A medidos de junio de 1983, regresábamos de Guadalajara a
La Paz, en el DC-9 XA-BCS Memo Chávez y yo, como pilotos aviadores.
Nuestras sobrecargos eran Nidia Bórquez y Lety Gaume.
Aterrizamos en Los Mochis para dejar a los pasajeros que
venían a esa plaza.
Ya estábamos listos para iniciar el último tramo de
nuestro vuelo de Los Mochis a La Paz, y al estar haciendo la lista de Check
para arrancar los motores, nos avisaron que el aeropuerto de La Paz, lo
acababan de cerrar, pues un DC-10 de Mexicana de aviación que taxeaba para su
despegue de la pista 36, en la gota de la cabecera, la rueda de nariz se hundió
al pisar la zona de acotamiento de la gota.
No sabían cuanto tiempo tardaría en sacar la rueda de
nariz del DC-10 del pozo que hizo.
Entonces le avise a la encargada del aeropuerto, Lorena
Bórquez que teníamos que esperar. Eran las tres de la tarde, y pensando en mis
pasajeros, se me ocurrió decirle a Lorena: -“Creo que debemos enviar la combi a
la ciudad para que compre unos pollos rostizados y darles algo a los pasajeros
que van a La Paz”- en ese instante recordé que traía en la cajuela del avión
unas cajas con pollitos para una granja avícola de Baja California Sur.
Entonces grite: -“Los pollos”- y corrimos a la cajuela
para sacar las cajas donde venían los pollitos y sacarlos para que se refrescaran
y tomaran agua.
Pedimos entonces unas charolas grandes que tenía un
mecánico del aeropuerto, de esas que ponen debajo de un motor de avión cuando están
trabajando en el mantenimiento de la máquina. La llenamos de agua y metimos a
los pollitos ahí para que bebieran.
Una vez que se refrescaron y bebieron agua, de repente
los pollitos saltaron fuera de la charola y empezaron a correr por toda la
plataforma del estacionamiento.
Memo Chávez, Nidia, Lety, Lorena y yo junto con algunos
pasajeros correteamos a los pollos para meterlos en sus cajas.
Ya cerca de las cinco de la tarde nos informaron que se
acababa de abrir el aeropuerto de La Paz, entonces reiniciamos nuestro vuelo
hacia La Paz, y gracias a la habilidad para corretear pollos en un aeropuerto,
esa avícola de Sudcalifornia, disfrutó de su carga.
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