo a
regresar a mar abierto, lo que permitió que las tropas de Carranza tomaran el
puerto, la ciudad de Guaymas y tomaran el buque Tampico para utilizarlo contra los huertistas.
Hoy se conoce a ese enfrentamiento como la Batalla de Topolobampo, que fue el primer
combate aeronaval en la historia de México.
En mayo del mismo año Obregón avanzó
hacia Mazatlán y el avión bombardeó la ciudad,
destruyendo dos cañones navales y ocasionando varias bajas al ejército
huertista. Sin embargo, las bombas también alcanzaron a varios civiles e
hirieron al embajador francés. Los ataques aéreos por parte del Sonora fueron bastante efectivos al destruir
los puestos de mando huertista en Hermosillo. A mediados de mayo de 1914, el avión sufrió un cabotaje al aterrizar y fue
destruido, lo que marcó así el final de la 'Flotilla aérea del Cuerpo del
Noreste'.
En enero de 1915 algunos funcionarios
de Carranza reorganizaron a varios pilotos, reunieron varias aeronaves y se
formó la 'Flotilla Aérea del Ejército Constitucionalista'. El primer combate en
el que participó dicha unidad fue el 5 de enero de 1915 en la ciudad de Puebla contra los zapatistas:
bombardearon el Fuerte Loreto y ocasionaron varias bajas. Después de esta batalla la flotilla
fue trasladada a Veracruz.
El 5 de febrero de ese mis año la rama aérea del Ejército Constitucionalista
fue decretada oficialmente "Arma
de Aviación Militar" por el general Venustiano Carranza.
El 15 de noviembre se inauguraron los Talleres
Nacionales de Construcciones Aeronáuticas TNCA y la Escuela Nacional de
Aviación; instalaciones que permitirían construir aeronaves y motores en México
y preparar a los pilotos aviadores para tripularlas. La TNCA construyó en
México los aviones series “A”, “B”, “C”, “E”, “G” y “H”, esta última con
notables avances tecnológicos. La naciente industria aeronáutica en México produjo importantes avances
en la ingeniería aeronáutica de esa época, incluyendo la Hélice
Anáhuac que llegó a
emplearse en varias partes del mundo y a los aviones de las series “A” y
posteriores, se les colocaron motores Aztatl y México SS, los cuales dieron un
magnífico rendimiento.
Entre 1915 y 1920, la FAM asistió al
gobierno de Carranza con misiones de combate y observación contra las fuerzas
del rebelde Manuel Peláez,
que tenía un sólido control sobre los campos petroleros de la región Huasteca.
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