En las especialidades de
bombardeo y torpedeo, la marina americana poseía en 1939 el Douglas TBD
"Desvastator", un gran monomotor que había nacido en 1935 y se
revelaba, para esa época, lento y en consecuencia vulnerable.
El peligro de la guerra era
ya inminente y se necesitaba construir su sucesor, un aparato por cierto más
veloz, mejor protegido y capaz de llevar una carga superior. Diversas casas
americanas propusieron diversas soluciones, pero solo dos respondían plenamente
a la especificación de la U.S. Navy; el 8 de abril de 1940 se le asignó a la
Grumman un contrato para la construcción de dos prototipos de su XTBF-1 y, el
23 del mismo mes, a la Chance Vought se le encargó también la construcción de
dos XTBU-1.
Los dos proyectos eran muy
similares y también podían compararse sus características, pero muy pronto el
avión Grumman demostró poseer alguna virtud más que su rival y fue escogido
para la fabricación en serie.
El prototipo XTBF-1 voló el
7 de agosto de 1941, piloteado por Bob Hall, subjefe proyectista de la Grumman,
revelando una excepcional maniobrabilidad para un avión de esas dimensiones.
Las pruebas se llevaron en
forma intensa, pero el 28 de noviembre de 1941 un incendio a bordo obligaba a
la tripulación a abandonar el avión. La suerte quiso que el segundo prototipo
estuviese casi listo y, el 20 de diciembre se podía reanudar la puesta a punto
del Grumman.
Tres días más tarde, la
marina americana pasaba su primer pedido para 286 ejemplares del TBF-1 con una
sola modificación externa; el agregado de una aleta dorsal que unía la deriva
al fuselaje para mejorar la estabilidad direccional.
El TBF-1 "Avenger"
como había sido bautizado era un monomotor de grandes dimensiones, totalmente
metálico. El fuselaje semimonocasco tenía sección elíptica y presentaba en el
perfil un notable escalón ventral que, detrás del depósito de las bombas, le permitía
buena visibilidad y un amplio campo de tiro a la ametralladora inferior. La
larga cabina de vidrio alojaba en tándem a los tres miembros de la tripulación
(piloto, navegante/bombardero y artillero/operador de radio) y terminaba con
una torreta esférica Grumman (expresamente estudiada para el Avenger) con
comando eléctrico dotada de un arma de 12,7 mm.
El ala comprendía una sección central rectangular sin diedro y con espesor
constante y dos semialas con fuerte diedro. Esta semialas externas eran replegables
con comando hidráulico y, con movimientos sucesivos, se disponían a lo largo de
los laterales del fuselaje, para facilitar su estiba en los portaaviones. La
estructura del ala constaba de un solo larguero con una serie de costillas muy
compactas; un falso larguero posterior llevaba las bisagras de las superficies
móviles de control. El revestimiento, así como el fuselaje, estaba constituido
por paneles de aleación liviana remachada con roblones de cabeza chata. El ala
además, tenía una ranura fija en el borde de ataque cerca de las puntas, para
aumentar la eficacia de los alerones en las bajas velocidades y reducir el
peligro de bruscos fenómenos de pérdida de velocidad.
El empenaje, de tipo
clásico, estaba constituido por una deriva que formaba parte del fuselaje y
por un plano estabilizador horizontal fijado en dos tercios de la deriva. Las
partes móviles del empenaje tenían estructura metálica pero con revestimiento
de tela.
El tren de aterrizaje estaba
constituido por dos parantes con contravientos que se retraían hacia el
exterior en el vientre del ala. La rueda de cola se ocultaba totalmente en el
fuselaje.
El motor era un Wright
Cyclone R-2600-B de 14 cilindros en doble estrella que desarrollaba 1,723
caballos en el despegue, 1,368 caballos a 1,500 metros y 1,292 caballos a 3.600
metros, y accionaba una hélice tripala metálica Curtiss de 3.96 metros de
diámetro.
El combustible estaba
contenido en tres depósitos en la sección central del ala para un total de
1.250 litros. Para las misiones de reconocimiento sin carga ofensiva, el TBF
podía llevar un depósito suplementario de 1.040 litros instalado en el hueco de
las bombas. El depósito de aceite tenía una capacidad de 120 litros.
El armamento de abordo
estaba constituido por una ametralladora fija sincronizada de 7,7 mm colocada
en la parte superior del carenado del motor que en las versiones siguientes fue
reemplazada por dos 12,7 mm alares, con 300 disparos por arma, otra móvil de
12,7 mm con 400 disparos en la torreta posterior y, por último, una de 7,7 mm
también móvil en la torreta inferior, con 500 disparos.
El armamento ofensivo variaba según las misiones; como avión torpedero, el TBF
podía transportar en el depósito un torpedo de 550 mm y 908 Kg de peso; en la s
misiones de bombardeo podía llevar una bomba de 730 Kg o bien cuatro bombas de
225 Kg. Debajo del ala tenía la posibilidad de llevar hasta 8
proyectiles-cohete.
El 3 de enero de 1942, de la cadena de montaje de la Grumman en Long Island
salía el primer TBF-1 de serie y el 30 de enero era entregado a la Naval Air
Station de Anacostia. En efecto, también el avión de la Chance Vought había
sido apreciado por la marina, pero la casa constructora, totalmente ocupada en
la fabricación de los caza F4Y, acumuló tantos retrasos que pudo construir sólo
180 ejemplares de su TBY-2 "Seawolf".
