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viernes, 29 de abril de 2016

AVIÓN FIAT CR-32



El Fíat CR 32 fue, indiscutiblemente, el más famoso biplano de caza italiano que, si bien no muy veloz, pero excepcionalmente resistente y muy maniobrable, se impuso como uno de los caza más significativos de la década comprendida entre 1930 y 1940, también en virtud de un excelente armamento, constituido por dos ametralladoras Safat, de 12,7 mm, instaladas en la trompa del fuselaje y que disparaban a través del disco de la hélice.

El ágil biplano Fíat, proyectado por el ingeniero Celestino Rosatelli, que voló por primera vez el 28 de abril de 1933 piloteado por Francesco Brack Papa era una versión de menores dimensiones que el anterior Fiat CR 30, del cual conservaba el motor Fiat A 30 R.A. de doce cilindros, de 600 caballos y que resultó extremadamente similar en su estructura. La reducción de la envergadura y las superficies alares exaltó notablemente las dotes de maniobrabilidad y velocidad del "32" con respecto a las del "30", si bien ninguno de los CR 32 de las versiones Bis, Ter y Quater, que sucedieron a la primera, más liviano, logró alcanzar las velocidades horizontales y de trepada de éste.

El armamento del CR 32, compuesto por dos ametralladoras Safat de 7,7 mm para las primeras series, pasó muy pronto a dos de 12,7 mm. Sólo la versión 32 Bis fue dotada de dos armas alares de 7,7 mm, sumadas a las dos de 12,7 mm del fuselaje, mientras que su empleo como avión de asalto vio al CR 32 dotado, también, de un modesto armamento de caída que, desde los 24 Kg. previstos en un principio, llegó rápidamente a cerca de 100 Kg.

Si bien para la época fue un excelente caza, el CR 32 denunció al menos bajo un aspecto, el delinearse de la crisis que tanto pesaría en el porvenir de la aeronáutica italiana. Su motor tenía no menos de cinco años de vida cuando los primeros CR 32 fueron entregados a la 4a. Ala de Caza Terrestre y empleaba una mezcla constituida, en cantidad, por el 22% de benzol, el 23% de alcohol y el 55% de gasolina para avión. Es significativo que precisamente que al empleo de este combustible, de reabastecimiento más difícil que la gasolina de avión, se atribuyó el fracaso de las tratativas entre la Fiat y el gobierno de Chang-Kai-Shek, que en 1934 podría llevar a una considerable provisión de CR 32 a China Nacionalista. En efecto, algunos constructores americanos se vieron favorecidos al sostener la superioridad de sus aviones, por lo menos en el plano logístico, con respecto al CR 32, que en diversas pruebas de evaluación había superado ampliamente a los caza americanos ofrecidos a China.

El CR 32, suministrado también a Hungría, Austria, Venezuela y Paraguay, se fabricó en España por la Hispano Aviación de Sevilla a partir de 1938. La aviación española, por lo demás, ya había recibido por parte de Italia diversos ejemplares del CR 32 durante la guerra civil, y también Fiat que fue uno de los protagonistas de la guerra aérea en España. Si bien no alcanzaba la velocidad requerida para interceptar a los modernos bimotores de bombardeo soviéticos SB-2, sus dotes de maniobrabilidad y excelente plataforma de tiro le permitieron, en efecto, imponerse al mucho más veloz monoplano Polikarpov I-16 "Rata", así como a los más lentos biplanos I-15. Si el monoplano ruso salió mas bien mal parado del enfrentamiento con el CR 32 las unidades italianas en España derribaron alrededor de tres aviones por cada uno de los perdidos, esto fue, por cierto, imputable más que a deficiencias intrínsecas del I-16, al hecho de que los pilotos republicanos se trabaron contra el CR 32, precisamente en aquel tipo de combate maniobrado en distancias cortas en el cual el Fiat sobresalía, en lugar de aprovechar la superior capacidad de velocidad y trepada de su avión, que por lo demás era el primer representante, aunque imperfecto, de una nueva y revolucionaria fórmula constructiva.

Paradójicamente, el éxito del CR 32 en los cielos de España tuvo consecuencias catastróficas para la Real Aeronáutica. Fue en efecto la errada convicción de que la maniobrabilidad que el CR 32 demostró estruendosamente en las exhibiciones de famosas patrullas acrobáticas podía ser un arma decisiva, y que dos ametralladoras de 12,7 mm constituían un armamento más que adecuado aun para las futuras exigencias del combate aéreo, para arraigar en la Real Aeronáutica el axioma de que el biplano era el caza por excelencia, y a hacer que al último de los 1.212 CR 32, un Quater salido de la cadena de montaje en la primavera de 1939, le siguiera otro biplano dotado del mismo armamento.

Cuando Italia entró en guerra, los 177 CR 32 en actividad, en la unidades, constituían alrededor de un tercio de la caza italiana y el entonces anticuado biplano Fíat, no obstante los años, se batió con honor en África septentrional y oriental, en el Egeo, Creta e inclusive, en las primeras fases del conflicto, en Malta, siendo sin embargo, fatalmente barrido de los cielos por el inexorable desgaste y por un adversario que, progresivamente, ponía en línea aparatos cada vez más modernos. A pesar de ello, el CR 32 logró imponerse a adversarios del calibre del "Gladiador", el "Blenheim", el "Hurricane" y se prodigó en forma sangrienta en la misiones de ataque a tierra en África septentrional.

