La
tarde del 16 de agosto de 1940 los Hurricanes del 43º Escuadrón de la RAF
tuvieron que hacer frente a dos grandes formaciones de Stukas en las costas de
Sussex.
Durante
el combate, el caza de Tony Woods-Scaven fue alcanzado en el radiador, lo que
obligó al piloto a retirarse.
Cuando
volaba en solitario de regreso a su base fue descubierto por cuatro Bf 109, que
comenzaron a perseguirle disparando sus ametralladoras.
El
Hurricane recibió varios impactos en el motor y comenzó a caer. Woods-Scaven
divisó un pequeño prado en la isla de Wight, e intentó un aterrizaje de
emergencia.
Logró
tomar tierra, aunque el aterrizaje fue tan brusco que perdió tres dientes.
Había
llegado a tiempo para tomar el ferry a Southampton, pero era ya demasiado tarde
para continuar camino hasta su base de Tangmere.
Así que Woods-Scaven cogió una habitación en
un hotel y se fue al bar a tomar unas copas. A la mañana siguiente llamó por
teléfono a su escuadrón:
"Si quieren que
vuelva a volar, será mejor envíen a alguien para pagar la factura"
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