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miércoles, 27 de mayo de 2009

MI VIDA DE CADETE


Éste, es un reconocimiento personal, a mi Profesión, a la Fuerza Aérea Mexicana, a mis compañeros, a la Escuela Militar de Aviación que me formó, al Colegio del Aire que me cobijó en la Basé Aérea de Zapopan, y a muchas aventuras que viví con... LAS ALAS EN MI PECHO. 

Después que dejé la Universidad truncando mi carrera de arquitectura, hice maletas y llegué a ser Goliat, el jefe de los aspirantes a CADETES de la Escuela Militar de Aviación. Nos hospedaron en el hagar Faustino Ceballos. Yo quería ser PILOTO AVIADOR y por las noches me preguntaba: "¿Volar será una ciencia o un arte?" y llegue a la conclusión que: "VOLAR ES POESÍA" Para mi volar fue soñar que yo era ángel. Fue una verdadera Poesía en prosa ya que nunca pude rimar un aterrizaje con el siguiente, todos fueron diferentes. Recuerdo con cariño las horas que estuve en la cabina abierta del Stearman o en la cabina cerrada del AT-6. A mis aviones el PT-17 Stearman y al North-america AT-6 les dedico estos poemas:

VOLANDO EN MI STEARMAN 

A mi me gusta remontar el vuelo,
ser una pieza más de mi aeroplano
sentir suave el timón bajo mi mano
y fuerte el viento alborotar mi pelo.

Romper la liga de mis pies, al suelo
trastocar el volumen con el plano,
lo que es colina convertir en llano
el mar curvar y revolver el cielo.

Y me gusta volar a baja altura
surcando el paisaje lentamente
volar es un placer una locura

a la que solo iguala, ciertamente
aquello que provoca, con ternura

la piel de una mujer, íntimamente.

Y a mis compañeros que murieron amarrados al escapulario de un AT-6 les dedico este poema de Camposeco que dicen:

"COMO ÁGUILA CAERÉ"

Como águila caeré,
y en un estruendo atronaré
los montes que me vieron
desplegar las alas y surcar el cielo.

Como águila caeré,
porque es mi destino en pagar de un golpe
la osadía de humillar el valle
y de buscar a Dios en el cielo.

Como águila caeré.
y hasta el abismo irán a buscarme
los que crean que ahí termina mi postrer vuelo.

Cuándo en verdad el abismo será nido,
donde ya libre de carnal estorbo
emprenderé por fin...........

MI PRIMER VUELO SOLO.

Que felices fueron mis años de cadete, porque felicidad es sufrir las potreadas, y gozar la primer hora de vuelo. Es dejar caer el sudor en el patio principal del Colegio a paso redoblado y disfrutar la cena diaria. Es soportar los gritos del instructor y ver su sonrisa cuando recibí mis alas el día de mi graduación. Finalmente la felicidad de mi vida de cadete fue mi último aterrizaje en un AT-6.

También en el Colegio del Aire traté de dejar cosas buenas, los murales del comedor, el jardín frente a la primera ala, la organización de las tres graduaciones que duró mi vida dentro de la Escuela Militar de Aviación. Pero lo más hermoso de la estancia aparte de aprender a volar, fue la inmensa amistad que logramos todos los cadetes de la XXVI generación y el orgullo de habernos titulado, sólo 30 cadetes de los 1,250 aspirantes que fuimos a concursar, para terminar CON LAS ALAS EN EL PECHO.

1 comentario:

  1. Hola Capitán.
    Mi nombre es Emiliano estoy en el último año de bachillerato y próximo a entrar a la Educación Superior. Como se ha de imaginar mi más grande anhelo es entrar y ser parte de las filas de la Escuela Militar de aviación y servir con vocación y profesionalismo a mi país.
    Pero algunas de sus anécdotas me han llevado a imaginarme dentro de esa institución, y si no es mucho pedir, quisiera publicara más acerca de cómo fue su vida estudiantil.
    Me gusto mucho, la del “Los monólogos del Acocote” , y la historia que cuenta de cómo después de dejar la carrera de arquitectura entro al colegio del aire, y su anhelo de volar.
    Muchas Gracias por sus historias, Aunque no lo conozca es para mí un impulso y un gran ejemplo a seguir en mi preparación académica.
    Ojala que me pudiera dar algunos consejos.
    De antemano Gracias.!!!!

    Atee: carlos.27.02@hotmail.com (ojala que me escribiera).

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