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jueves, 7 de mayo de 2009

POR FIN LLEGUÉ AL PRIMARIO


Éste, es un reconocimiento personal, a mi Profesión, a la Fuerza Aérea Mexicana, a mis compañeros, a la Escuela Militar de Aviación que me formó, al Colegio del Aire que me cobijó en la Basé Aérea de Zapopan, y a muchas aventuras que viví con... LAS ALAS EN MI PECHO.

Amigos, amigas, recordar es vivir, y a mi edad los recuerdos son muy bellos y son un buen ejercicio para espantar a ese amigo mío que se llama: Juan Jaime, NO, Hans Maime, NO, Lanz Lager, NO, Als no se qué. En fin que después de tantas potreadas que recibi en el Preparatorio (imagínense que linda escuela, tal parece que durante el primer año vive uno en la preparatoria, y en el segundo año apenas entra uno en la primaria) pero así es: "POR FIN LLEGUÉ AL PRIMARIO" y ahora si podré ver de cerca a un avión, lo podré tocar, me podré subir en él, se llenarán mis narices de su aroma, podré arrancar su motor, y por fin AL AIRE, lo despegaré, miraré a la tierra chiquita, pasaré cerca, muy cerquita de las nubes, me sentiré Águila, y lo podré regresar a tierra, por primera vez, y si tengo suerte me soltarán en él. ¡Que felicidad volar SÓLO, sin los regaños de mi instructor! ¿De que estoy hablando, de mi primer avión, de ese hermoso, dócil y arrogante, avión biplano, de tela, cabina abierta, tren fijo, sin el molesto radio, que según dice mis cuadernos de allá de 1964-1965, su marca era un: avión entrenador "BOEING STEARMAN PT-17A" un gran avión con un motor muy potente, era de 7 cilindros en estrella y estaba enfriado por aire, su motor era marca CONTINENTAL R-670-5, que desplazaba 220 caballos de fuerza, y que maravilla es tener la gracia de controlar todos esos caballos con la mano derecha colocada en un bastón de mando, la mano izquierda puesta en el acelerador, y los pies en los pedales de control, muy necesarios para que no se salga la bolita del TURN AND BANK de su lugar, cuantos relojitos tengo que vigilar, que el Velocímetro (el cual nunca rebasará los 200 kilómetros por hora), que el Altímetro (con el cual no debo de rebasar los 12,000 pies pues soy un cadete bisoño), que el Climb (que siempre debo de vigilar que no sea más de 500 pies hacia arriba o hacia abajo), que el Horizonte Artificial, (que siempre que vuele recto y nivelado la barra esté siempre horizontal sobre la figurita de las alas del avión) que el Turn and bank antes mencionado (instrumento de un palito y una bolita) que los instrumentos del motor (la sorpresa es que tiene un instrumento al cual le dicen: "Tres en uno" pero nada más trabaja una sola aguja, las otras dos se mantienen en cero") al subir a mi flamante Stearman voy de overol, chamarra de cuero y gazne al cuello, el paracaídas que le sirve a uno de asiento dentro del avión y que muy amablemente nos entregaba Quetita y una gorra de vuelo que tiene acoplada una manguera para poder escuchar las regañadas de mi instructor. A propósito de mi instructor, nunca fue monedita de oro pa´caerles bien a todos, pues el se decía: "EL HALCÓN DE GUERRERO" y mantuvo a sus cinco halconcillos tanto en el primario como en el avanzado, fuimos la mejor escuadrilla, el cadete Martínez todavía es General dentro de la FAM, el cadete Flores es instructor, demostrador y vendedor de aviones en Estados Unidos, los cadetes González y Arriaga que volaron en Aeroméxico y su servidor que recuerda con cariño las maniobras: Vuelo recto y nivelado, ascensos y descensos, virajes suaves y medios, ochos sobre pilones, despegues y aterrizajes, maniobras para dar confianza, side-sleep, cabeceos de barrena, barrenas, acrobacia, aterrizajes a la marca, triangulaciones, la ruta a manzanillo, emergencias, y tantas otras, pero la mejor maniobra de toda es la soltada. 

El primer día que VOLÉ SÓLO, despegué y aterricé tres veces seguidas, hice mis tránsitos rectangulares por la izquierda a 500 pies y al cortar los magnetos de mi maquina que tenía la matrícula 85, me acerque feliz ante mi escuadrilla para que me dieran caballo, me patearan y me bañaran con agua, desde ese día y con la ilusión de ser piloto aviador volé muchos tipos de avión de uno, dos y cuatro motores, de motor convencional, turbohélice y turbina y en febrero de 1990 colgué mis alas contabilizando 13,307 horas de vuelo, (a propósito me siento muy orgulloso de haber obtenido la medalla Carranza por mis primeras 10,000 horas de vuelo, y haber sido capitán de DC-9 sin haber sido primer oficial) pero nada como el día que: POR FIN HABÍA LLEGADO AL PRIMARIO.

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