A fines de mayo de 1942, el
primer lote de 85 Avenger había sido totalmente entregado a la marina. Ya en el
curso de la construcción de esta primera serie, la hélice tripala Curtiss era
sustituida con una similar Hamilton Standard y, luego de las propuestas
emanadas de las unidades operativas, la Grumman modificaba el armamento fijo de
abordo; la versión TBF-1C disponía, en efecto, de dos ametralladoras alares de
12,7 mm en reemplazo de la de 7,7 mm en la trompa.
Entre tanto, la Grumman ya
había transferido todos los pedidos a la Eastern Aircraft. La inminente entrada
en guerra de los Estados Unidos había obligado al gobierno americano a reducir
drásticamente la producción automovilística y, la General Motors se encontraría
en la necesidad de tener que despedir a miles de obreros. En enero de 1942, un
acuerdo entre los representantes de la Grumman y los de la General Motors
permitió transferir a la Eastern Aircraft una división de la gran industria de
motores americana la fabricación bajo licencia del Avenger, mientras que la
cadena de montaje de la Grumman estaba totalmente absorbida -debido a los
urgentes pedidos de la marina- por la fabricación en serie del caza F4F y de su
sucesor F6F.
En marzo de 1942, un
destacamento del Torpedo Escuadrón VT-8 fue enviado a la Grumman para el primer
curso de adiestramiento en el TBF-1 y, a fines de ese mes, comenzaba la carrera
operativa del nuevo avión torpedero americano. Seis ejemplares de la primera
serie fueron seleccionados para efectuar una evaluación en condiciones de
combate, llegando en vuelo a la base de San Diego, donde fueron embarcados con
destino a Midway el 4 de junio de 1942. Los seis Avenger, conducidos por el
teniente de navío Langdon K. Feiberling, despegando desde Midway, atacaron los
portaaviones japoneses del almirante Nagumo, pero a causa de su inexperiencia
y, sobre todo, por la eficaz protección de los caza enemigos, las tripulaciones
americanas fueron vencidas sin haber asestado un solo golpe sobre la flota
nipona.
Esta primera y desafortunada
misión no modificó, sin embargo, el programa de la U.S. Navy, que tenía mucha
confianza en las posibilidades del nuevo aparato. En efecto, no mucho tiempo
después, los Avenger del mismo grupo VT-8 obtuvieron su primer éxito con el
hundimiento del portaaviones Ryujo (24 de agosto de 1942). Los aviones Grumman
participaron cada vez en mayor cantidad y con discreto éxito en la operaciones
aeronavales en el Pacifico, equipando en un principio por grupos que operaban
desde los portaaviones Saratoga, Enterprise, Wasp y Hornet y, hacia fines de
1942, a las unidades de la marina se sumaron tres escuadrones del Marine Corps
con base en Henderson Field, en Guadalcanal.
Desde los primeros meses de 1943, los TBF demostraron su superioridad sobre los
aviones torpederos nipones, asestando cada vez mayor cantidad de golpes tanto
sobre las bases japonesas en las islas como sobre los medios navales.
En la batalla por la conquista de Saipán, los Avenger fueron provistos por
primera vez de cohetes. Un gran contingente de Avenger (54 aviones) que
operaban desde casi todos los portaaviones americanos, fue utilizado con éxito
en el curso de la batalla del Mar de las Filipinas y a éstos les corresponde el
mérito del hundimiento del portaaviones Hiyo. Luego, hasta la finalización del
conflicto, el Avenger participó en todos los encuentros en el Pacifico,
confirmando en cada acción sus brillantes cualidades y también en el
hundimiento de la nave almirante nipona Yamato, el 7 de abril de 1945; la
contribución de los Avenger con bombas y torpedos fue decisiva.
El avión de la Grumman
también se distinguió en el Atlántico, donde operó sobre todo contra los submarinos
alemanes. Los Avenger disponían generalmente de cuatro cargas de profundidad;
el ataque se efectuaba en leve picada hasta aproximadamente 30 metros del nivel
del mar. Los Avenger gozaban de velocidad suficiente para poder evitar la
reacción antiaérea enemiga.
Desde abril de 1944, los TBF
pudieron operar desde los portaaviones inclusive de noche, gracias a los más
modernos aparatos electrónicos y, a fines de 1944, la flota atlántica americana
podía contar la destrucción de 47 submarinos alemanes.
En la posguerra, muchos Avenger en la versión TBM-3 permanecieron en servicio
en la marina durante varios años, participando también activamente en el
conflicto coreano. Entre los países extranjeros que adoptaron los Avenger, debe
contarse en primer plano a Gran Bretaña, que alineó en la Royal Navy 958 ejemplares
a partir de 1943, tanto el Atlántico como en el Pacífico, cantidad suficiente
para dotar de ellos a 155 Squadrons de la FAA; el avión también fue empleado
por unidades neozelandesas. En 1949, la Royal Canadian Air Force obtuvo 115
Avenger TBM-3; luego siguieron en 1950 la marina francesa, la holandesa en 1953
50 ejemplares; Uruguay, Canadá, una vez más Nueva Zelanda y la marina nipona en
1955. Es curioso observar que el Avenger haya concluido su carrera en 1962,
precisamente en el país que veinte años antes lo tuvo como peligroso enemigo.
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