A punto de la caída del
régimen porfirista, se dieron los primeros pasos para la incorporación del
aeroplano al ejército Mexicano. La compañía estadounidense Moisant
International Aviators dio una demostración del uso militar del avión, durante
sus presentaciones como circo aéreo en la ciudad de México, durante el mes de
febrero de 1911. Corrió por cuenta del famoso piloto francés Roland Garros
realizar un simulacro militar ante el presidente Porfirio Díaz y su secretario
de Guerra y Marina, general Manuel González Cosío, el día 24, el cual consistió
en localizar a bordo de un monoplano Bleriot XII una batería de artillería
oculta en el cerro de La Estrella y bombardearla con naranjas. El experimento
resulto un éxito y, como consecuencia, Don Porfirio ordenó que dos oficiales
del ejército tomaran un curso de pilotaje con el fin de integrar el aeroplano a
aplicaciones militares. El mayor Nicolás Martínez y el capitán Federico
Cervantes quienes se encontraban para ese entonces en Francia estudiaron aerostación,
fueron comisionados para capacitarse en el vuelo de aeroplanos. Ya estando el
presidente Francisco I Madero en el ejercicio de sus funciones, se presentó
nuevamente en México la Moisant en noviembre de 1911 e impresionó gratamente al
primer mandatario, el cual ordenó la firma de un contrato con la Moisant
Aviation School con sede en Nueva York, para la adquisición de cinco aeroplanos
y la capacitación de igual número de pilotos. Los elegidos para integrar este
grupo fueron: Alberto Salinas Carranza y Gustavo Salinas Camiña, graduados el
25 de septiembre de 1912. A Horacio Ruiz Gaviño graduado el 1 de octubre de
1912 y los hermanos Juan Pablo y Eduardo Aldasoro Suárez graduados el 19 de
enero de 1913.
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