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lunes, 20 de julio de 2015

CONTÓ MÁS DE DOCIENTOS AGUJEROS DE BALAS, Y TODAVÍ NO SE BAJABA DEL PEQUA



Robert S. Johnson fue uno de los grandes ases de caza de la USAAF.

El 26 de junio de 1943, durante una misión de escolta a bombarderos B-17 sobre Francia, su formación fue atacada por un grupo de Focke-Wulf Fw 190.

Un proyectil de 20 mm explotó en la parte trasera de la carlinga del P-47 Thunderbolt de Johnson.

Intentó saltar, pero no consiguió abrir la carlinga, destrozada por el impacto, así que se vio obligado a tratar de llegar a Inglaterra por su cuenta.

Uno de los cazas alemanes vio que se retiraba del combate y salió tras él. Johnson, incapaz de defenderse, solo podía maniobrar a un lado y otro para tratar de esquivar las ráfagas de ametralladora.

Al fin, tras una larga persecución, el alemán agotó sus municiones, sacudió las alas a modo de saludo y se dio media vuelta.

Al aterrizar en Manston, Johnson comenzó a contar los agujeros de bala de su Thunderbolt.

Lo dejó cuando había superado los doscientos, sin haberse bajado aún del avión.

El piloto alemán era el teniente Egon Mayer, el primer as de la Luftwaffe que superó las cien victorias en el frente occidental.

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