Minoru Honda era
un joven piloto de la Marina Imperial destinado en Rabaul.
Durante un combate aéreo
sobre las Salomón fue derribado y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en la
isla de Kolombangara.
Convivió con los nativos
durante diez días hasta que fue rescatado y regresó a su base.
Entonces se enteró de que
había sido dado por muerto y le había sido concedido un doble ascenso póstumo.
Sus superiores se dieron
cuenta del papeleo que su resurrección suponía: tendrían que corregir el
informe de baja y revisar la concesión de ascensos. Así que optaron por la
solución más sencilla.
Un día tras otro mandaban a
Honda a peligrosas misiones en solitario sobre territorio enemigo con la
esperanza de que no regresase.
Pero el tozudo de Honda se
empeñaba en volver de todas ellas.
Eso duró una semana, hasta
que un oficial superior se enteró de lo que estaba pasando y decidió devolverle
oficialmente a la vida.
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