Pero la lección que había debido surgir de las modificadas orientaciones técnicas y tecnológicas de los otros países, donde el biplano de caza era dejado de lado por el monoplano, evidentemente no fue comprendida a tiempo por los responsables de la Real Aeronáutica, que al pedir a Rosatelli un más potente biplano, sucesor del CR 32, cometieron un error de consecuencias particularmente dolorosas para la aeronáutica italiana y sus pilotos. El sucesor del CR 32, el CR 42 "Halcón" "Falco", voló por primera vez el 23 de mayo de 1939, cuatro y cinco años más tarde que los vuelos iniciales de los últimos biplanos de caza soviéticos Polikarpov I-153 el ingles Gloster "Gladiador". Y esto subraya con posterioridad el hecho de que el CR 42, a pesar de su excepcional resistencia y maniobrabilidad fue un aparato que simplemente no debería haber existido.

Derivado del famoso CR 32 a través de los modelos experimentales CR 40, 40 Bis y 41, que señalaron la aparición del motor radial en los biplanos Fíat, el CR 42 fue, por cierto, el mejor biplano de caza que se fabricó en un considerable número de ejemplares; pero es menester recordar siempre que, en el momento de su primer vuelo, caza monoplanos netamente superiores como el "Hurricane" y el Bf. 109, estaban ya desde hacía tiempo, en dotación, en la unidades de la RAF y la Luftwaffe.


El Fíat CR 42 marcó, sin duda, el apogeo del desarrollo del biplano de caza.


La estructura era totalmente metálica, mientras que estabilizador, deriva, borde de ataque y puntas de ala, dorso y secciones anteriores (hasta el puesto de pilotaje) y posterior del fuselaje, estaban cubiertos por láminas de aleación liviana, el resto del avión estaba revestido en tela.

La estructura del fuselaje estaba constituida por dos secciones de un reticulado, soldado en tubos de acero de manganeso-molibdeno, sobre cuatro larguerillos longitudinales, puntales transversales y característicos contravientos diagonales. En la sección anterior del fuselaje, estaba ubicado el puesto de pilotaje, protegido por un parabrisas y provisto de asiento regulable.

Las cuatro semialas tenían una estructura de doble larguero en aleación liviana, con junturas en el fuselaje y montantes de acero. Las costillas de estructura reticulada, colocadas muy cerca una de otra, aseguraban la fidelidad del perfil, un biconvexo asimétrico de borde de ataque bastante afinado.

Los empenajes, de planta elíptica, tenían estructura de aleación liviana, de tipo de doble larguero tanto para las estructuras fijas como para las móviles. Estas últimas estaban revestidas en tela y los dos semielevadores estaban dotados de aletas de compensación, regulables en vuelo.

El tren de aterrizaje correspondiente era fijo, con parantes anteriores de acero, cuidadosamente carenados, amortiguadores oleo neumáticos y ruedas de 600 mm de diámetro dotadas de freno de aire comprimido.

Los comandos del CR 42 remataban en el bastón y los pedales, desde los cuales partían las transmisiones que llegaban hasta el elevador, los alerones y el timón. El bastón llevaba también el disparador de las dos ametralladoras sincronizadas Safat de 12,7 mm, instaladas en la trompa de fuselaje entre la cabina y el motor, cuya dotación era de 400 disparos por arma. El motor era de catorce cilindros en doble estrella Fiat A-74 R.1 C.38, con reductor y compresor de sobrealimentación, que desarrollaba una potencia máxima de 840 caballos a 2.400 rpm, 790 mm de mercurio de presión de alimentación y a una altura de 3.800 metros. Este estaba instalado en un carenado modelo NACA de buen diseño aerodinámico, que accionaba una hélice tripala metálica Fíat de velocidad constante, de 2,80 metros de diámetro.

Las instalaciones de abordo emprendían la del combustible, que remataba en dos depósitos metálicos con una capacidad total de 460 litros, protegidos contra el disparo de armas hasta 12,7 mm de calibre, y colocados entre el motor y el puesto de pilotaje; el sistema de lubricación, cuyos depósitos, estaban dispuestos en la parte anterior del mamparo para llamas y con una capacidad para 36 Kg. de aceite.

Desde mucho tiempo atrás carecía de todo equipo de radio.

Fabricado en un total de 1.782 ejemplares, el CR 42 no dio origen a versiones importantes, salvo un ejemplar hidroavión ICR 42 fabricado en 1940 por Construcciones Mecánicas Aeronáuticas S.A. C.M.A.S.A. de Marina de Pisa, que voló a comienzos de 1941, pero que no tuvo éxito, y un ejemplar propulsado por un motor lineal alemán, Daimler-Benz 601A de 1.000 caballos.

El CR 42 fue empleado en todos los frentes en los cuales las fuerzas nacionales combatieron, con excepción de Rusia. Los primeros CR 42 empleados en acciones bélicas llevaban, sin embargo, las cucardas rojas-amarillas y negras de la aeronáutica belga.

El "Halcón" ("Falco") combatió una guerra defensiva y sin esperanzas, en África oriental, donde tuvo a su más grande as en el capitán Mario Visentin que, ya con cinco victorias en su haber en los cielos de España en CR 32, conquistó otras nueve victorias en un teatro de operaciones particularmente duro, hasta su muerte en combate el 11 de febrero de 1941. El último "Halcón", con base en Gondar, fue derribado en octubre de 1941; el adversario rindió homenaje caballerescamente, a la memoria de su piloto, teniente Malvolti.

El CR 42 participó en la lucha sobre el mar inclusive como avión de ataque, logrando en este último papel dañar al portaaviones británico "Argus" en junio de 1942.

La época del biplano había llegado a su ocaso desde hacia tiempo y los aviones - que para la Italia cobeligerante el poner nuevamente en servicio fue tarea especialmente ardua - no volvieron a ser empleados en operaciones de primera línea.

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