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miércoles, 1 de octubre de 2014

VUELO MAJESTUOSO



John Gillespie Magee, hijo, nació en Shanghái, China, el 9 de junio de 1922. Al llegar a la edad de educación secundaria, ingresó en la Escuela Rugby en Inglaterra, donde permaneció por tres años. Mientras tanto, sus padres habían regresado a los Estados Unidos, y el Reverendo Magee se convirtió en Capellán de la Universidad de Yale.

John Gillespie Magee, hijo, regresó a los Estados Unidos en 1939 con el propósito de matricularse en Yale. La Segunda Guerra Mundial estalló en septiembre de 1939 y John, habiendo cumplido los 18 años de edad en octubre de 1940, marchó hacia el Canadá para ingresar a la Real Fuerza Aérea Canadiense RCAF para recibir adiestramiento de vuelo. Completó con éxito su adiestramiento, recibió el grado de Oficial Piloto, y poco después fue enviado a Inglaterra. Allí pudo habilitarse en el Caza Spitfire. En el transcurso de su adiestramiento se le encomendó la misión de efectuar un vuelo a gran altitud “hacia la estratósfera”.

Al aterrizar se dirigió hacia su barraca y allí escribió su hoy famoso soneto en el reverso de una carta que le había escrito a su madre. Agregó que lo empezó a componer a 30,000 pies de altitud, urgido por el éxtasis sobrecogedor que le producía la imponente serenidad, magnificencia y esplendor de ese momento de “cumbre de montaña”. Pudo entonces captarlo y escribirlo para los aviadores de todo el mundo, componiendo verdaderamente un documento poético de inspiración. Su soneto:

VUELO MAJESTUOSO.

He dejado atrás los acervos lazos terrenales
Y danzado en los cielos en risueñas alas argentadas;
Al dominio febeo yo he ascendido y en el torrente jubiloso
De nubes rasgadas por el sol me he confundido.

Realicé mil proezas por ti jamás soñadas.
He retozado, me he remontado y columpiado
En las resplandecientes alturas del silencio,
Y revoloteando he perseguido a los aullantes vientos.

Y lanzado mi anhelante nave por insondables galerías etéreas.
Escalando el vasto, apasionado azul incandescente,
He superado airosamente las cumbres azotadas por el viento
Que ni la alondra ni siquiera el águila alcanzó.

Y mientras atravesaba con mente silenciosa y despejada
La altísima e infranqueable santidad celeste,
Extendí la mano y toqué la faz de Dios.

Algunos extractos del informe oficial expedido por la Real Fuerza Aérea Canadiense el 14 de enero de 1942, dicen lo siguiente:

“El Oficial Piloto Aviador John Gillespie Magee, hijo, ciudadano norteamericano nacido en Shanghái, de padres misioneros y educado en la famosa Escuela Rugby de Gran Bretaña, fue muerto prestando servicio activo en Inglaterra el once de diciembre pasado. Tenía 19 años de edad y llevaba en su corazón la causa de la libertad.”

“El Oficial Piloto Magee también llevaba la poesía en su corazón y legó a la juventud un mensaje en forma de soneto, que sus padres consideran como lo mejor de cuanto había hecho en lo que a combatir se refiere”

“Después de enterarse de la muerte de su hijo, el señor Magee escribió a la RCAF:

“…..Cuando mi esposa y yo nos dimos cuenta de lo profundo de su sentir sobre la situación prevaleciente en septiembre de 1940, le dimos nuestro consentimiento y bendiciones al abandonarnos para alistarse en la RCAF. Compartimos su manera de pensar y nos sentimos orgullosos de su determinación y espíritu. Sabíamos que podríamos recibir noticias como la que recibimos. Cuando su soneto llegó a nuestras manos, sentimos que contenía un mensaje para la juventud americana, pero no sabíamos cómo hacérselo llegar. Ahora su muerte lo ha difundido por toda la nación. Nos inclinamos a pensar que tal vez ésta ha sido una contribución mayor que cualquiera otra que pudiera haber hecho en lo que a combatir se refiere ya que, en verdad, nuestra juventud americana debe entrar a este conflicto movida por un sentimiento de idealismo y de fe…..”

“….. Agradecemos a la RCAF todo el adiestramiento y ayuda que le brindaron a nuestro muchacho. Pudimos observar en él un tremendo cambio cuando nos visitó después de su adiestramiento, un cambio totalmente para su provecho. No nos arrepentimos de haberle dispensado nuestro consentimiento para alistarse y estaremos orgullosos de él eternamente…..

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