La
Fuerza Aérea Británica recurrió a menudo a palomas mensajeras como sistema de
alarma para sus bombarderos.
Si
el avión tenía que efectuar un aterrizaje de emergencia, la paloma era liberada
para que regresase a su base con un mensaje en el que se indicaba el lugar en
el que había caído.
Winkie,
era la paloma de un Bristol Beaufort que se estrelló en el mar el 23 de febrero
1942 tras haber sido alcanzado por fuego antiaéreo durante un raid sobre
Noruega.
La
única esperanza de supervivencia de los tripulantes, apretujados en un bote
sobre las gélidas aguas del Mar del Norte, era que Winkie volase a su base con
un mensaje en el que se indicaban las coordenadas del punto en el que habían
amerizado.
Cuatro
horas más tarde Winkie llegó a la base aérea de Leuchars, en Escocia.
Inmediatamente se puso en marcha una operación de búsqueda, y los náufragos
fueron localizados y rescatados.
Winkie
les había salvado la vida.
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